SOCIEDAD

El Callejón, más que un club

Treinta años de cultura de club definen al templo de la noche de Arrecife por excelencia. Varias generaciones han pasado por El Callejón Liso, que se ha reinventado como bar rockero, meca de dj’s y mecenas artístico

De izquierda a derecha, Enrique Toledo, Iru Paniagua, Juan Luis Brito, Carmelo Aguilar, Gerardo Toledo y Kim Lutken. Foto: Pepe Vera.
Lourdes Bermejo 7 COMENTARIOS 14/07/2018 - 08:45

Aunque con tres décadas de reinado en la noche de Arrecife, El Callejón nunca mostró un cartel con su nombre hasta la remodelación del bar en 2010. En épocas anteriores era conocido como Tacoror o Tomaren, que era el pueblo del dueño de la casa donde se ubica. Sin embargo, el cierre de 59, el otro templo creado en los 90 por Kim Lutken junto a Carmelo Aguilar en la entonces calle José Antonio (actual Manolo Millares), dejó a Kim cierta amargura estética. “Ahora El Callejón me parecía triste y le dimos un cambio, del que se ocuparon Carmelo, Demetrio Martín y Nicolás Cadenas”, explica. El artista Fernandito Amor realizó varias obras pictóricas, entre ellas los murales que lucen en las estancias del bar y un sugerente cartel, en el mismo escalón de la puerta de entrada, que oficializó el nombre de El Callejón Liso. “Así es como se conoce la callejuela que da a la avenida desde Luis Morote porque antiguamente se sacaban al mar los barcos de pesca por una rampa que había en ese mismo sitio, ya que el agua llegaba hasta ese punto. Era ‘liso’ porque el suelo estaba resbaladizo por las escamas de pescado”, dice Kim.

Lo cierto es que el cambio arquitectónico y decorativo tuvo un efecto inspirador y tras varios lustros acogiendo a una clientela de perfil muy rockero, el local se convirtió repentinamente en el lugar de moda de la capital y atrajo a un público mucho más variado, ampliando también el segmento de edad hasta los más jóvenes. “Nos preguntaban si era un bar nuevo”, recuerda Juan Luis Brito, uno de los barman.

“Lo que tienen en común todas las generaciones y estilos de nuestros clientes es la elegancia”, asegura Kim, que asegura no haber presenciado jamás un altercado de importancia, a pesar de acoger a cientos de personas los fines de semana. “Será que no hay tierra fértil para sembrar la discordia”, reflexiona.

En efecto, las paredes y sobre todo el personal de El Callejón (Kim, Carmelo, Juan Luis Brito y Gerardo Toledo, junto a las más recientes incorporaciones de Enrique Toledo e Iru Paniagua) transmiten una familiaridad que ha atraído a varias generaciones desde principios de los años 80. “Algunos jóvenes me cuentan que sus padres se conocieron en el bar”, dice este conocido empresario mucho más popular en la sociedad isleña de lo que son para él algunos de sus selectos clientes.

“Mi problema es que soy mal fisonomista y con la cantidad de personas a las que he atendido, a veces soy incapaz de reconocer a quién tengo delante”. Esta circunstancia ha dado lugar a no pocas anécdotas. La buena relación de los responsables del bar con la prensa, muy amante del ambiente canalla, ha propiciado que numerosas personalidades de todos los ámbitos sociales y culturales hayan recalado en él. En 1992, los informadores compartieron una comida con la cúpula del poder judicial, en el transcurso de unas jornadas nacionales del sector que se celebraban en la Isla. Los ponentes se alojaban en un hotel de Costa Teguise y preguntaron a los periodistas locales por la oferta nocturna de la zona, pero fueron bien aconsejados y esa misma noche, Baltasar Garzón (juez de la Audiencia Nacional que investigó entre otros el caso Nécora o el de los GAL), o Rafael Vera, que era secretario de Estado para la Seguridad, junto a otros magistrados y altos cargos de la judicatura y el Ministerio, se tomaron unas copas al ritmo de Los Suaves, The Cure o INXS.

Pero a lo largo de los años, el local ha acogido a multitud de caras conocidas, sobre todo del mundo del espectáculo, músicos de moda que han tocado en la Isla, los actores presentes en los distintos festivales de cine que se han celebrado en estas décadas e, incluso, ídolos juveniles que se encontraron con la inflexibilidad de las normas de la hostelería. En 2003, con el fenómeno UPA Dance en boga, recaló en El Callejón el mismísimo Miguel Ángel Muñoz, el mito ‘teenager’ por excelencia en aquellos años. El propio actor ha confesado recientemente que ser una celebridad de aquella magnitud a edad tan temprana le causó ciertos problemas emocionales. Una fama que se topó, en Arrecife, con Kim Lutken en la puerta del 59. “La verdad es que me sonaba su cara. El chico era muy educado, pero vino con un vaso de plástico en la mano y quería entrar. Dijo que le habían dicho en El Callejón que ambos bares eran el mismo y podía seguir con su copa. Le impedí la entrada con el vaso porque evidentemente no sabía quién era, ni por qué le habían dicho aquello en el otro bar. El joven se giró ligeramente, se apostó en la pared de la calle y terminó su copa sin prisa. En esos minutos, se produjo un revuelo de chicas que lo rodearon pidiéndole autógrafos. Comprendí que había dicho la verdad. Cuando acabó la bebida, entró sonriente en el 59”, recuerda Kim.

