A FONDO

Chinijo: entre la amenaza a la naturaleza, la presión turística y las reivindicaciones

El Plan de Recursos Naturales abarca 504 kilómetros cuadrados, engloba no solo al Parque Natural sino también a la zona de El Jable y los usos y prohibiciones encienden el debate

M. Riveiro 2 COMENTARIOS 20/10/2021 - 06:54

El Archipiélago Chinijo es como una moneda con varias caras: un espacio natural protegido, pero amenazado por las especies invasoras, la desertificación y el cambio climático; la mayor reserva marina de Europa, pero sin capacidad real para controlar el furtivismo; un Parque Natural, pero que se ha convertido en una de las zonas más demandadas por los turistas.

El futuro del Archipiélago Chinijo está sobre la mesa, con la elaboración primero del Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN), cuyo trámite de exposición pública acaba de concluir, y luego con el documento que regulará al detalle este delicado espacio: el Plan Rector de Uso y Gestión.

De entrada, el Gobierno de Canarias ha decidido que el Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) abarque no solo el Parque Natural del Archipiélago Chinijo, sino también la Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) de los islotes del norte de Lanzarote y Famara.

“Así, se evita fragmentar este ámbito continuo de protección”, que se prolonga más allá de los límites del Parque Natural, “sobre los terrenos arenosos” de El Jable, por la “existencia de valores de interés para la conservación”. De esta manera, el planeamiento afectará a casi 504 kilómetros cuadrados. De ellos, 118 kilómetros cuadrados son de superficie terrestre y el resto de superficie marina.

De forma estricta, al margen del Parque Natural se regularán unos 30 kilómetros cuadrados más, que se adentran en Lanzarote entre la carretera a Famara desde Teguise, por un lado, y Muñique por el otro.

Amenazas naturales. El Plan enumera una serie de factores que suponen un riesgo para la conservación del Archipiélago Chinijo. Uno de ellos, que destaca por la “pérdida de biodiversidad”, es la presencia de especies exóticas invasoras. Se cita el tabaco moro, la caña, la batatilla de indias o la uña de gato, que constituyen “una amenaza por la potencial capacidad de invasión que muestran algunas de esas plantas para instalarse en el medio natural y proliferar, alterando los ecosistemas”. La pseudorlaya, el rabogato y la vinagrera “son las que representan un mayor riesgo para la conservación”.

En el Plan también se destaca la presencia de especies como gatos, ratones y conejos, cuya elevada población constituye “una seria amenaza para las aves, especialmente las marinas”, y para “un número importante de plantas endémicas”.

Los daños, tanto a ejemplares adultos de aves como a pollos y huevos, “son un problema que afecta con carácter general a las poblaciones de aves localizadas en Alegranza, en La Graciosa y las que ocupan los escarpes del Risco de Famara”. Hace dos décadas “se consiguió con éxito erradicar por completo las poblaciones de conejo, lo que no fue posible en Alegranza”. “La presencia del ratón en Alegranza parece estar ocasionando también cierto impacto sobre las poblaciones de paíño europeo y paíño de Madeira.

Presión humana. El Plan destaca también que, en muchos espacios, la “principal amenaza” son los humanos. Así, resalta el “elevado uso recreativo y turístico” que “soporta” la Playa del Salado, en La Graciosa, las dunas de Famara y, “aunque con menor intensidad de uso, la playa de Las Conchas y la costa de Lambra”, en la octava Isla.

“La presencia de una densa red de caminos, pistas y carreteras constituye un factor de amenaza para la conservación” de la hubara, y “el incremento del uso recreativo y turístico asociado al senderismo y especialmente al tránsito rodado de vehículos fuera de las vías son factores de presión” para las especies.

En el Plan se subraya que los espacios de jable sufren una clara “situación de regresión”, relacionada por la falta de renovación del material procedente de los bancos de arena marinos, aunque también hay otros factores que hacen que la imagen actual se parezca cada vez menos a la de hace décadas.

Así, se pone el foco en “las transformaciones del terreno ocasionadas por los numerosos trazados existentes de urbanizaciones que quedaron sin ejecutar”, en el entorno de Famara, y que interfieren en el “desplazamiento” natural del jable.


Límites del Parque Natural del Archipiélago Chinijo.

Extracción de jable. Uno de los aspectos más polémicos del Plan es la extracción de áridos junto al pueblo de Muñique, en la zona conocida como Las Melianas, que el Gobierno de Canarias ha incorporado al nuevo planeamiento.

En el documento se señala que en el Plan Insular de Ordenación (PIO) de 1991 se estableció un ámbito de suelo rústico potencialmente minero. Según la información que maneja el Gobierno, “la mayoría de dichas extracciones carecen de las correspondientes concesiones administrativas, lo que trae consigo que no exista un diseño o proyecto de extracción”, y que se extraiga “bajo el criterio de la comodidad”.

