“La situación en Arrecife es desastrosa, no tiene otro nombre”. Lo dice Mari Luz Moya, presidenta de Colami, el colectivo lanzaroteño de minusválidos, y se refiere a la accesibilidad en calles y edificios de la ciudad. “Excepto por el centro, y no por todas las calles, no te puedes mover. En los barrios te tienes que buscar la vida y te obligan a repetir siempre los mismos itinerarios”, asegura.

La situación, evidentemente, no es nueva, pero no se atisba una mejora. Moya dice que hay bordillos muy altos o escalones en pasos de peatones que hacen imposible cruzar. No hay datos actualizados, pero señala que el problema no es exclusivo de Arrecife y que en toda la Isla se calcula que puede haber entre 3.500 y 4.000 personas con discapacidad, sin contar a las personas mayores que tienen problemas de movilidad o los bebés que van en carrito.

Aculanza, la asociación de consumidores, también ha denunciado esta situación, y ha registrado un escrito en varias instituciones, entre ellas en el Ayuntamiento de Arrecife, en el que pide que se aborde este asunto de forma urgente.

Además, Aculanza habla de “abandono” y de “falta de intención de cumplir y hacer cumplir la Ley de accesibilidad y supresión de barreras físicas ni la Ley general de derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social”.

Señala esta asociación que las instituciones “no destinan ni los recursos ni el tiempo necesarios a cubrir las actuaciones” que necesita este colectivo.

“Lanzarote no es una isla amable -señalan en su escrito- para las personas con movilidad reducida”, y destacan que el propio aeropuerto “ya es una buena seña de identidad de lo que una persona se va a encontrar en la Isla” en cuanto a dificultades de accesibilidad.

Aculanza hace una mención especial a Playa Blanca, Puerto del Carmen, Playa Honda y Arrecife “que ha partido por la mitad su ciudad (con la circunvalación) y mantiene importantes barreras físicas para que ambas partes estén conectadas y sean accesibles a todos los ciudadanos”. Ponen como ejemplo los accesos al Hospital José Molina, imposibles si no es en coche.

“El barrio de Argana -dicen- carece de aceras en buenas condiciones en sus principales vías conectoras con la zona centro. Las que hay están levantadas o les crecen postes o señales. Se echa de menos algo de vegetación y hay contenedores y vehículos aparcados en la acera, poca presencia policial y ninguna sanciona a quienes aparcan en la acera”.

Dos asociaciones, Aculanza y Colami, denuncian la falta de accesibilidad para personas con movilidad reducida en las calles y los edificios públicos de la capital

Con esta situación, el pasado mes de octubre el pleno del Ayuntamiento de Arrecife rechazó que se creara una Mesa municipal de accesibilidad. Colami, tras ese rechazo, se quejó de que “el gobierno de Arrecife no tenga entre sus prioridades la eliminación de las barreras arquitectónicas que existen en la ciudad y que impiden que las personas en sillas de ruedas puedan transitar con normalidad por Arrecife”.

Y añaden que “aunque en los últimos años se han ido mejorando algunos espacios, sobre todo en las nuevas obras, todavía queda muchísimo trabajo por hacer para eliminar las enormes barreras que existen en el diseño de la ciudad de Arrecife para una persona que tenga problemas de movilidad. Estas limitaciones físicas son en origen un elemento de desigualdad que va en contra de la integración plena de las personas con discapacidad”.

Las barreras arquitectónicas, de hecho, no son algo lejano al Ayuntamiento ni a los edificios públicos, “que no cuenta ninguno con salidas de emergencia adaptadas, todas son con escaleras”, dice Moya. Los ascensores del Ayuntamiento de Arrecife no funcionan porque no instalaron los motores, y funcionan dos montacargas “pero nadie se atreve a meterse porque están viejos, así que te tienen que atender en la calle”, señala.

Obstáculos en la ciudad