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Lanzarote, una explosión de color en primavera

El botánico Matías Hernández divulga en las redes sociales la belleza y singularidad de la flora nativa isleña

Myriam Ybot 4 COMENTARIOS 21/04/2025 - 05:42

Cuando el botánico Matías Hernández comenzó a publicar en redes sociales las imágenes de flores y plantas nativas de Lanzarote, con el único afán de difundir su belleza y compartir una parte de la felicidad que a él mismo le infunden, no podía imaginar lo lejos que llegarían. Desde 2018, las páginas de Instagram y Facebook @JardínBotánicoLanzarote han sido escaparate de un colorista catálogo de ejemplares, algunos de lo más bizarro, todos florecidos en la isla.

El conjunto de fichas que ofrecen estas páginas incluye para cada muestra información contrastada con artículos y literatura científica, y de la propia observación, sobre el hábitat, la localización, las adaptaciones y estructura que permiten la vida, y por supuesto, las distintas denominaciones populares y el nombre científico, entre otros datos.

Tras su visionado, eminencias científicas de la botánica europea -de Reino Unido, Alemania y Francia, principalmente-, han contactado con el lanzaroteño y han visitado la isla para conocer y disfrutar de su naturaleza. “En su compañía he aprendido mucho; y he conocido a personas que de otra manera no habría sido posible”, asegura con admiración y un atisbo de sorpresa.

Uno de los científicos que quedaron amarrados al impactante atractivo de los ejemplares exhibidos por Hernández es el doctor Chris Thorogood, director adjunto del Jardín Botánico de la Universidad de Oxford, quien no solo localizó al joven a través de internet, sino que se desplazó a Lanzarote en varias ocasiones para disfrutar en persona de la vegetación isleña. Y sucedió la magia.

“Es impresionante la flora que encontramos en lugares humanizados”

Durante una de las visitas de campo junto al británico, entre 2020 y 2023, los botánicos descubrieron una especie parásita que parecía un poco diferente a la que se había considerado hasta ese año. Y de inmediato, el hallazgo dio lugar a un equipo liderado por Thorogood e integrado por Fred J. Rumsey, del Museo de Historia Natural de Londres, el director del Jardín Botánico de Aclimatación de La Orotava, Jorge Alfredo Reyes Betancourt, y el propio Matías Hernández.

“Tras el envío de semillas a la Universidad de Oxford y su germinación en el laboratorio de su Jardín Botánico, pudimos detectar ciertas características singulares, y tras un intenso debate con especialistas, se determinó que se trataba de una nueva especie, que ha sido nombrada Orobanche andryalae (Orobanchaceae). Imagina la alegría y la satisfacción durante todo el proceso”, relata.

Una vocación temprana

Llegar a este descubrimiento científico, junto a grandes expertos de la botánica internacional, responde tanto al azar como a la tozudez de quien sabe que ha encontrado su camino. La trayectoria de Matías Hernández no deja resquicio a la duda sobre la solidez de su vocación, conquistado por el mundo vegetal desde que puede recordar: “Comencé a interesarme por la flora nativa de la isla desde muy pequeño, quizás sobre los cinco años. En la finca de mis tatarabuelos, en San Bartolomé, había muchos veroles y tabaibas que salían alrededor de la casa, y tradicionalmente se eliminaban para dejar el terreno limpio. Yo veía cómo los apilaban y los ponían a secar al sol para luego deshacerse de ellos. Y a mí eso me parecía que no estaba bien. Así que me dedicaba a replantarlos en zonas más alejadas de la vivienda... Y ya no he parado de plantar”, sonríe.

Hernández pide  precaución al caminar, para no pisar ni romper ejemplares

Con diez años, mientras hojeaba la enciclopedia de sus padres, llegó a la palabra botánica. “Cuando leí la definición -ciencia para el estudio de las plantas- pensé: vale, esto creo que tiene que ver con lo que me gusta a mí”. Luego vino todo rodado, los cursos de la Universidad de Verano de La Laguna en Arrecife, con Wolfredo Wildpret y Victoria Eugenia Martín, los estudios de Ciencias Ambientales, que además de biología contenían asignaturas de botánica general, recursos botánicos y gestión y conservación de flora y, posteriormente, el máster en Agroecología, “muy apropiado, pues en Lanzarote la mayor parte del territorio son sistemas agrícolas”.

Tras unos años de trabajo para una empresa nacional que produce semillas nativas para restaurar agrosistemas, Hernández volvió a Lanzarote y en 2019 creó la asociación Arrecife Natura, que debe su nombre al lugar donde entonces vivía el equipo fundador al completo, pero en cuyos estatutos se recogen las Islas Canarias como ámbito geográfico de actuación y el trabajo con flora nativa como objetivo.

“Es cierto que nos hemos centrado más en Arrecife, porque es el municipio más urbano, donde menos acostumbrados estamos a interactuar con la naturaleza y con las plantas, y, a la vez, donde más personas viven. Por lo tanto, pensamos que era la combinación perfecta para estudiar y divulgar el ecosistema y la vegetación propia de Lanzarote”, explica.

