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Chicha Reina, pico y pala violeta

La investigadora y maestra jubilada desempolva los nombres de mujer asociados a logros artísticos y culturales ante los que catálogos, callejeros, artículos y homenajes públicos han pasado de largo

Fotos: Cedidas.
Myriam Ybot 0 COMENTARIOS 12/05/2019 - 08:59

Cuenta la leyenda que Churchill, con permiso de George Orwell, aseguró que la Historia la escriben los vencedores. Y podría añadirse sin miedo a errar que la mano que empuña esa pluma ha sido siempre masculina. Por fortuna, la docente e investigadora tinerfeña, María del Carmen Reina, es más de Oscar Wilde y de su convicción de que “el único deber que tenemos con la Historia es reescribirla”; una tarea en la que está inmersa la autora de tres ediciones de la obra Mujer y Cultura en Canarias y del trabajo de investigación Mujeres en la Isla.

Antes que rebuscadora de legajos, partidas de nacimiento y matrimonio y viejas cartas manuscritas atadas con cinta de raso, María del Carmen “Chicha” Reina fue profesora de Infantil y Primaria y concejala de Igualdad, Cultura, Festejos, Agencia de Desarrollo y Empleo, Servicios Sociales y Deportes en Santa Brígida -“la primera mujer que llevaba esa responsabilidad tan masculina entonces, en un ayuntamiento en Canarias”-, aclara con orgullo. Y todo a la vez en jornadas maratonianas que empujaba con bocadillos rápidos entre el aula y el despacho municipal.

Semejante actividad, a la que sumaría la presidencia del Casino de Santa Brígida cuando al fin abrió sus puertas a las mujeres, y la creación de la asociación “Almagre” de formación en alfarería y cerámica para personas con dificultades de inserción laboral, hacían impensable una jubilación ociosa de paseos y mesa camilla.

Más al contrario, de la mano de Miguel, su compañero de vida y tan aficionado como ella a la literatura y a la investigación, Chicha se ha embarcado en una exhaustiva búsqueda de nombres femeninos asociados a logros artísticos y culturales ante los que catálogos, callejeros, artículos y homenajes públicos han pasado de largo. Hasta la fecha, solo el 7 por ciento de los referentes culturales y científicos que aparecen en los libros de la ESO son femeninos.

Derribar estereotipos

Derribar estereotipos y visibilizar los méritos de las mujeres canarias se ha convertido en la batalla personal y existencial de Reina, quien probablemente en estos tiempos de progreso y reivindicación feminista, sí pasará a la Historia de las islas por su trabajo y por ser una mujer inspiradora para muchas jóvenes en la continuidad de esta labor fundamental.

Chicha creció en un hogar de la burguesía canaria de raigambre ilustrada, en una familia cuya vinculación con la cultura se remonta a su abuelo materno, miembro fundador y secretario de la Sociedad de Música Néstor de la Torre en los años 30 del pasado siglo, fundada en honor y memoria del barítono canario.

“Era una entidad vinculada tanto a Gran Canaria como a Tenerife, que trajo a las islas ópera, zarzuela y exposiciones de arte entre otras actividades. Mamá se crió junto a Saulo Torón, fue amiga de Tomás Morales, estaba muy metida en el mundo literario y cultural de Las Palmas de Gran Canaria y escribió colaboraciones para Mujeres en la isla, revista en la que mi hermana llegó a publicar unos cuentos con solo 12 años”, relata la investigadora.

El ambiente progresista y el entorno familiar humanista de aquella clase acomodada de las islas se convierte en una escuela de formación de artes plásticas, musicales y escénicas y caldo de cultivo para el desarrollo intelectual de la mayor parte de las mujeres a las que la investigadora ha dedicado su obra; incluidas su madre y su abuela Mela, cuya foto presidió la última charla impartida en Arrecife y organizada por la asociación Mararía.

Linaje Spínola

Entre sus últimos descubrimientos, “gracias a la colaboración de Maruchi, la archivera de Teguise a quien adoro y agradezco la enorme paciencia”, está Dolores Romero Spínola, pianista nacida en La Villa en 1873 y fundadora de la Sociedad Filarmónica de Santa Cruz de Tenerife: “Dio conciertos importantísimos, se convirtió en la primera intérprete en España de la música de Rudolf Snatcher, cuyas partituras le enviaba desde París su hermano Baldomero, quien a su vez llegó a ser director del teatro de La Comédie Française”.