“Otra consecuencia de esta cierta anarquía”, añade, “es la realización de numerosos agujeros, de varios metros de profundidad, que están siendo aprovechados como vertederos o como circuitos ilegales” de carreras.

Ecologistas en Acción Lanzarote critica que, pese al diagnóstico efectuado por el Gobierno, que resalta que la actividad extractiva “constituye el impacto actual de mayor envergadura”, la conclusión “no sea la prohibición” en espacio protegido, sino que la actividad minera necesita de “gestión”.

Los ecologistas tachan de “aberración” mantener en el Plan la zona de extracción de jable, cuando el mismo documento está “prescribiendo” la “búsqueda de otro emplazamiento para la minería a cielo abierto”.

Además, reclaman que se suspendan tres proyectos en trámite para explotaciones mineras -Cantera Blanca, Los Piquillos y Amada- por considerar que supondrían “una transformación sensible de la realidad física y biológica”.

Por su parte, la Cámara de Comercio de Lanzarote plantea que se respeten las concesiones de extracción existentes y que se permitan “nuevas actividades, siempre bajo los condicionantes de su sostenibilidad”. Destaca que son “fundamentales para la economía insular por la inexistencia de otros emplazamientos aprobados en el planeamiento insular”.


Límites del PORN, que incluye El Jable.

Regular el turismo. En 1994, en La Graciosa había 49 apartamentos. “Esta oferta se ha seguido desarrollando, no encontrándose, sin embargo, amparada por ninguna legislación” específica para el Archipiélago Chinijo, señala el Gobierno en el Plan, en el que recalca que, según el PIO vigente, en el Parque Natural “el uso turístico alojativo solo se permitía en la zona de Island Homes”, conocida como ‘Los Noruegos’.

En 2009, una ley autonómica reconoció, “con carácter excepcional”, el uso turístico en Caleta del Sebo, pero “en los términos y condiciones que se establezcan en el Plan Rector de Uso y Gestión”.

Para aprobar el PRUG, anulado en firme por los tribunales, el paso previo es aprobar el PORN. Con el boom del alquiler vacacional, tanto Caleta de Famara como Caleta del Sebo se han convertido, en la práctica, en destinos turísticos alojativos. Hay registradas 149 viviendas vacacionales en Caleta del Sebo, una en Pedro Barba y 41 en Famara. Sin embargo, el Gobierno reconoce que “el cómputo total de viviendas no es fiable”.

“El PORN debería permitir el alojamiento turístico siempre de forma ordenada y bajo las directrices propias de un turismo sostenible”, señala la Cámara, que pide “partir de la realidad actual”, que “parece obviar”. Para el ente, “con carácter previo a la aprobación” del Plan resulta “imprescindible” elaborar un censo de viviendas residenciales, vacacionales y de uso mixto. Es “posible”, apunta, que haya “un gran número de viviendas en situación alegal o irregular”, que no estén registradas “pero que operan en el mercado turístico con regularidad”.


Playa de Famara.

Prohibir o no. Para Ecologistas en Acción, “resulta prioritario establecer un cupo máximo diario de visitantes a Famara y a La Graciosa para evitar las consecuencias del sobreturismo”. Y también “que se determine un cupo y una franja horaria para las personas que practiquen deportes o alguna otra actividad que requiera de la utilización de medios de transportes por los caminos o pistas existentes”, especialmente en la playa de Famara.

Para la Cámara, “cualquier prohibición o limitación en el ejercicio de una actividad empresarial deberá basarse en el correspondiente estudio pormenorizado”. En vez de prohibir, el ente cameral apuesta por que se establezcan “condicionantes”. También plantea normas para la cartelería y delimitar recorridos, especialmente en La Graciosa, para el senderismo, y lo mismo con los puntos de fondeo.

Además, pide que se matice la “incompatibilidad” del Plan para actividades turísticas y recreativas en determinados espacios, como Alegranza: “Existe un alojamiento y debería respetarse la actividad”. Declarar incompatible el uso de recreo extensivo “supone una prohibición de uso por la vía de hecho”, sentencia.

Por otro lado, la Cámara solicita “analizar la capacidad de carga del parque móvil” en La Graciosa, para establecer un número “máximo” para residentes y empresas.

Comentarios

Ahora saldrán los iluminados que nos acusaron de querer mantener la isla en la pobreza. No todo vale para que unos cuantos hagan negocio. Conservar La Graciosa y el Archipiélago Chinijo es apostar por el futuro
Muy buen artículo, y gracias por darnos luz de los temas mediambientales en el Archipiélago Chinijo y los núcleos poblacionales. Lo dicho, al prinicipio. Gracias por este gran trabajo.

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