Su último proyecto, en colaboración con la oficina de la Reserva de la Biosfera, el taller Plantar futuro, invitó a centros educativos, colectivos y particulares a conocer la vegetación autóctona de la Isla, la importancia de su uso en jardinería y la necesidad de disponer en las ciudades de zonas verdes y amables. Tras una introducción teórica sobre el terreno, un solar en el barrio de Argana, las personas participantes procedieron al plantado de ejemplares donados por el Centro de Día Zonzamas. A su término, casi un millar de asistentes había generado nuevos vínculos con el territorio y aprendido nociones básicas sobre la flora nativa.

Disfrutar la primavera

Hay muchas fórmulas para disfrutar de la naturaleza, y hundir las manos en la tierra, plantar y observar el milagro de la vida no es la menor. Pero existen otras vías, menos exigentes y cuya cosecha de placer es inmediata, como las salidas al campo, especialmente en las fechas primaverales. 

Una vez dinamitada la imagen de Lanzarote como el territorio negro, desértico e infértil por antonomasia, salvo en los casos de intervención humana, llega el momento de ofrecer alternativas a la jornada de playa: el paseo respetuoso y atento por la Isla, sin que necesariamente deban alcanzarse zonas silvestres ni adentrarse en espacios protegidos.

Desde 2018, su perfil en redes ha sido escaparate internacional de endemismos

“Lanzarote tiene su estación húmeda, entre comillas, porque la lluvia es muy limitada, y cae muy concentrada en otoño e invierno, por lo que las plantas solo tienen unos pocos meses para germinar y cumplir su ciclo completo antes de que tengan que estar unos nueve meses prácticamente sin agua, resistiendo en modo de semillas o raíces bajo la tierra. Es el momento para acercarnos al ecosistema tan singular que tenemos”, señala el botánico. Asegura que, aunque los vea cada año, hay ejemplares que siguen dejándole boquiabierto por sus detalles, sus colores, sus texturas... “y si luego, además, tienes una cámara que te permite ampliar un poquito, descubres en su magnitud la belleza de los seres vivos y de la naturaleza creadora”.

De esa pulsión generosa por compartir el disfrute de sus recorridos de observación nació @JardínBotánicoLanzarote, un increíble álbum de fotos de flora al alcance de todas las curiosidades. “Una cuestión esencial es que siempre intentamos ir a lugares que están en bordes de aparcamientos, bordes de pistas, bordes de pueblos, evitar zonas más inaccesibles y dejar ahí a las plantas que hagan su vida tranquilamente. Es impresionante lo que podemos encontrar en lugares más humanizados, sin necesidad de afectar espacios o paisajes vírgenes, que deben ser protegidos”, explica.

Matías Hernández recomienda a quien aspire al estímulo de la naturaleza un paseo por el norte, pues el macizo de Famara concentra los mayores niveles de humedad y la mayoría de plantas endémicas de Lanzarote. “Eso sí, con toda la precaución al caminar, para no pisar ni romper ejemplares y, en ningún caso recolectarlos, que es la primera recomendación de obligado cumplimiento, incluso por la norma”, matiza.

“Comencé a interesarme por la flora nativa de la Isla desde muy pequeño”

En el entorno del pueblo de Haría, hacia el Barranco Elvira Sánchez, hermosean el campo las tederas, con sus flores blancas y lilas, las cerrajas, las margaritas, las lenguas de vaca, las camelleras, las caléndulas, los relinchones, las gamonillas... Un auténtico bouquet para quienes tengan apetito de primavera, siempre con el respeto debido.

La conversación con el joven botánico lanzaroteño, embajador de la flora local, termina con un sueño que poco a poco se perfila en el horizonte: la creación de un pequeño jardín botánico en Lanzarote, no ya virtual ni sujeto a logaritmos o modas, sino sobre el terreno, destinado a la conservación, la educación y la investigación. La asociación Arrecife Natura ha acordado ya la cesión del uso de un arenado y trabajan en su acreditación oficial, con el fin de reunir bajo el sello científico una buena representación de las especies nativas y continuar con las investigaciones y la divulgación científica.

FLORA NATIVA

Fotos cedidas por Matías Hernández, tomadas en el año 2025 en distintos puntos de Lanzarote y publicadas en @jardinbotanicolanzarote

 

 

Comentarios

Lastima que no se vean fotos de la amapola roja. Creo que se ha perdido!
Entre la orobanche y la hormiga calva no veas ...
"cuidado al caminar, para no destrozar ejemplares". Esa actrtud ecologista es la que están usando los voceros de los hoteleros para limitar la libertad de movimiento de la gente de la isla y hacer esto un parque temático. César Manrique tenía una ideología ecologista contraria a la suya de ver al ser humano como un problema. ¿Quienes se creen que son para autoproclamarse los defensores de la flora nativa de la isla? Incluso hablan de crear un jardín botanico. ¿Acaso ganaron alguna oposición o proceso electoral?
Las comentarios 2 y 3 son el claro ejemplo de lo miserables que llegamos a ser en esta isla donde no se valora para nada su ecosistema natural. Y lo más gracioso es que insultan a los que ellos llaman "ecologistas" por el mero hecho de gustarle la flora de la isla y querer que no se siga destrozando una isla masificada de turistas y gente residente extranjera. Alucinante. Dicho sea de paso, muchos extranjeros residentes son más responsables y cuidan más Lanzarote que los propios nativos, como supongo que sean esos dos que comentaron.

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