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Elena de Dalmases: Señora de Guacimeta, Reina de Europa

Otros cuatro miembros del club Mubidisk de Lanzarote quedan subcampeones en categorías masculinas

De izquierda a derecha: Alberto Sosa, Pedro Padilla, Elena de Dalmases, Alexis Martín y Alberto Rodríguez
Lourdes Bermejo 0 COMENTARIOS 17/06/2019 - 06:16

El Ultimate Frisbee (disco volador) es un deporte autoarbitrado, así que haber logrado junto a su equipo el título de Espíritu de Juego le hace una especial ilusión a Elena de Dalmases, flamante campeona, junto a la selección española femenina, de los Europeos Beach Ultimate-Portimao disputados en Portugal, el pasado mes de mayo.

Elena pertenece al club Mubidisk de Lanzarote, cinco de cuyos deportistas, de Playa Honda, participaron en los Europeos, cosechando éxitos sin precedentes en sus categorías. Así, al primer puesto de las españolas en la categoría Master Woman, en la que jugó Elena, se unieron los equipos masculinos en los que participaron los lanzaroteños Alexis Martín y Alberto Rodríguez, quedando subcampeones de Europa en la categoría Gran Master (mayores de 40 años); y Alberto Sosa y Pedro Padilla, subcampeones en Master (mayores de 33 años).

La disciplina Ultimate Frisbee es una mezcla de técnicas de baloncesto, rugby y fútbol americano. Se juega en un campo (arena, césped o cancha cubierta) con dos equipos que intentan avanzar lanzando el disco sin que lo intercepte el contrario hasta llegar a la zona de anotación. Cuando un jugador tiene el disco, solo puede pivotar y los demás se liberan con estrategias en su posición.

Al tratarse de un deporte autoarbitrado, cada jugador debe evaluar las acciones y llegar a un acuerdo con el jugador contrario involucrado en la acción. De hecho, si no hay consenso, el disco vuelve a la posición anterior para evitar disputas, haciendo de este juego “un ejemplo de deportividad, aunque no deja de ser muy competitivo”, como destaca Elena.

Para quienes frecuentan la avenida de Playa Honda, el disco volador se ha convertido en parte del paisaje, ya que la playa del principio de Guacimeta acoge los entrenamientos de estos deportistas, que estos días reciben las felicitaciones de los vecinos. Se cuentan las anécdotas surgidas en el campeonato, como el papel casi titánico del equipo Master masculino, en el que jugaron Sosa y Padilla, ‘Padi’.

“Jugamos nueve partidos de los que ganamos siete, en una trayectoria que fue de menos a más, con un equipo que venía renovado del Mundial de Royan (Francia), donde acabamos los cuartos, solo por detrás de los anfitriones entre los equipos europeos”, explica Padilla, aludiendo al estilo de los galos y a la superioridad de los equipos americanos.

Los Master españoles se enfrentaron sin dificultad a Bélgica, la República Checa y una incómoda Rusia: “A la que nos impusimos porque en exterior no manejan bien el viento, lo que nos permitió un parcial de cuatro puntos con el que remontamos”, explica Pedro.

Elena apostilla que, en general, los equipos españoles cuentan con mejores herramientas en arena “porque las selecciones españolas entrenan mucho más en playa que las de otros países, como Suecia, por ejemplo, que es una potencia en césped”.

En el cruce de cuartos, el equipo Master masculino ganó también a Suiza y a Currier Island (equipo formado por jugadores individuales de distintos países, no adscritos a selecciones). “Terminamos segundos del pool (grupo) y nos cruzamos con el tercero que era GB (Gran Bretaña), a quien ya habíamos ganado en Royan, en el universal point (análogo al match point en tenis); Llegamos a semifinales con Francia, que ya nos respetaba, y perdimos en la final con Suecia”, recuerda Pedro, que explica que los Scorts de Stockholm son “un equipazo de superestrellas, muy compenetrado, con una clara superioridad física, ya que miden todos 1,80 metros y lo ha ganado todo: el Europeo de clubes, los nacionales de Suecia y son los cuartos del mundo”.

Los españoles salieron “a por todas”, pero les pasó factura el día y medio que pasó entre la semifinal y la final, “a algunos por la presión y el estrés y a otros porque se relajaron demasiado”, dicen. En el caso de los Gran Master, donde se integraban Alberto y Alexis, se impusieron a nueve de diez selecciones, resultando ganador GB (en el ránking mundial junto a USA y Canadá).

Los españoles empezaron perdiendo contra Alemania, lo que los situó en el grupo dos “y eso nos dio más facilidades”, cuentan los miembros del club Mubidisk, que prácticamente ‘ventilaron’ el resto de partidos a 13-1 o 13-2 puntos (gana el equipo que antes llega a esta puntuación o el que anota más puntos en el minuto 45).

En la segunda ronda ganaron a Suiza y a Suecia (con un universal point), para terminar cediendo en la final ante los campeones, Gran Bretaña (GB), por 13-7. “Se trata de un equipo muy sólido, con más de quince títulos y que lleva 25 años compitiendo con los mismos jugadores. Durante todo el campeonato fue claramente superior, ganando por más de seis puntos todos los encuentros”, relata Alberto Rodríguez.

En cuanto a las chicas, no hubo rival posible para este equipo integrado por Elena de Dalmases, de Playa Honda, la única representante canaria de la categoría Master de la selección, junto a otra jugadora de origen norteamericano que reside en Tenerife, “Jugamos todas contra todas, ya que solo había seis equipos, quedando segundas en la clasificación general, después de Suecia”, explica Elena.

Los españoles salieron “a por todas”, pero les pasó factura el día y medio que pasó entre la semifinal y la final, “a algunos por la presión y el estrés”

Los dos ganadores se clasificaron directamente para las semifinales, mientras que los otros equipos semifinalistas salieron de los encuentros entre el tercer y sexto y el cuarto y quinto clasificados. España jugó la semifinal contra GB “ganando de un punto” y se enfrentó en la final contra Dinamarca. El bronce fue para Suecia.

Una de las anécdotas se produjo en la semifinal, que tuvo que comenzar quince minutos más tarde a consecuencia de un accidente ocurrido en el partido anterior de la categoría masculina, por lo que hubo que parar para evacuar al herido. “Ello retrasó el inicio de nuestro encuentro con respecto a la ronda, lo que permitió que los demás jugadores y público llegaran a tiempo para presenciar los minutos finales, y aumentó la animación a los dos equipos”, recuerda Elena.

En la final contra Dinamarca, las españolas llevaron la delantera desde el principio, ganando 9-8 y con un punto seis “muy largo e intenso, que finalmente se llevaron las danesas”. Con el oro y las platas colgados llegaron los cinco integrantes de Mubidisk a Lanzarote, donde, a pesar de su humildad, empiezan a ser unas estrellas, sobre todo en Playa Honda.

“En la pizzería Erik nos recibieron como si fuera su propio triunfo”, aseguran los jugadores, que también están haciendo un esfuerzo por difundir entre los más pequeños este deporte, así que puede decirse que, como la batata, el frisbee crece ya como un cultivo de jable más.

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