“El queso de Lanzarote está más valorado fuera que dentro de la Isla”. En esta afirmación coinciden la mayoría de queseros lanzaroteños que elaboran su producción de forma artesanal. Fomentar el consumo de sus quesos y afianzar su imagen de calidad es la labor de la Asociación de Queserías Artesanales de Lanzarote (Aqual), que engloba a las 18 queserías de Lanzarote y que ahora se han marcado el objetivo de posicionarse en el difícil mercado nacional.

Su presidente, Celso Pérez, explica que “es necesario abrir nuevas vías de comercialización, que aseguren salidas a la producción”. “La mayoría de las queserías de Lanzarote son artesanales y de poco recorrido, pero con importantes reconocimientos en el ámbito mundial y una proyección enorme dada la especialización en el queso de cabra”, destaca. Celso Rodríguez llegó en 2014 a la presidencia de Aqual con una gestión orientada al marketing y con el objetivo de “recolocar el producto para conseguir beneficios”.

Trabajar la imagen de marca y la comercialización de los quesos en el exterior, al igual que lleva años haciendo el Consejo regulador con la denominación de origen del vino de Lanzarote, es su cometido. “Abrir vías de mercado para potenciar la presencia de los quesos artesanales lanzaroteños y que sea rentable”. Esta es la base del trabajo que desempeña Aqual para sus miembros.

En este contexto se engloba la presencia de Aqual en la Jornada Q de Quesos, orientada a profesionales y celebrada recientemente en Madrid. Es un encuentro de referencia nacional con las acciones de promoción paralelas y donde se mantuvieron alrededor de 50 encuentros estratégicos con distribuidores, influencers y restauradores de diferentes puntos de España.

Como resultado, los queseros isleños, que ocuparon el espacio de ‘Quesos por descubrir’, se encuentran ya en conversaciones para realizar un primer envío de productos y se está cerrando el acuerdo con un distribuidor de Madrid muy interesado en los quesos de Lanzarote, apunta Celso Pérez. “Si todo sale bien estamos hablando de que en cuestión de semanas estamos abriendo un mercado en Madrid, todo ello gracias a la Cámara de Comercio y a Proexca del Gobierno de Canarias”.

Al respecto, Celso explica que los quesos de Lanzarote ya están preparados para dar el salto de forma conjunta a la península. El trabajo que desempeña Aqual supone un desahogo para el quesero, que ahora “solo se tiene que preocupar de elaborar uno de los mejores quesos de cabra del mundo”. De la estrategia de marketing y de la venta se encarga la asociación.

A juicio del presidente del colectivo, “si finalmente aumentan los lugares de venta y los establecimientos que reconocen la calidad del producto, es decir, las garantías de que el quesero va a obtener un rendimiento, nosotros iremos aumentando la producción”.

Las queserías artesanales de Lanzarote se enfrentan a un importante hándicap: la competencia de las producciones industriales. El propio Celso Pérez tiene actualmente su quesería parada porque no le sale rentable ponerla en marcha. “Nosotros tenemos unas elaboraciones muy pequeñas y muy controladas, pero ¿cómo vamos a conseguir que nos reconozcan nuestra valía si no se lo mostramos?”.

Recientemente, tres quesos elaborados por queserías lanzaroteñas han resultado premiados en el World Cheese Awards 2017. Se trata del Queso Vulcano de Finca de Uga, merecedor de una medalla de oro, mientras que dos bronces han recaído en el semicuradoTinache y el queso Bodega de Finca de Uga.

Siguiendo la ruta del vino

Tal y como se hizo con el sector del vino, entre los años 2007 y 2010, la Cámara de Comercio está apoyando al sector quesero en su entrada al mercado nacional e internacional, para obtener nuevas vías de comercialización que le aporten mayor estabilidad y reconocimiento. “Con esta acción se refuerza la imagen de marca, se mejoran las oportunidades de negocio y se amplía la red de contactos comerciales”, señalan desde la institución camaral.

