Tercera jornada de Arrecife en Vivo

Arrecife es soul (y cumbia, y rock, y surf y pop sideral)

DiariodeLanzarote.com 0 COMENTARIOS 09/10/2016 - 09:24

Tercera y penúltima jornada de Arrecife en Vivo. Son las seis de la tarde y la plaza de El Almacén tiene ya un ambiente estupendo. Se regatea la primera fila (menos los chiquillos, que no entienden de márgenes), pero Los Embajadores (Lanzarote) congregan a bastante gente y atraen a otra tanta: peatones que pasan por ahí, se paran y deciden quedarse al concierto. Efecto Hamelin conseguido.

Como dice el periodista y crítico musical Diego F. Hernández: Los Embajadores “tienen una elegancia poco habitual en concepto y ejecución”. Sonó Matrona sideral y Bida auténtica, perlas de un primer trabajo tan delicado como poliédrico que han titulado Venimos de allí y grabado en los arrecifeños estudios Neptar.

Los responsables son cuatro músicos con una magra carrera: Damián (Blastphemús, ex Possopotare) en la voz principal y las letras, Antonio (King Trash Fandango, Inadaptados) a la guitarra, Rafa (Motorower) dándole (muy duro) a la batería y Abel (Monstruobot) en el bajo. Sus influencias: Patrullero Mancuso, Vainica Doble, Dream Syndicate, Los Bichos. Su sonido: sideral.

Los once componentes de 101 Brass Band (Tenerife) demostraron ayer por qué son la segunda mejor charanga de España. Son una formación de metales que suena gloriosa y versiona desde el Hit the road, Jack de Ray Charles al ex omnipresente Happy de Pharrell Williams. Con ellos tomamos la calle Canalejas y llegamos a La Plazuela, al escenario Pampero Lanzarote. Allí esperaban unos viejos conocidos de Lanzarote que el año pasado se quedaron sin venir por problemas de última hora.

Había sed de Los Tiki Phantoms (Cataluña) y bien que la saciaron. Sobre el escenario: El Bravo, El Dorado, El Jíbaro y El Canibal surfeándose la capital a base de tubos y riffs. Vulcan fue su genial carta de presentación. Así se apoderaron de la gente: “Lo único que queremos es que BAILÉIS”. Y amén. Jalearon a “los del fondo”, hicieron coreografías a la guitarra, dispararon ráfagas desde sus mástiles y estuvieron encantados de tener a los peques en primera fila. “Qué bueno que traigas a los niños desde pequeños a los conciertos”.

El habitual ‘sacrificio’ a su divinidad Tiki se completó por partida doble y quedó en familia: con Tayri y Buli (padre e hija) deslizándose sobre el público en volandas, a lomos de un cocodrilo hinchable. Después del Arde volcán, llegaría la conga-tiki y la tiki fiesta total con Espiral cósmica y temas de su último trabajo.

No podía llegar el ambiente más caldeado a los pies de Cumbia Ebria (Lanzarote) que tocaban en casa, en el Charco, en el escenario El Rincón Granaíno. Acaban de cumplir 10 años de carrera musical y su entendimiento es total. La presentación, digna de un fiestón multirrítmico internacional (o de un cabaret). Empezaron a redoblar las baquetas. Y las guitarras se unieron, y luego el teclado… Ya reunidos, comienza la fiesta.

Sonó una furibunda versión de Un día en Texas (el clásico de Parálisis Permanente), esa catarsis llamada Tírate (sácalo o escúpelo), Swing calavera (de su disco Satán baila la cumbia), el imprescindible Dance, un Baila conmigo lleno de matices y juegos (que da título a su último álbum) y un Fuck de Troika con dedicatoria incluida: rechazo absoluto a todos los que nos mal representan en este sistema democrático. Sonido Puerto Naos, más porteño que nunca.

La Cumbia se despedía y la noche seguía de sereno otoñal. Brisa suave y el Charco, convertido en un espejo negro. Como dijo alguien en el público: “Hace noche para esto”. El escenario La Bulla y Naia-Mikel Otaegui, lleno de gente (en mesas y en el muro de piedra). Las pruebas de sonido de The Excitements ya hacían presagiar lo mejor. Conforme llegó el pasacalles, el dedo de Buli dio la señal y se encendieron las luces.  Seis músicos sobre el escenario (guitarra rítmica, guitarra solista, bajo, batería, saxo barítono y saxo tenor), traje y corbata, elegancia elevada al cubo. Presentación en inglés (“Ladys and gentlemen…”) y la introducción a un sonido Memphis, Nueva York, Nueva Orleans, que dio la bienvenida a Koko Jean Davis, un monstruo del escenario, una voz escandalosa que transmite, cuenta y apela. Sonó Breaking the rule, I bet and I lost again, Mojo train, soul, rhythm and blues… Venían de llenar hasta la bandera la sala Brooklyn Bowl (Londres) y es lógico: son seis increíbles músicos sobre el escenario y un vendaval de frontwoman. Su concierto de ayer en Arrecife en Vivo es el penúltimo que ofrecerán este año en España (les queda una ultima cita, en la sala Salamandra 2, en casa: L'Hospitalet de Llobregat). Amsterdam, Ginebra, Frankfurt… Tienen a media Europa a sus pies. Y desde ayer, a esta isla. La noche terminó con Koko firmando autógrafos y la banda vendiendo discos y vinilos al público.

El próximo viernes 14 de octubre, el festival celebrará su última jornada de 2016 con Material de Contrabando (18:00, escenario La Bulla y Naia-Mikel Otaegui, en el Charco), Guineo Colectivo (19:30, Plaza San Ginés, escenario La Tentación), Mambo Jambo (21:00, Bar Asturias), los cabeza de cartel, Rinocerose (22:30, Marina Lanzarote) y We are not DJ.

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