El Museo Atlántico de los Centros de Arte, Cultura y Turismo (CACT) acogerá en los fondos que albergan su colección de esculturas sumergidas un ensayo sobre cómo repoblar las praderas de seba y otro destinado a medir el impacto del hombre en el medio marino.

El Museo Atlántico abrió sus puertas en enero de 2017, con más de 400 esculturas del artista británico Jason deCaires, sumergidas a 14 metros de profundidad y repartidas en un espacio de unos 2.500 metros cuadrados de superficie.

Uno de los proyectos estudiará fórmulas para restaurar las praderas de Cymodocea nodosa (seba), una especie catalogada como vulnerable, con la participación de investigadores de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y el apoyo de los Centros de Arte, Cultura y Turismo del Cabildo de Lanzarote y el Ministerio de Transición Ecológica.

Los investigadores responsables del proyecto ya están obteniendo esquejes de ejemplares de esta planta marina, que serán replantados en el conjunto escultórico sumergido en la bahía de Las Coloradas, en el litoral del municipio de Yaiza.

En concreto, está previsto que se trasplanten 35 rizomas de seba en el Museo Atlántico, en un sustrato arenoso situado entre los 10 y 15 metros de profundidad.

En esta ocasión, son los guías del museo y los propios centros de buceo los que están prestando su colaboración en el proceso de observación, captación y trasplante de los esquejes.

La Cymodocea nodosa, que se agrupa en praderas conocidas en Canarias como sebadales, es fundamental para la vida en el océano, ya que ofrece refugio a las larvas de distintas especies pelágicas.

Los sebadales amortiguan los efectos del oleaje y las corrientes, lo que evita la erosión y desaparición de las playas; mejoran la calidad y la transparencia del agua; producen oxígeno a través de la fotosíntesis y fijan carbono en sus tejidos, recuerda el Cabildo.

El otro proyecto científico en el que se ha implicado el Museo Atlántico de Lanzarote servirá para medir distintas variables que contribuirán a valorar el impacto del hombre sobre los océanos.

El sistema de observación que se desplegará en el museo sumergido tomará datos relacionados con la meteorología, la oceanografía y la biogeoquímica marina.

Para ello, se valdrá de tres puntos de observación: una de fondeo principal, que dará soporte a la estación meteorológica y a la sensórica submarina; un fondeo secundario, que sustentará el sistema de observación submarina de imagen y sonido, y una boya móvil, que servirá de soporte a una sonda multiparamétrica y a una cámara submarina.

El consejero de Turismo del Cabildo de Lanzarote, Echedey Eugenio, considera que con estos proyectos el museo "no es sólo una herramienta de promoción turística del destino de incalculable valor y un elemento vertebrador y dinamizador del segmento del turismo de buceo insular, sino que, más allá incluso es un vector fundamental para la proyección social de valores asociados a la sostenibilidad del medio marino".

De abril de 2017 a mayo de 2018, el Museo Atlántico recibió 10.546 visitantes a través de las 33 empresas operadoras que colaboran en su actividad, con 240 guías acreditados.