SECTOR PRIMARIO

Puro Rofe: la revolución de la bodega artesanal

En una apuesta por la producción natural y sostenible, Puro Rofe nace como un referente para las pequeñas bodegas de la Isla

Fotos: Manolo de la Hoz.
María José Lahora 2 COMENTARIOS 14/09/2018 - 07:11

Es la primera bodega en mucho tiempo en entrar en el Consejo Regulador de Vinos de Lanzarote. Su aparición fue fruto de la casualidad. “Un accidente fortuito”, como señala uno de los creadores del proyecto, Rayco Fernández, que a través de su firma Valientes Vinos, junto al enólogo Carmelo Peña, emprendieron esta aventura tras conocer el lugar ideal para llevar a cabo un proyecto revolucionario: la bodega Mota, de Chicho González, para ofrecer una producción vinícola orgánica, sostenible y natural. Para ello se ponen en contacto con viticultores que comparten esta filosofía como Vicente Torres, Ascensión Robayna y Pedro Umpiérrez.

Asegura Rayco Fernández que “una región que no tenga estos valores en cuenta es deficitaria” y está convencido de que proyectos como Puro Rofe van a suponer “una revolución” en el entorno vitivinícola lanzaroteño. Un referente para que los bodegueros artesanales apuesten por comercializar su producción. Les recuerda que no van a poder competir con las grandes bodegas en el mercado, pero que la producción artesanal y sostenible está destinada a un tipo de público específico y que valora los productos ecológicos.

Vicente Torres, que aprendió de su suegro, César Rodríguez Cabrera, el cuidado de la viña, fue el que se encargó de invitar a otros viticultores sostenibles al proyecto de Puro Rofe, que aseguran que sigue abierto a todo aquel que comparta su filosofía. Pero advierten de que no lo conciben como un negocio, “no es puro mercantilismo”, señala Rayco. Aún así, a través de la distribuidora de Rayco tienen ya toda la producción del próximo año vendida en el extranjero, equivalente a 9.000 botellas de vino procedentes de los 15.000 kilos de uva que han vendimiado en las fincas de La Geria, Tinajo, Masdache o Testeyna.

Rayco habla también de la importancia de la implicación del viticultor en el proceso de elaboración de los vinos, que pueda comprobar que esa uva que ha tratado con tanto mimo y cuidado a través de métodos sostenibles seguirá teniendo el mismo trato en las ánforas, tinajas o cubas de la bodega donde no se emplean productos químicos, solo levaduras naturales y que reportará en un “producto de calidad” en el que se note la identidad lanzaroteña.

El hecho de que la producción de Puro Rofe haya alcanzado cotas tan importantes de distribución en el extranjero no es casual y más después de que el crítico Luis Gutiérrez, de la firma del estadounidense Robert Parker, The Wine Advocade, considerado uno de los críticos de vino más influyentes del mundo, escribiera una positiva valoración de Puro Rofe: “Estoy seguro de que los viñedos de La Geria son capaces de mucho más de lo que encuentro en la mayoría de los vinos producidos a partir de ellos... Y creo que ha llegado el momento, y el proyecto capaz de cambiar eso ya está trabajando”, en referencia a Puro Rofe.

Vinificar por zonas

El proyecto, en continua evolución y experimentación, según explican los enólogos, busca además “vinificar por zonas” la producción. Así, la uva de Testeyna o de Masdache tienen unas características que las distinguen por el terreno de dónde proviene y por lo tanto son diferentes tipos de vino. Además en Lanzarote se da la circunstancia de que en una distancia de cinco kilómetros la climatología varía con lo que “se le confiere una particularidad según de dónde proceda la uva”, señala Carmelo, que se ha formado en otras regiones vinícolas tanto de España como de otros países.

A través de la distribuidora de Rayco tienen ya toda la producción del próximo año vendida en el extranjero, equivalente a 9.000 botellas de vino procedentes de los 15.000 kilos de uva que han vendimiado

La vendimia de este año ha sido de “calidad, utópica” y la han llevado a cabo antes de lo habitual para proteger a la uva de las enfermedades y darle otra acidez. La fermentación es natural, “no se le añade nada”. Se producirán unos vinos frescos, como los tintos que acompañen a la gastronomía de la Isla. Carmelo asegura que aún queda mucho por descubrir en Lanzarote en este proyecto de “vinificar sus zonas”, aunque también disponen de un básico Puro Rofe, un vino con el que representan a Lanzarote en una botella.

Sobre el tipo de envase en el que reposan los caldos, señalan que también cada uno le confiere unas propiedades y aromas distintos. Además apuestan por una maduración de entre seis u ocho meses.

El vino de Puro Rofe de la vendimia de 2018 no llegará a su destino hasta la primavera de 2019. El mercado estadounidense y británico le espera a través de un acuerdo de comercialización que llegó después de que la más prestigiosa revista vinícola resaltase sus bondades. Ahora se han interesado también el mercado portugués y el japonés y en breve esperan la visita de unos representantes del país nipón. Confían en que la producción pueda ampliarse en próximas campañas.

Y aunque aseguran que no son una bodega souvenir desean invitar a los clientes finales a conocer el proceso. Así, Rayco comenta que ya han estado con ellos representantes de los restaurantes a los que suministran: “Hasta 12 horas en el lagar para participar en la elaboración”.

La bodega de Chicho forma parte de un conjunto etnogastronómico que reúne los requisitos de la filosofía Puro Rofe, con lo que no es de extrañar que puedan coexistir ambos proyectos, que suponen un difusión de la identidad lanzaroteña.

Comentarios

Tengo unos cuantos añitos. Pero hasta hoy, no hubiera visto un " Grillo " con sombrero.
¡ El mundo al revés.Hasta los " gurfines " se han hecho viticultores ¡

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