CULTURA

El fotógrafo del fin del mundo

Álvaro Sánchez-Montañés recopila en el libro ‘No como el caos’ su trabajo de los últimos siete años

Álvaro Sánchez-Montañés con el libro 'No como el caos'. Foto: Ángela Ulloa.
Lourdes Bermejo 0 COMENTARIOS 23/10/2018 - 07:24

Álvaro Sánchez-Montañés presenta este jueves en Lanzarote el primer libro recopilatorio de su obra fotográfica, aunque con mayor presencia de imágenes de los últimos siete años. ‘No como el caos’ (Ediciones Remotas, 2018) es una cuidada edición de 112 páginas con más de 60 fotografías en las que se refleja la personal mirada del autor sobre la huella humana en escenarios naturales a los que convierte en apocalípticos.

Dice la crítica de arte Rosa Olivares que Álvaro Sánchez-Montañés (Madrid 1973) forma parte de un “ejército de buscadores de algo que nunca encontrarán por su propia naturaleza, porque buscan algo que ya no está, se asoman al hueco que deja todo cuerpo desplazado, al agujero negro de la ausencia”. Así, describe la también comisaria de arte el trabajo de este fotógrafo, que asegura haber redescubierto su pasión en Lanzarote, donde residió por motivos profesionales de 2001 a 2008. “La Isla me ayudó a centrarme nuevamente en la fotografía y la pintura, que tenía abandonadas desde hacía seis años. Cuando llegué encontré la calma y la tranquilidad necesarias para retomar estas disciplinas”, explica el autor, actualmente afincado en Barcelona donde ha desarrollado su carrera fotográfica en los últimos años.

Desde su llegada a la Ciudad Condal, Sánchez-Montañés ha evolucionado hasta convertirse en un nombre destacado del panorama fotográfico internacional, con un apabullante palmarés de premios, entre ellos el de la Fundación Vilacasas (2017), UniCaja, (2011), Caja España (2009) International Photography Awards (IPA) (2009) Epson (2009), llegando a ser finalista en cuatro ocasiones del prestigioso premio Pilar Citoler, de la Universidad de Córdoba. Sus obras han sido expuestas en multitud de galerías de España y otros países, como Serbia, donde este año presentó la serie ‘Settlers’, en la sala Doma Omladine de Belgrado. Las fotografías, con su reconocible estilo, cuelgan de las paredes de coleccionistas, “sobre todo franceses e italianos, que son los más activos, junto a los del norte de Europa” y han servido también para ilustrar portadas de libros, como la de la edición española de ‘El hombre que dijo adiós’, la novela de Anne Tayler, autora del best seller ‘El turista accidental’. La imagen elegida es una fotografía de la primera serie ‘Landemar’ (colonos) (2010) que muestra la simétrica ramificación de un árbol ante una casa, en medio de un paraje solitario. La foto obtuvo el primer premio de la Fundación AENA en 2012.

Tras varios años de actividad, Álvaro publica ahora ‘No como el caos’, (Ediciones Remotas) con el doble objetivo de “conservar visualmente las piezas que se han vendido y, de algún modo, que el trabajo realizado pase a la posteridad”. El libro se presenta en la Cervecería Nao en Arrecife, este jueves a las 20.00 horas. Se trata de una cuidada edición, en encuadernación cartoné, de 112 páginas con más de 60 fotografías de tamaño 24 x 33 centímetros, a doble página, “lo que ayuda a percibir la simetría natural de las imágenes”, explica Álvaro, que asegura no haber buscado esta cuadrada composición. El autor, en cambio, sí elige cuidadosamente el objeto de su interés, que va desde la central nuclear de Chernóbil (actual Ucrania) a la metrópolis de Dubai, en medio del desierto.


‘Guía’. Imagen de una estructura abandonada en un bosque de Japón.

El viaje forma parte del trabajo, pero Álvaro insiste en negar cualquier signo de documentalismo, reporterismo o fotografía de viajes en su obra. De hecho, las imágenes elegidas para ‘No como el caos’ carecen de la habitual documentación, como el año de realización o la situación geográfica, dando libertad emocional a quien las contempla. Se trata de imágenes en las que no aparecen personas o lo hacen (solo en una de ellas) como hologramas, envueltas en niebla, pero en las que es protagonista la huella humana. Parajes naturales que una vez fueron habitados, usados para la actividad humana y que vuelven a su origen, integrando el nuevo escenario, casi apocalíptico. Algunas son auténticas metáforas para el autor, como la foto tomada en un bosque japonés en 2012: una estructura metálica, perfectamente cuadrada que, en lugar de albergar alguna suerte de fábrica o edificio, sirve, tras ser abandonada, de ayuda a una planta enredadera que crece trepando por los hierros y terminará ocultando completamente la obra humana. “Me pareció muy poético”, indica, aludiendo a la fusión de la mano del hombre y de la naturaleza en esta foto que despertó su interés por este concepto, convertido ya en el sello personal del artista. “Me gusta la interacción, observar como se diluye la diferencia entre el contenido y el continente, la unión de fuera y dentro, que lo que estaba vuelva a su estado natural”, dice.

Los críticos hablan de “soledad y nostalgia”, de “silencio y armónica confusión” en el trabajo de estos últimos años recopilados en el libro. Sin embargo, el propio Sánchez Montañés se explica a través del poema de Alexandre Pope que da título a la edición. “No como el Caos, aglomerado y magullado, mas como el mundo, armónicamente confundido: en el cual vemos orden en la diversidad, y en el cual todo congenia aunque todo difiera”. Poesía es lo que ve, también, Rosa Olivares en la mirada de Sánchez Montañés, una poesía que emerge “como un suave lamento de cada una de estas imágenes, maduradas desde el interior de una pasión meditada, se trata de la poesía que haría un matemático. Meditada, tardía, triste y calculada, una carta escrita para alguien que ya no está. Que tal vez nunca estuvo.


‘Raetur’ (raíces en islandés). Portada de ‘El hombre que dijo adiós’.

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