Pero no fue ella la única mujer de ese linaje que debe formar parte de la historia cultural canaria con todos los merecimientos: Lanzarote tiene en la familia Spínola la saga de artistas más relevante del siglo XIX, con proyección durante el XX y con una importante presencia femenina de varias generaciones que cultivó la pintura, la miniatura, la escultura, la platería, la joyería y la música, además de actividades de carácter literario y teatral.

Son las hermanas Francisca, María Rosa y Dominga Spínola Bethencourt, sus sobrinas Catalina y Dolores Vega Spínola, así como Esperanza, Manuela y María Rosa Spínola Ramírez -sobrinas nietas de las primeras-, junto a Juliana y Sebastiana Ramírez Vega, Rita Romero Spínola, Dolores Daranas Romero, Rosalía Spínola Aldana, María Perdomo Vega y Francisca Aldana Spínola, entre las más reconocidas.

Mujeres en la Isla

Canarias tiene el mérito de contar con la primera publicación periódica editada en España con plantilla cien por cien femenina. Que no era prensa rosa y que, entre reseñas de conciertos y exposiciones, entrevistas y poemas, ocultó al Régimen franquista la prueba de la autonomía, el criterio y la capacidad femeninas, crecida en esa habitación propia hecha de tinta y papel. Dirigida por María Teresa Prats de Laplace y Esperanza Vernetta de Quevedo, inició su publicación como suplemento femenino del Diario de Las Palmas en noviembre de 1953.

A partir de enero de 1955 se publicó ya de forma independiente hasta el número doble final 117-118 de noviembre-diciembre de 1964. Salieron a la luz 118 ejemplares durante más de una década, con la colaboración desinteresada de 174 mujeres, entre redactoras y columnistas. A medida que pasó el tiempo, el equipo de redacción quedó formado por un pequeño grupo fijo de mujeres inquietas de la burguesía, con Gala de Reschko, Mercedes González de Linares, María Paz Verdugo y María Sanginés Fumero, además de las directoras.

Las firmas de Chona Madera, Pino Ojeda, Natalia Sosa, Margarita Sánchez Brito, Pino Betancor, Alicia Sarmiento o Lía Tavío convierten a Mujeres en la Isla en el catálogo de la mejor creación literaria femenina de aquellos años oscuros para el progreso femenino.

Según destaca Chicha Reina en su investigación, entre las colaboraciones destacan dos portadas firmadas por César Manrique, a quien además se entrevista en uno de los números. En el ejemplar número 18, María Teresa Prats respondía a Noel Clarasó, quien, en un artículo dedicado a la publicación en La Vanguardia se cuestionaba: “¿Por qué excluyen a los hombres en la revista?”.“Porque hemos sido insensatamente valientes”, contestaba ella.

Nombres propios

DOMINGA SPÍNOLA BETHENCOURT. Nació en Teguise en 1802. Es autora de obras de teatro como Los compadres de Rubicón o El Hallazgo. Su segunda obra no se pudo publicar por la censura de la época; en ella cuestionaba la edad para reinar de Isabel II.

FRANCISCA SPÍNOLA BETHENCOURT. Nace en Teguise en 1806. Escultora y pintora, pudo haber sido discípula de Silvestre Bello en Las Palmas de Gran Canaria. Se le atribuye La Ascensión del Señor en el monumento de la Semana Santa de la iglesia de Haría. En el oratorio de la casa Stinga, en Tegoyo, hay un Corazón de Jesús y un Moisés con las Tablas de la Ley pintados por ella.

CATALINA VEGA SPÍNOLA (1823-1913). Nacida en Teguise, forma parte del linaje familiar. Se especializó en retratos infantiles. Expuso su obra en colectivas y en la exposición homenaje al doctor Alfonso Spínola Vega.

CANDELARIA GARCÍA HERVÁS (1832-1879). Nació en Conil. Su padre era poeta y latinista. En el periódico La Crónica de Lanzarote publica los poemas Al mar, A mi hermano Manuel y otros a la visita del obispo Joaquín Lluch Garriga. Colaboró con varios periódicos literarios.

ESPERANZA SPÍNOLA RAMÍREZ. Nació en Teguise en 1891. Hija de Francisco Spínola Gómez y de Juliana Ramírez Vega e imbuida por el ambiente familiar, desde muy pequeña trabaja con el grupo de teatro colaborando en la pintura de decorados. Fundó una escuela donde altruistamente enseñaba a los más jóvenes y aunque se quedó ciega, no por ello dejó de trabajar con su taller de teatro ayudada por su hermana Manuela, hasta el final de sus días. Desde entonces, el Grupo de Teatro de Teguise lleva su nombre.

