“Serias afecciones al paisaje”

El nuevo Plan Insular amplía las zonas de extracción de jable

Foto: Felipe de la Cruz.
Saúl García 7 COMENTARIOS 15/01/2018 - 07:14

A unos cientos de metros de Tiagua, internándose en el Jable, hay un depósito de agua abandonado que ejerce de promontorio de este pequeño desierto. Desde el depósito se ve Soo, el Risco de Famara, los islotes y la belleza de un ecosistema que hasta hace unas décadas estaba repleto de campos cultivados de batata donde hoy se apelotonan las aulagas.

También se pueden ver, de lejos, los mordiscos de las extracciones de jable para la construcción, una pala extrayendo material y un camión que en poco más de una hora ya ha realizado dos viajes. Si se baja, de cerca, en Las Melianas, Hoya de la Plata o Los Piquillos, los mordiscos son más evidentes.

En 1991, con la aprobación del Plan Insular de Ordenación (PIO), se establecieron dos zonas de extracción de jable. La escasa o nula vigilancia y la gran demanda que ha habido de este material han provocado, en estos años, un descontrol total de las extracciones.

El Plan Insular en tramitación sigue dibujando zonas de extracción e incluso en el Jable las amplía. Muchas minas en esta zona ya están agotadas pero no se han llevado a cabo las medidas de restauración paisajística a las que están obligados los concesionarios.

Hay zonas, con cortes de siete u ocho metros, en las que la extracción es reciente y en las que los camiones que se han llevado el material han descargado escombros, como vigas, maderas, sanitarios o moquetas, procedentes de apartamentos. A sólo unos metros de uno de los múltiples cruces que hay en el Jable, el que indica las direcciones hacia Hoya Santos, Peña del Lagar y Soo, aparece una de esas zonas convertida en un gran llano, en una especie de anfiteatro con escombros en el piso y mordiscos en las laderas.

La Memoria de Ordenación del nuevo PIO dice que la actividad extractiva constituye un uso de gran intensidad e importancia en el territorio insular y que “las necesidades de la piedra, arenas y tierra vegetal, tanto para los usos agrícolas como constructivos, y la escasez del recurso, hacen que una adecuada gestión de la actividad, coherente y respetuosa en la medida de lo posible con los valores naturales, culturales y paisajísticos, resulte fundamental en el modelo de desarrollo del Plan Insular”.

El planeamiento señala que las extracciones han provocado “serias afecciones al paisaje en ámbitos muy frágiles del espacio insular como rampas, calderas, llanos de jable o coladas”

El documento reconoce algunas de las consecuencias negativas de esta actividad: que hay zonas de potencial actividad “donde se constatan prácticas extractivas no amparadas por la autorización pertinente” y que “ha provocado sinergias muy negativas en materia ambiental y, de manera especialmente notable, serias afecciones al paisaje en ámbitos muy frágiles del espacio insular como rampas, calderas, llanos de jable o coladas, etc”.

También reconoce que muchas de las extracciones que sí tienen autorización “incumplen las especificaciones relativas a pantallas visuales, producción de polvo y ruido”, que no hay diseño ni proyecto de extracción y que eso provoca “una amplia dispersión sobre el territorio de zonas extractivas de pequeño tamaño, gran impacto y mínimo aprovechamiento del recurso, complicando las tareas y el coste de restauración, que pocas veces se suele llevar a cabo”. Y en el mejor de los casos, cuando se redacta el proyecto de explotación y el plan de restauración, “se detecta la ausencia de criterios ambientales en el mismo”.

Restauración

El Plan establece la necesidad de que en los principales ámbitos de extracción no autorizada de la Isla se lleven a cabo iniciativas de restauración paisajística que permitan recuperar, en la medida de lo posible, la situación original de los terrenos afectados y establece la obligatoriedad de su restauración paisajística una vez que que se agote la actividad extractiva.

Dentro del documento se asegura que el PIO regulará esta actividad de forma transitoria hasta que se apruebe un Plan Territorial Especial de Ordenación de la Actividad Extractiva. “Se promoverán todas aquellas acciones encaminadas a fomentar la recuperación de la vegetación potencial y el mantenimiento y recuperación de la vegetación autóctona y de las formaciones geomorfológicas de mayor significación natural y paisajística en el medio insular, así como de los aprovechamientos agrarios sostenibles”, señala el documento.

