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Las criaturas hiperrealistas del taller de Jorge Martel

Sus manos moldearon los delfines del Museo de los Cetáceos de Lanzarote, la ola del pub Tsunami, el esqueleto de la película La piel fría, el mobiliario de Salir del ropero

Jorge Martel trabaja desde Güime para producciones de cine, divulgadores científicos y empresas. Tú lo sueñas y él lo fabrica

El esqueleto que se usó en la película ‘La piel fría’. Foto: Amaia Arnal Carrere.
M.J. Tabar 5 COMENTARIOS 22/06/2019 - 08:49

Jorge Martel tiene un don. Lo dicen algunos de sus clientes. “Nací en Las Palmas, estoy inscrito en Tenerife y he vivido en Madrid y Berlín”, explica riendo cuando se le pregunta por su ubicación planetaria, enraizada desde hace años en Lanzarote.

La vena creativa le palpita en la sien desde pequeño. Su inquietud por crear universos propios la sufrieron las muñecas de su hermana, que siempre acababan convertidas en cíborgs con sus ojos de quitapón.

Aprendió ebanistería en la Escuela de Arte Pancho Lasso, luego hizo un curso de vaciado y modelado, el primero de muchos en su permanente estado de reciclaje, aprendió técnicas de cerámica canaria y a trabajar la piedra con Paco Curbelo, hizo cursos para saber usar el torno, controlar la pintura mural y el escaparatismo. No ha dejado de formarse desde que empezó a moldear cabezas de punkis en los años 80. “Siempre he vivido de esto, a veces he malvivido, soy un prostituto del arte”, ríe.

Su control de distintas disciplinas y su meticulosidad le han capacitado para crear esculturas hiperrealistas por encargo de centros como el Museo Elder de la Ciencia y la Tecnología, el desaparecido Museo de los Cetáceos de Lanzarote o el Museo de la Ballena de Madeira.

Su trabajo empieza siempre con una exhaustiva investigación. En el caso de las réplicas de animales, “parto de una biometría, donde vienen todas las medidas anatómicas”, explica. Luego vienen las horas de documentación. Tantas, que se ha especializado en recreaciones de fauna marina. En el edificio de Canal Gestión, en Las Caletas, ha creado un fondo marino de 100 metros cuadrados con especies del infralitoral canario: morenas, pulpos, viejas, erizos y un cardumen de seiscientas sardinas, a las que tuvo que quitar la rebaba correspondiente, una por una.

Jorge hace trabajos por encargo (murales para restaurantes, trofeos para competiciones deportivas, decoración para todo tipo de empresas...), ayuda a varios escultores y, cuando tiene tiempo y ganas, se dedica a desarrollar una obra personal en la que siempre juega con la biomecánica y la fantasía. “Me encantan los FX, los efectos visuales y el art noveau”, dice bajo una luna inspirada en la de George Meliès.

Su taller está en el camino viejo de Güime, a la vuelta de una senda de tierra. Hoy tiene en el suelo una Luna predestinada a ser la lámpara de un nuevo local de decoración skater-surfera en Caleta de Famara. Empezó a diseñar el satélite terrestre siguiendo a rajatabla mapas de la superficie lunar, pero los cráteres reales se extienden de forma irregular y no quedan vistosos, así que moldeó una nueva Luna “tipo cómic”. Llevará en sus tripas luces RGB de colores.

Plastilina, fibra de vidrio, mapas topográficos… Su taller es un ordenado espacio de materiales y herramientas, que ha utilizado en ocasiones para hacer escenografías como la del Carnaval de Miedo de Arrecife: un montaje de 2016 con dos columnas de ojos salidos de sus cuencas, un infiernillo flamígero y dos hermosas calaveras.

La ballena de ‘La piel fría’

Uno de sus trabajos preferidos es el que desarrolla para las producciones cinematográficas que se ruedan en Lanzarote. La primera fue La piel fría, la adaptación cinematográfica del best seller de ciencia ficción que escribió Albert Sánchez Piñol. Buscaban alguien que hiciese un esqueleto de ballena azul. “¿Seguro? Ojo, que mide 27 metros”, advirtió Jorge. Al final se quedó en catorce, “un ejemplar juvenil” que sí cabía en el taller y era desmontable.

Jorge Martel se incorporó al departamento de arte de la película Salir del ropero, escrita por el guionista canario Elio Quiroga y protagonizada por Ingrid García Johnson, Verónica Forqué y Rosa María Sardá. Hizo un cartel, diseñó y construyó una chimenea, tapó una puerta que no cuadraba bien en una escena, envejeció muebles, construyó tres versiones de una barra… “Hay que ser muy resolutivo, controlar muchas técnicas y tener siempre un plan B”, explica.

“Me encanta el trabajo para cine”, dice Jorge, que desarrolló un trabajo miguelangelesco junto a un equipo todoterreno de artesanos y artistas lanzaroteños: Naomi Cullen, regidora y una artista de la pintura decorativa, el carpintero David Tejerina (batería de Kardomillo) y la escenógrafa y artista Teresa Díe, que ha trabajado en largometrajes tan importantes como Caníbal. Son un equipo en el que “todo el mundo hace de todo”, dice Jorge. “Cuando sale una producción, ni familia, ni cumpleaños, ni vida: son dos o tres meses de total disponibilidad y también de mucha adrenalina”. Los resultados de su trabajo en equipo son tan buenos que mucha gente “no se cree que los hagamos aquí”.

Uno de los proyectos que más ilusionan a Jorge Martel es la creación de una línea de maquetas hiperrealistas de animales marinos junto a la bióloga Marina Tejedor, de la Sociedad para el Estudio de los Cetáceos en el Archipiélago Canario (Secac), que investiga los varamientos de estos animales en las costas de Lanzarote y Fuerteventura. “Es un proyecto de divulgación de alta calidad, que combina lo artístico y lo científico, el arte y la concienciación”, explica.

“Artifarit es un proyecto de divulgación que combina lo artístico y lo científico. Vamos a hacer una línea de maquetas de animales marinos víctimas de varamientos reales”

El proyecto se llamará Arferit (“ballena” en la lengua inuit) y estará en las antípodas de los souvenirs hechos sin rigor y con mano de obra de bajo coste. Las piezas se harán a escala y reproducirán animales reales, víctimas de varamientos reales que sucedieron en las costas canarias. Se podrán abrir longitudinalmente para ver su interior. Una pequeña ficha explicará su anatomía, su hábitat, su dieta y las causas de su muerte.

Jorge suele trabajar con la radio puesta. Cualquier cosa por la mañana y El Sótano de Radio3 por la tarde (se nota que toca la batería y que le gusta el rock and roll). Sus conocimientos abarcan desde el diseño industrial hasta la escultura, así que ha colocado una máxima en su taller para que puedan apreciarla los clientes que le visitan y tengan la ocurrencia de pedirle un descuento a cambio de promocionar su taller: “No quiero tu publicidad. Mi trabajo ya lo es. Nada es fácil”.

Comentarios

Bravo por tu trabajo, tu creatividad y dedicación
Felicitaciones Koke por tu arte!!
Menuda alegrón verte reconocido en este artículo. Eres maravilloso, un talento único y un trabajador nato. A ti nadie te ha regalado nada. Te lo mereces todo. Un abrazo.
La satisfacción y la felicidad por tener una profesión en la vida, que concuerde con la aptitud en el desarrollo de una inconfundible vocación. ¡Ése privilegio tiene Vd.!
Bravo Koke!!

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