DIARIO DEL CORONAVIRUS (XLI)

Sábado

Contra todo pronóstico me ha atropellado el día. Precisamente tenía que ser el sábado. Una mezcla de pereza, relajación y procastinación y el día se agota sin hacer nada.

Saúl García 0 COMENTARIOS 25/04/2020 - 20:57

Contra todo pronóstico me ha atropellado el día. Precisamente tenía que ser el sábado. Una mezcla de pereza, relajación y procastinación y el día se agota sin hacer nada. Eso, y que me he puesto a montar un mueble y el señor del bricolaje no me ha llamado para que camine por su senda.

La hora de la comida llega rápido, la hora del aperitivo, que es sagrado, un poco antes, y así no se puede. No hay quien haga nada. A esto hay que sumar que el vino (qué sería del confinamiento sin el vino) hace dormitar un poco después. Y si le añadimos que hay grandes series, buenas y breves, como Kidding, la tarde se te echa encima y tienes que empezar a pensar en cenar.

Solo puedo decir en mi descargo, si es que hiciera falta, que es sábado, porque está claro que así que no se salva el mundo ni se puede construir nada nuevo sobre las cenizas de la crisis del coronavirus y de la anhelada sociedad del bienestar frustrada antes de su inauguración.

Me queda el consuelo de que no soy el único y me invade la preocupación de que los hay peores. Tengo la sensación de que hay un grupo numeroso de personas que está esperando a que el Gobierno elimine el virus por decreto como si eso fuera posible.

Los repentinos hooligans de los test masivos parecen haber encontrado la solución milagrosa para salir a la calle la semana que viene como si no hubiera pasado nada, como si pudieran seguir con sus hábitos, como si la tecnología lo solucionara todo y ellos no tuvieran que cambiar nada. Quizá nos hemos olvidado de que si se tata de un problema de salud, lo primero que debemos hacer es cuidar de nosotros mismos.

Perdonen que les deje ya, pero es que he dejado los cajones a medias y no me va a dar tiempo a terminar la serie.

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