La situación actual

“La fuerte presión a la que se ven sometidas numerosas áreas de la Isla con incuestionables valores naturales paisajísticos y culturales, por la demanda de estos materiales para cubrir las necesidades de los distintos sectores, ha generado considerables daños que se han aumentado por el incumplimiento generalizado de las normas legales existentes al respecto y por la, en muchos casos, manifiesta descoordinación existente entre los organismos competentes en la regulación y control de las actividades mineras e industriales, en medio ambiente y conservación de la naturaleza y en disciplina urbanística y uso del suelo”.

Muchas de las extracciones que sí tienen autorización “incumplen las especificaciones relativas a pantallas visuales, producción de polvo y ruido”

Esta es la situación actual que describe el PIO sobre las extracciones, en la que se reconoce que no hay datos sobre el volumen de materiales extraídos pero que se estima “un incremento en el consumo de dichos recursos debido a la previsible recuperación de la actividad agrícola, dependiente de grandes cantidades de rofe en los cultivos de arenados naturales, tierra vegetal en los arenados artificiales y arena para los cultivos en jable”.

Son 13 las zonas en las que se permiten extracciones y 50 los permisos concedidos, aunque 13 de ellas están en trámite, dos inactivos y una zona parada. De ellas, una está en el jable, en Los Piquilos, que está en tramitación. Por municipos, hay dos en Haría y en San Bartolomé, cuatro en Arrecife, 11 en Tías, 12 en Yaiza, 19 en Teguise y ninguna en Tinajo.

Sobre la Zona de Actividad Extractiva de Las Melianas, junto a Muñique, que crece con respecto a la de 1991, señala el PIO que cuenta con diez concesiones mineras, y que coincide con una zona de protección de aves, con una pequeña porción del hábitat de interés comunitario “dunas móviles”, de un lugar de interés sedimentológico y de una zona de cultivos de jable.

“Pese a los elevados valores que presenta la zona se estima conveniente el mantenimiento del ámbito extractivo, ya que constituye la única área de extracción de jable de todo el territorio insular. No obstante, resulta obligatorio que el proyecto de restauración de la cantera incorpore medidas que favorezcan el desarrollo de la flora y fauna propios de este hábitat, teniendo especial cuidado en la avifauna”, dice el documento.

Comentarios

Bla bla bla... esta es la RESERVA de la BIOSFERA de algunos. Campos de lava y jable destrozados por las extracciones sin control y sin restauración posterior. Mentalidad cateta de políticos y empresarios carroñeros, que estan forrándose de dinero en la actualidad y que dejarán una isla de mierda a sus nietos, que gual les imparta un carajo.
La arena marina es un recurso NO RENOVABLE ( es un producto de la descomposición de rocas y conchas marinas ), no tiene nada que ver con la arena del desierto, una arena que no sirve como material de construcción porque su grano es esférico y pulido y no permite la concreción del cemento. La actividad extractiva de áridos en Lanzarote es una auténtica aberración y un ejemplo más de la calaña despreciable de los sinvergüenzas que nos gobiernan , de su incultura y su desprecio.
Solo se me ocurre una política radical de protección de los espacios no urbanizados : fin de las canteras y de las extracciones y empezar a restaurar lo que se pueda. Pero para eso tendría que ocurrir un milagro.
No es por ser fatalista, pero todos sabemos que los daños son irreversibles y en cadena. La amenaza del ecosistema es total, además del daño paisajístico que es visible a simple vista, está la acción del hombre destruyendo zonas de reserva de especies, algunas endémicas, y que están bajo la desprotección de los distintos departamentos de ayuntamientos y cabildo que miran para el cielo diciendo "Qué día tan bonito hace hoy".
Felicidades Saúl por ocuparte de este tema. En las zonas de jable debería cesar cualquier actividad extractiva, ya que es hábitat de una especie en peligro de extinción, la hubara canaria, lo cual le confiere prioridad de conservación. El jable tiene una fortaleza ecológica impresionante que se aprecia sobre todo en años secos, y sirve de refugio a aves esteparias raras y amenazadas. Además constituye un valioso recurso para el turismo de calidad, no solo por su flora y fauna interesantes, sino por el sosiego que transmite este paisaje tan abierto y amplio, algo que difícilmente se encuentra en otras regiones de Europa. Una pena que aquí no se comprende así, y proliferan los usos altamente destructivos: minería, circuitos de moto cross, excursiones en quad, vertederos, circulación campo a través. Y no parece que haya voluntad política en evitarlo, todo lo contrario.
Sigue el expolio con la complicidad de los basuras de los políticos...
Recuerden todos/as a los responsables del expolio de nuestra tierra, para poder recordárselo a los que vendrán ...para que no cometan el error que nosotros hemos cometido....creer en la falsa democracia y en el político. Muchas promesas........ "todas mentiras"...van a lo que van, a mamar del bote que les permite pavonearse.

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