DESTACAMOS

El impulso al empoderamiento de la mujer en Lanzarote

Cande Valiente presenta su trabajo de fin de grado, que espera llevar a la práctica para atajar la desigualdad y las brechas sociales entre hombres y mujeres  

Saúl García 4 COMENTARIOS 23/06/2022 - 06:35

Cande Valiente estudió Educación social por la UNED Lanzarote mientras trabajaba como técnico deportiva. En medio de todo esto fue madre. El mes pasado presentó su Trabajo de Fin de Grado (TFG), en un acto en el IV Seminario de estudiantes y su presentación de trabajos de fin de estudios de grado, máster y doctorados. Se titula Impulso al empoderamiento de la mujer en Lanzarote.

“Siempre he tenido inquietud por la educación social y también por la igualdad”, dice, así que este trabajo conjuga ambas cosas. Su labor profesional se ha centrado en el deporte, como monitora o entrenadora personal, pero también hizo prácticas con menores no acompañados.

Dice que “sigue habiendo mucha desigualdad o mucha superioridad, como se quiera mirar”, y que incluso hay muchas mujeres que “ni siquiera saben de su desigualdad”. Y señala que, por eso, hay que hacer un trabajo previo, que es el del empoderamiento, “visibilizar en las mujeres esa necesidad de igualdad”.

A pesar de que cree que en estos últimos años se está trabajando mucho en este campo, que hay un salto respecto al pasado, queda mucho camino por recorrer. “A muchas mujeres les cuesta contar el problema que tienen”, asegura.

El proyecto va dirigido “a la mujer común, a la que ni siquiera desea el cambio o no lo tiene claro”. “Algunas pensarán que no les hace falta, que son mujeres libres, pero también tiene interés para este tipo de mujeres. Por eso hablo de impulsar”, apunta.

Señala que en Lanzarote no hay mucha diferencia entre el mundo rural y el mundo urbano. Ve más diferencias, sin embargo, en mujeres que llegan de otros países, donde la igualdad es aún más lejana: “Avanzas, y de repente llega el Covid y de nuevo se va para atrás, porque cuando hay situaciones excepcionales, de dependencia o de cuidados, lo asume la mujer, y se va hacia atrás muy bruscamente, el Covid ha supuesto eso”.

El proyecto, de intervención socioeducativa, prevé un año de duración

Cree que no se trata del hombre, sino de la sociedad, y apunta que la igualdad es buena para todos: se consiguen parejas e hijos o hijas más exitosos, relaciones más largas, más iguales, más realizadas...”.

Las mujeres, ante la pandemia, han padecido la desigualdad salarial y la inestabilidad laboral. “Fueron las primeras en perder el trabajo y además han sido las que principalmente se han dedicado al cuidado de la familia, las tareas de los hijos en casa y asistir a los dependientes. En la historia, la mujer siempre ha sido menospreciada con respecto al hombre. Esto hizo que durante muchos años las mujeres no tuvieran un trato igualitario al que recibía el hombre en todos los ámbitos tanto familiares como sociales”, señala Valiente.

“La desigualdad, la diferencia de sueldos o la falta de oportunidades y apoyos son algunos de los motivos que siguen aumentando la brecha social entre hombres y mujeres lanzaroteños. Todo esto puede llevar a la creación de una situación de riesgo o dificultad social para la mujer de la Isla”, dice.

El proyecto

Valiente espera poder llevar a la práctica su trabajo de fin de grado, que se convierta en un proyecto del que se puedan beneficiar muchas mujeres de la Isla. En su desarrollo participarían muchos especialistas, desde psicólogos a educadores o dietistas. Dice que aún no se pueden desvelar las actividades que se van a realizar.

El proyecto, de intervención socioeducativa. tendría una duración de un año, aunque espera que se mantenga en el tiempo para diferentes grupos. Está dirigido a grupos de unas 30 mujeres, sin límite de edad. Tiene como objetivo principal la salud, el bienestar o la autoestima, pero también la preparación para la búsqueda de empleo.

“Es un trabajo consistente, no es de todos los días, pero es un proyecto consistente”, insiste. “Se trata de que adquieran fortaleza, autoconfianza y autodeterminación para mejorar su estado psíquico, físico y social. Y no es que no existan y hayan existido otros proyectos de la misma índole, sino que aún nos queda un largo camino por recorrer”, señala.

Comentarios

A ver si lo entiendo. Si una mujer piensa que es libre y no está oprimida es que está equivocada. o piensan lo mismo que tú o están equivocadas. Yo diría que eso no es ser feminista sino feminazi, pero allá tú con tu trabajo.
Subamos un poco el nivel del periódico. Un trabajo de fin de grado, ni de máster, ni de doctorado, es titular, por favor.
Cierto es que nadie es quien para decidir si está bien o mal, el modo de vida de una persona, sea ésta, mujer o sea hombre. Cada cual debe ser libre de escoger como vivir, aunque a algunas personas esa forma de vida les parezca del siglo pasado.
A mí me parece que no es empoderamiento, hoy la mujer al igual que el hombre escogen su camino, y sea cual sea debe ser respetado. Hay mujeres que se dedican a sus hijos y renuncian a un trabajo, por convicción propia, y lo mismo pasa con muchos hombres.No veo el problema.

Añadir nuevo comentario