MARÍA LASSO MORALES. Fotógrafa. Nació en el seno de una familia humilde de Arrecife dedicada a la artesanía. Era la hermana mayor de Pancho Lasso a quien apoyó y animó en su carrera artística. Se casó con el fotógrafo francés Aquiles Heitz y aprendió las técnicas de la fotografía. Al enviudar, a comienzos de la Guerra Civil, se hizo cargo del estudio fotográfico de su esposo y consiguió numerosos premios a su obra.

MARÍA MORALES TOPHAM (1896-1975). Nació en Arrecife. Su familia se traslada a Tenerife siendo ella muy pequeña, donde estudia música e idiomas. Ejerció como profesora de francés en el Instituto de Arrecife Blas Cabrera Felipe. En el año 1971 publicó el libro de poemas titulado Blanca sencillez, su primer y único libro, prologado por Agustín de la Hoz. María colaboró tocando el piano en asociaciones y actos culturales en la isla.

INOCENCIA ALDANA LORENZO. Nació en Teguise en 1897. Su padre, Agustín Aldana, secretario del Ayuntamiento de Teguise, legó su interés por la literatura a toda su progenie. Inocencia comenzó a escribir cuentos y poesía muy joven, colaboró en el semanario Pronósticos y en Antena con el seudónimo de “Doña Clarines”. Su casa familiar se convirtió en el punto de reunión de lo más selecto de la sociedad de entonces en Arrecife; en estas reuniones se recitaban poemas propios o de otros poetas.

DOROTEA ARMAS. Nacida en 1899 en Muñique, fue una ceramista que aprendió el oficio de su madre y que hasta el año de su muerte, en 1997, vivió y trabajó en su taller del Camino de las Montañetas. Conocedora de los mejores secretos de búsqueda del material, amase, color y cocimiento en los hornos rudimentarios a ras de la tierra, su producción de loza doméstica, juguetes de barro e idolillos de origen aborigen canario, como los Novios del Mojón, la hicieron famosa incluso fuera del archipiélago.

JOSEFINA PLÁ (1903-1999). Nació en la Isla de Lobos (Fuerteventura) y fue bautizada en la Iglesia de Femés y registrada en el municipio de Yaiza. Desde niña leyó a los clásicos y publicó sus primeros poemas en la revista Donostia. Se casó por poderes con el gran ceramista paraguayo Andrés Campos Cervera y en Paraguay escribe, hace radio y colabora con los tres periódicos más importantes: La Nación, La Tribuna y El Orden. Fue la secretaria de redacción del rotativo El Liberal. Participa muy activamente en la creación del teatro nacional paraguayo, crea una escuela de cerámica en homenaje a su marido, es profesora de la Escuela de Arte Escénico y encabeza junto a intelectuales de aquel país un movimiento de renovación poética.

AGUSTINA AYALA CABRERA (1916-1984). Nació en Arrecife. Estudió Magisterio y completó sus estudios de Filosofía y Letras en Madrid. En la capital lanzaroteña, una vez obtenido el título de maestra, fundó una librería en la calle Canalejas, “La Librería de Doña Agustina”, donde se compraba todo el material escolar para los estudiantes de Bachillerato. Su primer poema fue publicado en 1937. También escribió cuentos cortos, aunque no fueron publicados. Fue colaboradora de la revista Mujeres en la Isla en los números siete y diecisiete, así como en Pronóstico.

MANUELA SUÁREZ (1918-1995). Nacida en Yaiza, fue una niña prodigio en casi todo lo que emprendió. Agustín de la Hoz, en El aliento poético de Manuela Suárez, dice: “El mundo poético de Manuela Suárez es tan integramente suyo, tan caído de abajo arriba que apenas si cabe ya en la tristeza de la carne autumnal como vínculo de solidaridad con los demás hombres”. En Las Palmas se integra en el grupo “Alborada poética” con cuyos componentes publica varios libros. En 1985 aparecen sus Poemas con ilustraciones de Felo Monzón.

DOMINGA SUÁREZ CLAVIJO. Nació en Los Valles (Lanzarote) en 1921. Escritora autodidacta de la que se conoce una única publicación, Las fauces insaciables de la bestia, fechada en el año 1961.

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