Las queserías artesanales de la Isla aspiran a posicionarse en el mercado nacional, donde sus productos son más reconocidos que en casa

El sector quesero es el siguiente en seguir la senda abierta por el vino de Lanzarote, con un matiz: no está a favor de una Denominación de Origen. Una de las principales características y lo que diferencia la producción lanzaroteña del resto es su gran variedad y “en una denominación de origen te obligan a hacer el mismo tipo queso”, explica Celso.

Lanzarote también cuenta con el orgullo de disponer de la mitad de las queserías ecológicas de Canarias. En un mercado cada vez más exigente con la procedencia natural de los ingredientes de elaboración de los alimentos, el queso tiene un alto valor.

Por ello, desde Aqual trabajan en el establecimiento de un sello de caseína para los quesos de Lanzarote que garantice que el producto es autóctono y que cuenta con todos los controles para asegurar su calidad. En definitiva, un producto saludable. “Tenemos muchos puntos ganados frente a la competencia”, enfatiza Celso ante la perspectiva del establecimiento de esta fase del proyecto.

Celso Pérez.

Queserías con historia

Con más de treinta años de historia, la quesería El Faro es la más antigua y con mayor número de empleados. Muchos llevan en la misma desde su apertura. En la actualidad se encuentra inmersa en un proceso de cambio tras la llegada de la familia Viña, que se ha hecho cargo de ella. En pocos meses han pasado de 13 a 25 empleados y están invirtiendo en su modernización.

Originarios de Mácher, la familia tuvo que emigrar a Venezuela, de donde proceden sus dos jóvenes hijos, que le han dado un impulso a la producción para pasar de 500 litros de leche de cabra a los 2.200 sin perder la esencia artesanal. Incentivar el consumo local, abrirse al competitivo mercado majorero o tinerfeño y posicionarse en Madrid son sus principales metas. Entre sus proyectos para dar a conocer la producción también se encuentra la posibilidad de abrir la fábrica a visitas, según señala explica Omar Viña.

Por su parte, Montaña de Haría surge tras la crisis económica. La familia de Antonio González, dedicada a la instalación de aire acondicionado y montaje de cocinas, tuvo que recurrir a la explotación de su finca tras el derrumbe económico. Encontraron en la producción quesera una salida. Su hijo, Roberto González, ingeniero industrial, regresó de Madrid para hacerse cargo de la quesería y recurrió a sus dotes comerciales y “don de gentes” para dar a conocer la marca, que también vende en el mercado de Haría.

“Aquí –insiste- el queso está infravalorado y hay que concienciar a nuestro público de su valor”. Su semicurado natural ha sido premiado en la edición última edición de la WorldCheeseAwards. En su finca producen 200 litros de leche diarios y su objetivo es llegar a los 400.

Mario Morales lleva junto a su socio Esteban la quesería Tinache. Su semicurado ha recibido la medalla de bronce de los premios World Cheese Awards, que se viene a sumar a los galardones recibidos en los últimos años y que le permite señalar con orgullo: “Algo bueno estaremos haciendo”. Ellos proceden del sector ganadero y cuentan con una cabaña de 500 animales que les permite producir 100 kilos de queso diario. Cuidan la alimentación de estos ejemplares para lograr una materia prima natural y fomentar un consumo saludable.

Además, cuentan con un puesto en el mercado de Los Dolores donde tiene que convencer a los consumidores locales de la valía de su producción y de que “si el queso es de calidad y tiene el buen sabor que le caracteriza no puede tener el mismo precio que el del supermercado”. “Fuera se aprecia más que aquí –enfatiza- y hay que darle el valor que tiene”.

Para ello tienen que dirigir sus esfuerzos a aquella clientela que sepa reconocer la valía del queso, sin descartar el mercado extranjero. No en vano, muchos de sus principales clientes son visitantes. En este sentido, explica que en otros países, como EEUU, están proliferando las tiendas de alimentación delicatesen especializadas en quesos.