ENTREVISTA

Javier Fuentes Feo: “Nos interesa el cine que piensa y conmueve desde las raíces de la vida”

Javier Fuentes Feo (La Palma, 1976) ha cogido el relevo en la dirección de la Muestra de Cine de Lanzarote, una propuesta cultural que comenzó europea, creció global y ahora propone mirar el mundo desde este fenomenal contexto llamado Lanzarote.

Javier Fuentes Feo, el primero por la izquierda, junto al equipo de la Muestra de Cine de Lanzarote.
M.J. Tabar 0 COMENTARIOS 17/12/2018 - 06:41

-¿Cuándo y por qué nace la Asociación de Cine Tenique? ¿Qué les mueve?

-La Asociación de Cine Tenique se propone presentar y debatir sobre el cine independiente en la isla de Lanzarote. Poner en marcha proyectos culturales en los que el cine que piensa el mundo con rigor y compromiso sea el protagonista. Además de la Muestra, nos encantaría poder llevar a cabo algunas actividades nuevas, como publicaciones o encuentros a lo largo de todo año.

-¿Cuál fue su primera pasión cinematográfica? ¿De qué manera se vinculó al cine?

-Mis primeros recuerdos cinematográficos son, como la mayor parte de la gente de mi generación en España, películas de Hollywood como ET, Regreso al futuro o La guerra de las galaxias. El cine, como algo más serio y riguroso, me empezó a interesar sobre todo en la época de la universidad. Allí tuve profesores que me indicaron la importancia del trabajo de Andréi Tarkovski, Ingmar Bergman o Pasolini. Fue un descubrimiento. Con el tiempo hice algunos pequeños trabajos en colaboración con mi hermana, y después puse en marcha proyectos de análisis cinematográfico como Fisuras Fílmicas, en Murcia, un proyecto para analizar y debatir el cine contemporáneo en España y Latinoamérica.

-La Muestra apuesta por un tipo de cine concebido como expresión artística. Por un cine que nos permite “afinar nuestra sensibilidad”. ¿De qué patrones convencionales huyen?

-Huimos del cine que sólo está concebido como un producto de consumo; del cine que es por encima de todo un entretenimiento. Huimos del cine cuyo propósito es única y exclusivamente olvidar la realidad o embellecerla. Pero también huimos de un cine elitista que sólo está hecho para amantes de cine. Nos interesan tan poco las propuestas consumibles como las propuestas que se hacen para los profesionales y para los críticos de cine. Lo que a nosotros nos interesa es el cine que piensa y conmueve desde las raíces de la vida y de la sociedad. Como bien dices: un cine que afine nuestra sensibilidad.

“Huimos del cine cuyo propósito es única y exclusivamente olvidar la realidad o embellecerla. Pero también del cine elitista que sólo está hecho para amantes de cine”

-Estrenan dos secciones (Trasfoco y Destiladera) para hablar de aspectos emblemáticos de la Isla (los volcanes, este año) y para recuperar imágenes “no institucionales de Lanzarote”. ¿Por qué quisieron profundizar en el contexto insular?

-Cuando nos reunimos por primera vez hace ya casi ocho meses, yo le comenté a Marco y a Busky que teníamos que preguntarnos, a la hora de proponer una nueva edición de la Muestra, por qué queríamos hacerla; qué sentido tenía en nuestro contexto insular; por qué querría la gente venir a las películas. Para mí estas preguntas son siempre fundamentales. En el sector de la cultura cometemos a veces el error de pensar que nuestros proyectos son importantes porque la cultura es importante. Y punto. Pero entonces nos olvidamos de analizar nuestro contexto, de preguntarnos por qué la gente podría considerarlos relevantes. Fue entonces cuando planteé la opción de tener estas dos secciones. Ambas siguen abordando el cine de una manera rigurosa, pero conectan con la Isla desde una perspectiva particular.

-Más allá de exhibir películas, la Muestra se ha consolidado como punto de encuentro y diálogo. ¿Qué sensaciones y qué reacciones ha recibido del público hasta ahora?

-Tengo que reconocer que estoy muy emocionado con la respuesta que estamos teniendo del público. No sólo porque cada vez venga más gente a las proyecciones, que también. Sino, sobre todo, porque los debates han sido como mínimo de media hora y en ocasiones de hasta una hora. Esto es un gran logro para nosotros. Demuestra que el público asume un papel protagonista dentro de la Muestra. Personas de edades muy diferentes han venido a distintas sesiones y se han quedado hasta el final tratando de desentrañar todos los aspectos que las películas proponían. Como bien dices, la Muestra es un espacio de proyección de cine pero, por encima de eso, también es un punto de encuentro y de diálogo.

