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Carta por un Turismo y Desarrollo Sostenible: Por un Turismo al Servicio del Territorio y de la Vida

Delegación de Estudiantes - Escuela Universitaria de Turismo de Lanzarote 0 COMENTARIOS 18/11/2025 - 07:14

Preámbulo:

Desde la Delegación de Estudiantes de la Escuela Universitaria de Turismo de Lanzarote (EUTL), adscrita a la Universidad de las Palmas de Gran Canaria, nos dirigimos a personas, colectivos y organizaciones comprometidas con la justicia social, la sostenibilidad ambiental y el derecho a habitar dignamente nuestros territorios.

De manera expresa nos dirigimos a los que toman decisiones en materia de turismo: al Gobierno de Canarias y a los Cabildos Insulares, en especial al Cabildo de Lanzarote, al Ministerio de Industria y Turismo del Gobierno de España, a la Comisión Europea, y a la Organización Mundial del Turismo (OMT).

Como estudiantes e investigadores de la poderosa industria del turismo, deseamos compartir nuestra profunda preocupación por los impactos que el modelo turístico dominante ha generado en el mundo, en nuestras islas, y en particular en Lanzarote, acelerado en los últimos treinta años, en muchos casos en nombre de una falsa sostenibilidad.

El próximo 28 de noviembre tendrá lugar la revisión de la Carta del Turismo Sostenible, firmada en 1995 en esta isla. Sentimos que nuestras voces no han sido realmente escuchadas. Por este motivo, deseamos expresar nuestras reflexiones, preocupaciones y propuestas a través de la presente carta, con la esperanza de que sean asumidas por todos los organismos anteriormente mencionados.

La ciudadanía mundial, y en particular en Canarias, ha manifestado en el último año un profundo malestar, expresado en movilizaciones masivas contra las consecuencias sociales, ecológicas, culturales y económicas del actual modelo turístico. No es una protesta aislada: desde los años ochenta, Canarias ha defendido su territorio una y otra vez, bajo nombres y luchas emblemáticas: Malpaís de la Corona, Papagayo, Corralejo, Isla de Lobos, Veneguera, El Rincón… y con lemas que aún resuenan décadas después: Ni una cama más; No more Hostel; Canarias tiene un límite; Canarias no se vende; o Canarias se ama y se defiende.

Lanzarote, históricamente, ha sido un referente en la defensa del territorio, inspirada por figuras como César Manrique, quien apostó por un desarrollo armónico entre el arte, la naturaleza y la vida. Sin embargo, ese legado está siendo distorsionado de manera interesada, utilizando sus palabras para justificar un modelo turístico que, en realidad, desborda los límites ecológicos, sociales, económicos y culturales de la isla, tal y como avalan los datos.

La expansión ilimitada del turismo de masas, guiada por la búsqueda de crecimiento económico a corto plazo, sin pensar en los impactos negativos futuros, junto a la especulación y el consumo intensivo de recursos naturales, ha deteriorado nuestros ecosistemas. En su expansión sin medida, ha erosionado nuestros paisajes, precarizado nuestras vidas y puesto en peligro la posibilidad misma de habitar dignamente en esta tierra que nos sostiene.

Frente a esta realidad, reivindicamos un modelo turístico alternativo, justo y transformador, que sitúe la vida en el centro y que esté al servicio del bien común, y no de intereses privados o globales ajenos al territorio.

La ciudadanía tiene el deber y la responsabilidad de cuidar, respetar y mantener los recursos que nos hacen únicos, aquellos que nuestros ancestros, con acierto y esfuerzo, protegieron para evitar un escenario peor para nuestras islas, especialmente para Lanzarote.

Nos corresponde retomar su ejemplo, su acción y su espíritu de reivindicación, para seguir defendiendo y preservando aquello que nos define, garantizando una vida justa y digna para quienes hoy habitamos y para quienes aún están por venir.

 

Crítica al modelo turístico dominante:

  • Saturación de los ecosistemas y sobreexplotación de recursos naturales.
  • Aumento del empleo precario, especialmente entre mujeres, jóvenes e inmigrantes.
  • Expulsión de comunidades locales, gentrificación y pérdida del tejido social.
  • Los territorios no deben tener una dependencia económica insostenible de una sola industria vulnerable y volátil.
  • Mercantilización del territorio, debilitamiento de la autonomía y pérdida de control por parte de las comunidades locales.

 

Crítica al modelo turístico actual en Lanzarote. El actual modelo turístico está generando efectos destructivos y crecientes, entre ellos:

 

  • Colapso ecológico: agotamiento de los recursos hídricos, pérdida de suelo agrícola y creciente presión y sobreexplotación de espacios naturales y culturales únicos como Timanfaya o La Geria. También se evidencia un colapso y deterioro en la gestión de los Centros de Arte, Cultura y Turismo (CACT), legado esencial de César Manrique.