La lista de personajes públicos que pasa por El Callejón Liso es inagotable. “El otro día estuvo la actriz Cristina Castaño; Jon Kortajarena viene mucho, suele irse a la parte de atrás. Pasa la noche como uno más, nadie lo aborda. Creo que eso es lo que gusta del ambiente de este bar”, dice Carmelo Aguilar.

Una celebridad local, el tenor Pancho Corujo, integrado ya en el circuito internacional de ópera, es un habitual de El Callejón e incluso regala a sus amigos cuando viene a la Isla un concierto en pequeño comité. “Lo hace altruistamente, son conciertos abiertos al público, pero se programa fuera de las horas de mayor trabajo para crear las condiciones apropiadas”, explica Lutken. Entre los amigos de la casa hay muchas caras conocidas de la política insular, algunas incluso encarnan el estereotipo cinematográfico de cliente con necesidad de desahogarse. “Las cosas se cuentan en confianza”, asegura.

Juan Luis Brito, él mismo expolítico y fugaz vicepresidente del Cabildo a mediados de los 90, ha atendido tras la barra a muchos colegas de la cosa pública. Aunque la discreción es la marca de la casa, no es un secreto que el PSOE ‘histórico’ ha sabido siempre disfrutar de la noche y, en la actual etapa, cargos públicos de Coalición Canaria son clientes habituales. “De hecho, el partido celebró aquí el fin de campaña”, explica Toledo, “aunque nunca a puerta cerrada”. Kim se apresta a subrayar el completo apoliticismo del negocio.

Otro de los caminos que ha recorrido El Callejón es el de valedor cultural. Moisés Fleitas, uno de los integrantes de Parto Cerebral, recuerda que el grupo artístico “nació aquí”. Su alter ego Eustakya Lepop, junto al de Atchén Pounapal, Marilyn Chacón, dieron auténticas veladas de gloria con sus puestas en escena y sus sesiones tras la cabina. De 2010 a 2013, el colectivo, formado por artistas como Emma Sofía Hernández, Emma López-Leyton o David GP, se encargó de la programación estable y aún hoy cuelgan de las paredes del local obras de los componentes de la asociación cultural.

La vía plástica ha ido siempre de la mano de la musical. César Valerón, ‘Pocho’, se encarga de coordinar a los dj’s y grupos en vivo. Por la pista y la cabina de El Callejón han pasado desde los rockeros insurrectos Modus operandi a la elegante La chica del millón, del electrónico Resonance al showman y ‘worldmúsico’ Manel el Especialista. De 13 motos (ex Familia Real y Ataúd Vacante) a Leo Parda, el querido Román Cabrera ‘Romanín’ desaparecido el pasado año. Los carteles anunciadores son, en sí mismos, una deliciosa colección de arte. El de este mes de julio lo firma Bego Izarra. Pincharán los viernes, en este orden, Fleitas vs Lepop, Sara BangBang, Ze Pequeño y Meigavelvet (Puri Gómez, una de las residentes) y todos los sábados Javi Sánchez. La cita es en El Callejón, mucho más que un club.

Muestra de carteles


Cartel de junio de 2012. Marilyn Chacón (Atchén Pounapal) no pierde el glamour aunque vaya a degustar la cabeza de su amiga Eustaquia.


Cartel navideño de diciembre de 2011 con una inquietante Santa Claus (Moisés Fleitas).


Cartel de DJ’s de este mes de julio, realizado por Bego Izarra.

Comentarios

Y el ruido ? y el escándalo en la calle ?. Ya todo vale . Los vecinos importan un pimiento. Si a la diversión, si a la Música pero en locales adecuadamente insonorizados y evitando la acumulación de gente en la calle.
Este tipo de locales pertenecen a una cultura demodê. Es lo que queda de aquella movida madrileña, pero de trasnochados pasados de todo, incluso de años. Hoy debe prevalecer el descanso de los vecinos a las juergas sin tino de 4 templaos. Se llama civismo. Es lo que tiene la educación.
Ya está el que faltaba comentando... el vecino que quiere una ciudad muerta, el vecino que pretende vivir en el centro de la ciudad y escuchar el sonido de los pajaros y los grillos del campo... ERES MUY PLASTA.
Al Comentario 3 : La ignorancia que demuestras es tan , tan grande que sobran explicaciones. Hombre , cede tu casa y tu calle para todas las borracheras y verbenas, listo.
Larga vida al Callejón Liso!!... Y a sus vecinos, por supuesto
Ese bar en los 90 fue de unos asturianos ,Javier y Gloria. Veo que no los mencionan y lo tuvieron muchos años.
Alguien me podría decir como puedo conectactar con ella Meigavelvet (Puri Gómez, una de las residentes

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