“El público asume un papel protagonista dentro de la Muestra. Personas de edades muy diferentes tratan de desentrañar las películas”

-Junto a su equipo, convirtió Cendeac (Centro de Documentación y Estudios Avanzados de Arte Contemporáneo) en una referencia del pensamiento crítico. Muchos consideran que su cese fue debido a su revolucionario modelo de gestión: involucró a colectivos, aumentó la participación ciudadana y aplicó el modelo de la autogestión independiente a un centro público. ¿Qué aprendizaje se lleva de aquella etapa?

-Necesitaría mucho tiempo para poder explicar todo lo que aprendí. Aprendí cosas buenas y cosas malas. Entre las buenas, por ejemplo, aprendí que las instituciones públicas son más fuertes e interesantes cuando colaboran y dan entrada a los agentes sociales, a los colectivos y a las asociaciones. Aprendí que es bueno que las instituciones públicas colaboren entre sí. También aprendí que es importante la transparencia dentro de las instituciones; por eso hacíamos cada año una memoria en la que poníamos todos los gastos y todas las actividades que habíamos realizado. Aprendí también que nunca una institución funciona mejor que cuando las personas que trabajan en ella o la utilizan la sienten como suya, porque de hecho lo es. Por otro lado, también aprendí algunas cosas malas, como que a veces una sola persona, desde un puesto político, puede desmantelar toda una serie de proyectos que están funcionando de maravilla porque le hacen sombra o no los entiende como parte de su cosecha.

-¿Cómo definiría el carácter de la Muestra de Cine en una frase?

-La Muestra es fruto del compromiso, el esfuerzo, la pasión y la convicción de un grupo de personas que creen que la cultura vale la pena cuando piensa y sensibiliza con rigor.

La otra película del volcán

Más allá de los folletos que entregan los Centros de Arte Cultura y Turismo, en la taquilla de las extraordinarias y estupefacientes Montañas de Fuego, existe un historia volcánica que no ha sido muy divulgada. Una historia sobre cómo el vulcanismo ha construido, literal y metafóricamente, la Isla y a sus habitantes, desde hace más de 14 millones de años. Lo cuenta La cultura del volcán, un documental del arqueólogo José de León, que ha invertido once años investigando todos los detalles sobre las erupciones de Timanfaya, desde aquella noche del 1 de septiembre de 1730, cuando la tierra se abrió en la Montaña de la Lapa (hoy el Volcán del Cuervo) y piedra, arena y lava sepultaron la contigua aldea de Chimanfaya, de la que se tomó el nombre del Parque Nacional.

Ocurrió lo mismo con las aldeas de Santa Catalina, San Juan, Tingafa, Mazo y El Chupadero, y con otros caseríos mucho más pequeños como Macintafe o Iniguaden. Donde hoy se extiende un mar de lava, hace tres siglos verdeaba un paisaje completamente diferente, que los más viejos de la Isla todavía reconocen como la Vega de las Flores, “lleno de cercados, caminos, casas, maretas, aljibes…”.

La aldea más importante era Mancha Blanca, donde vivían los potentados de la Isla. No estaba donde la moderna Mancha Blanca sino más al Sur. El volcán “rodó los pueblos para otro sitio”, dice una de las fuentes orales en la película. Teresa Duarte, de Tinajo, recuerda que todo eran gavias que alimentaban con agua de lluvia unas tierras riquísimas donde pastaba abundante ganado. “Todo era comer, pasar fiesta y divertirse. Hasta que llegó el castigo del volcán”. Adiós a las maretas, los aljibes, las tahonas, las casas, los barrancos, las hoyas, las mejores fincas de la Isla “y una inmensidad de objetos queridos”, relata el documental, proyectado en Bodegas El Grifo por la Muestra de Cine de Lanzarote.

“Fue mucha la lava que corrió aquí. Y vaya a saber allá cuando. Esa montaña yo la miro como un misterio”, confesaba Manuel Hernández, vecino de Uga, en 1985. Una cuarta parte del territorio desapareció y se convirtió en un “pedregal intransitable”. Los campesinos lanzaroteños lo exploraron empujados por la necesidad y descubrieron pequeñas franjas del viejo suelo que llamaron islotes. “Buscaron la tierra madre debajo de las arenas y allí plantaron parras”.

Así nació el vino del volcán, gracias a un esfuerzo y un ingenio inéditos. Las bajas, los morros, las peñas y las caletas cambiaron de nombre. Con la lava se sepultaron también muchos topónimos. Se abrieron nuevos caminos y veredas en ese nuevo mundo, se aprendió a sacar alimentos de lo inhóspito, a bajar a lo más hondo de los cráteres para conseguirle comida al ganado, a caminar descalzos sobre la cortante escoria del malpaís. De Timanfaya al Monte Fuji (Japón) y La Soufriere (Antillas), la programación de la Muestra nos ha conducido por otros territorios moldeados por el volcán, un imán para científicos y artistas.

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