 

  • Dependencia estructural del turismo: ausencia de alternativas económicas sólidas y alta vulnerabilidad ante la dependencia de factores externos que limitan la autonomía y resiliencia de la isla, con una importante fragilidad ante crisis globales, como la COVID-19.

 

  • Crisis habitacional: proliferación descontrolada de viviendas de uso turístico, una de las causas del aumento desmedido de los precios del alquiler y del desplazamiento progresivo de la población residente, que ve amenazado su derecho a una vivienda digna. Este fenómeno genera ingresos complementarios para los residentes, aunque sin embargo, la falta de gestión en la actividad ha impulsado una creciente especulación inmobiliaria, con edificios de nueva construcción destinados exclusivamente a esta actividad. A su vez, hay un escaso o inexistente control sobre la legalidad de las licencias otorgadas. Por este motivo, resulta imprescindible garantizar un equilibrio justo entre la actividad turística y el derecho a la vivienda, mediante una regulación efectiva e inspección rigurosa de las licencias, especialmente ante las discrepancias existentes en las cifras oficiales sobre el número real de viviendas turísticas.

 

  • Fuga de ingresos: no existe una medición precisa ni transparente. Las estimaciones varían —del 30 % al 75 %— según las fuentes e intereses, lo que evidencia la necesidad urgente de contar con un indicador fiable que permita conocer el verdadero alcance económico del turismo en la isla.

 

  • Distribución no equitativa de la riqueza: Según las previsiones de la alianza empresarial Excelcan, Canarias cerrará el año 2025 con más de 18 millones de turistas y una facturación en el sector turístico de 22.700 millones de euros, lo que supone un incremento de entre 600 y 700 millones respecto al año anterior. Sin embargo, este crecimiento económico contrasta con la situación social del archipiélago, donde las viviendas canarias continúan afrontando dificultades económicas. La región mantiene una tasa de pobreza del 24,6%, cinco puntos por encima de la media nacional (EAPN, 2025), y registra además el salario medio más bajo del país, con 1.937 euros mensuales (calculado a 12 pagas); frente al País Vasco, con una media de 2.700 euros mensuales, según los últimos datos publicados.

 

  • Pérdida del paisaje y del modelo de isla: la urbanización acelerada y desordenada y el incremento de la presión constructiva sobre el territorio amenazan y ponen en riesgo el equilibrio entre desarrollo, naturaleza y calidad de vida, pilares que definen la imagen de Lanzarote.

 

  • Movilidad ineficiente: Según el Centro de Datos de Lanzarote, Lanzarote cuenta con más de 140.000 vehículos. De este modo, tenemos cerca de un vehículo por cada residente. Se prioriza la movilidad privada, frente a un servicio público eficiente, que responda a las necesidades reales de residentes y turistas. De hecho, la isla no cuenta con un servicio público de guaguas, que conecte con los Centros Turísticos u otros enclaves, facilitando así su gestión, de acuerdo a su capacidad de carga.

 

Principios rectores generales:

  1. El turismo no es un fin en sí mismo, sino una actividad que debe estar subordinada a los límites ecológicos, a las necesidades sociales y al bienestar de las comunidades que lo acogen.
  2. La sostenibilidad no puede reducirse a lo ambiental: debe integrar de manera inseparable la justicia social, económica y cultural.
  3. El derecho a la ciudad y al territorio debe prevalecer sobre el derecho a viajar y consumir destinos. El bienestar de quienes habitan el lugar ha de estar siempre por encima de la lógica del mercado turístico.
  4. La participación ciudadana debe ser real, activa y vinculante en la definición y gestión de las políticas turísticas, reconociendo a las comunidades locales como protagonistas del proceso de decisión.
  5. El modelo turístico actual debe ser transformado, no maquillado. No bastan los discursos vacíos de sostenibilidad: es necesario un cambio profundo que ponga la vida, la justicia y el territorio en el centro.

 

Principios rectores para Lanzarote:

  1. El turismo debe estar al servicio del bien común de la isla, no del beneficio de unos pocos actores económicos.
  2. La sostenibilidad real implica respetar la capacidad de carga del territorio, proteger los recursos naturales, y garantizar derechos sociales básicos como la vivienda, el empleo digno y el acceso al agua. 
  1. El derecho a vivir en Lanzarote con dignidad debe tener prioridad sobre el derecho a vacacionar en ella sin límites.
  2. La participación ciudadana activa de Lanzarote debe ser central y vinculante en la planificación y gestión del turismo. El turismo no debe seguir siendo un asunto de empresarios y políticos.
  3. No necesitamos más turistas, necesitamos un turismo distinto: consciente, limitado, responsable, y conectado con la realidad y la cultura local. No palabras, sino hechos.

