El Partido Socialista (PSOE) y Coalición Canaria (CC) han acordado excluir al Partido Popular (PP) de cualquier acuerdo que puedan sellar en las administraciones insulares y municipales en las que ambas formaciones necesitaran de otra fuerza para formar gobierno.

La propuesta lanzada por el PSOE ha sido aceptada por los representantes de las comisiones de ambos partidos, que se reunieron este jueves en el Hotel Iberia, ubicado en Las Palmas de Gran Canaria, para iniciar la negociación mediante la que nacionalistas y socialistas pretenden reeditar el pacto de Gobierno que han mantenido durante los últimos cuatro años en Canarias.

Una primera toma de contacto que, según el miembro de la comisión socialista, Francisco Hernández Spínola, ha sido "positiva y constructiva", y se enmarca en un escenario “bastante mejor” que el reflejado en 2011. Durante el encuentro, ambos partidos se han centrado en analizar la estabilidad que puedan alcanzar en las instituciones locales en las que las dos fuerzas tienen representación.

En caso de necesitar de un tripartito, “hemos decidido que nos pondremos de acuerdo, los dos partidos, para ver quién será en el futuro ese tercer socio”, indicó Spínola, desechando la idea del PP.

Los puntos que mayor conflicto generan para que se produzca el pacto en cascada se encuentran en La Palma -que el secretario general de CC, José Miguel Barragán, define como “vital” para llegar a un acuerdo - Tenerife y Fuerteventura. Esta última, debido al pacto que los nacionalistas de Tuineje han anunciado con AMF, PPM Y NC, lo que deja fuera del gobierno local a los socialistas.

Hernández Spínola define la situación en Tuineje como un “incumplimiento grave”. Al respecto, Barragán afirma que dicho pacto “no está autorizado” por la comisión y asegura que se han dado las instrucciones pertinentes para reconducir la situación. A su juicio, lo primero que habría que valorar es “si el PSOE no quiere pactar con nosotros”.

Sobre ese aspecto, el secretario nacionalista explica que se ha acordado con los socialistas que, en aquellas administraciones en las que una de las partes decidiera no seguir la dinámica de pactos, a pesar de que la otra se lo propusiera, el partido que quedara en la oposición no podría interponer una moción de censura. Una medida que no será necesaria cumplir en caso de que sea la fuerza más votada de ambos partidos la que decida no cerrar una alianza. En esa situación "estarían excluidos del acuerdo y podrían sufrir inestabilidad".

“Nosotros vamos a intentar el pacto con el partido socialista, si nos encontramos con problemas valoraremos cómo tratarlos, pero intentaremos por todos los medios remover todos los obstáculos”, declara.

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