 

Propuestas para un turismo transformador:

  1. Decrecimiento turístico planificado: reducir la carga turística en zonas saturadas y fijar límites ecológicos y sociales.
  2. Reapropiación comunitaria del modelo turístico: fomentar proyectos gestionados localmente, cooperativas, y turismo de base comunitaria.
  3. Regulación firme del mercado turístico: limitar el alquiler vacacional, poner fin a la especulación y proteger el acceso a la vivienda.
  4. Diversificación económica: impulsar alternativas económicas basadas en la agroecología, los cuidados, la cultura, la energía renovable y la economía social.
  5. Redistribución de los beneficios del turismo: garantizar que los ingresos generados contribuyan al bienestar colectivo y no a la acumulación privada.
  6. Formación y educación crítica: promover un nuevo relato sobre el turismo que no lo idealice, sino que lo cuestione desde una perspectiva ética, decolonial y feminista.

 

Propuestas   para   una   transición   turística  justa  en Lanzarote:

1.Decrecimiento turístico planificado:

  • Establecer límites al número de visitantes y plazas turísticas, de acuerdo a una capacidad de carga real y efectiva.
  • Moratoria permanente sobre nuevas camas turísticas.

 

2.Protección del derecho a la vivienda

  • Limitación de plazas turísticas en áreas residenciales tensionadas, previo estudio técnico, con indicadores claros, fuera de cualquier interés o politización.
  • Mayor inspección de las licencias otorgadas.
  • Prohibición de la adscripción y conversión total de edificios residenciales en alojamientos de uso turístico.

 

3.Diversificación económica real

  • Reactivación del sector primario local: agricultura, ganadería, pesca.
  • Impulso a la economía social, cooperativa y circular.
  • Apoyo a industrias culturales, tecnológicas y de cuidados.
  • Implantación de una tasa turística con carácter finalista, decidida mediante una consulta pública real y vinculante, para destinar sus recursos a minimizar los impactos negativos de la actividad turística y potenciar sus beneficios sociales, ambientales y comunitarios.

 

4.Turismo de base comunitaria y sostenible

  • Promoción de modelos de turismo gestionados por residentes.
  • Fomento del turismo cultural, agroecológico, educativo, científico y artístico.

 

5.Participación ciudadana efectiva

  • Creación de mesas permanentes de diálogo, consenso y decisión que integren a los cuatro pilares fundamentales —colectivos sociales, las instituciones públicas, el sector empresarial y la academia— para definir de manera compartida el futuro turístico de la isla.
  • Creación de espacios de debate y gobernanza participativa sobre turismo.
  • Consulta y control vecinal sobre proyectos turísticos y urbanísticos.

 

6.Cambio de relato y sensibilización

  • Desmitificar el turismo como solución universal.
  • Campañas locales: “Lanzarote no se vende, se ama y se defiende”, “Menos turismo, más vida”, “La isla para quienes la habitan”.

 

Llamado a la acción

Invitamos a las instituciones públicas, colectivos sociales, agentes culturales, académicos, trabajadoras y trabajadores del sector turístico, y a toda la ciudadanía crítica a sumarse a esta expresión colectiva de voluntad política y social por la transformación.

Lanzamos un llamado a construir de forma colectiva un nuevo modelo turístico enraizado en el territorio, respetuoso con la vida y con los límites ecológicos de la isla, justo con sus habitantes y solidario con las generaciones futuras. Recuperemos las ideas, la visión y el compromiso de aquellos que lucharon, y hagamos de ellas una guía para un futuro verdaderamente sostenible.

Como estudiantes, convocamos especialmente a las nuevas generaciones, que heredan tanto las riquezas como las heridas de este territorio, a asumir un papel activo en esta transición. Su voz, su energía y su mirada son esenciales para reconsiderar la relación entre turismo, comunidad, progreso y naturaleza, con el fin de garantizar que el mañana siga siendo habitable, justo y digno.

Reiteramos nuestro llamado urgente a las instituciones públicas: al Gobierno de Canarias, a los cabildos insulares, a los ayuntamientos, y a todos los colectivos sociales y vecinales a comprometerse con una transición turística justa, que pongan la vida, el territorio y la dignidad en el centro de toda decisión.

Lanzarote no puede seguir sacrificando su territorio, su gente y su futuro en nombre de un modelo turístico agotado, injusto e insostenible. Aún estamos a tiempo de cambiar el rumbo y construir, desde lo local, un nuevo paradigma de convivencia, sostenibilidad y justicia.

Escuchen nuestra voz. Somos el presente y el futuro de esta tierra. No condicionen ni comprometan nuestro derecho a vivir con dignidad en nuestras islas. No hipotequen nuestro mañana. Hablemos, debatamos ideas y construyamos juntas y juntos un futuro, por un turismo al servicio del territorio y de la vida.

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