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“Que la pandemia no te limite ni te quite el sueño de emprender”

Seis emprendedores en tiempo de pandemia, de diversos sectores, han decidido contar su historia y explicar por qué se arriesgaron a abrir un negocio en la época de la incertidumbre

María José Rubio 0 COMENTARIOS 15/07/2021 - 06:44

“Estar en casa confinado por la COVID, sin poder salir, fue lo que me hizo darle vueltas a la cabeza para poner en marcha el que hoy es mi negocio”, cuenta Daniel Dayekh Ramos. En aquellos momentos echó en falta un servicio de entrega a domicilio, alguien que le trajese la compra o algo de comer, como hay en las grandes ciudades. Surgió entonces la oportunidad de montar El Norte en casa. La pandemia inspiró a Daniel y otros emprendedores a desarrollar sus proyectos empresariales, mientras que otros muchos se vieron obligados a interrumpir y paralizar sus sueños.

A Daniel, Rubén, Gianpiero y Miriam, y también a Yessenia y su hija Shakira, la situación derivada de la COVID les motivó para intentar llevar a cabo sus ideas empresariales. Algunos aprovecharon el tirón y el desempleo, mientras que otros materializaron sus iniciativas cuando la pandemia les pilló desprevenidos, en mitad del proceso.

“Al estar confinado, me di cuenta de la escasez de recursos que tiene el municipio de Haría, en donde vivo”, puntualiza Daniel, de 32 años. Para este joven, acercar los productos del municipio “a la misma gente del municipio es vital para ayudar al comercio local”.

En el norte de la Isla sobrevive un comercio tradicional y local que debe ser respaldado, opina Daniel. “Si no, se perderían esas tiendas antiguas y los bares y restaurantes de los pueblos”, explica. “Somos los vecinos quienes debemos ayudarnos entre todos. Si uno consume en el norte, repercute y se queda aquí”, resume.

Ahora que la mascarilla ha dejado de ser obligatoria en espacios exteriores, siempre que se pueda mantener la distancia de seguridad de metro y medio, se recuerda que, al comienzo de la pandemia, fueron muchas las familias que, ante la falta de mascarillas quirúrgicas, sacaron su máquina de coser y suministraron a sus vecinos mascarillas de tela. Así empezó la marca Mascarillas y complementos, de Yessenia Carpio. Con su hija, Shakira Zambrano, apostó por ayudar mientras emprendía sin saberlo.

“Al quedarme sin trabajo, al poco de comenzar el estado de alarma, saqué mi máquina de coser y empecé a hacer mascarillas para los vecinos”, rememora Yessenia, de 46 años. “Al principio las regalaba, porque no se encontraban mascarillas en ningún lado”, apunta. Sus amistades fueron quienes sugirieron a madre e hija que las perfeccionaran y las comercializaran. “Al comienzo no dábamos abasto”, relatan.

Gianpiero Cano Coccaro, de 32 años, es veterinario y presta sus servicios a domicilio. “Desde que empecé a trabajar en un hospital de referencia vi que esta podría ser una salida laboral”, cuenta. El desembolso inicial para un ecógrafo portátil fue de unos 33.000 euros. “Primero me informé sobre los equipos que había en el mercado. Luego, con los presupuestos, hice un estudio para estimar cuántas ecografías debía hacer diariamente y cuántos gastos tendría. Lo vi factible y empecé”, destaca.

Las ayudas para emprender una actividad empresarial existen, “pero no es fácil buscarlas”, subraya Gianpiero. Entre lo “lioso” del papeleo, que ahora es telemático, y que no es sencillo encontrar lo que uno busca, sin un asesor que guíe al emprendedor resulta “complicado”. Este veterinario logró iniciar su proyecto profesional gracias a las ayudas del Servicio Canario de Empleo y para pequeñas y medianas empresas (pymes) que ofrece el Gobierno de Canarias.

Daniel tiene una postura muy similar: “Si no tienes un gestor que te ayude es difícil, pero, claro, no todo el mundo puede permitirse un asesor”. En su caso, solicitó una ayuda a través de la Cámara de Comercio que le servirá para poder realizar productos de merchandising para su marca. “Emprender en España es muy difícil, pero todo depende de las ganas que le pongas”, comenta. Eso sí, Daniel es algo crítico por la cuota de autónomos, un factor que, en ocasiones, desincentiva: “Somos el país de Europa que más pagamos en cuota de autónomos, casi 300 euros mensuales”, apunta. “Al final, el autónomo se ve castigado por todo lo que tiene que pagar y encima él es quien contrata”.

“Si la COVID no llega, no me hubiese lanzado y no hubiese montado esto”

Al cierre de esta edición, se había concedido y pagado el 80 por ciento de las ayudas del Gobierno de Canarias a autónomos y pymes de Lanzarote y La Graciosa para paliar los efectos de la crisis del coronavirus. En total, se presentaron 2.720 solicitudes y se otorgaron 2.135, según la Cámara de Comercio de Lanzarote y La Graciosa.

Rubén Rivera Morrissey no es la primera vez que emprende: ha abierto su segundo negocio. Con 29 años, no se pensó demasiado la idea de un local de comida preparada en la entrada de Arrieta. “Está en una zona estratégica y los alrededores lo requerían”, confirma. Mientras comenzaba a acondicionar el establecimiento le pilló la pandemia. “De esta manera, pudimos ir avanzando en las obras y aprovechamos esa situación para adelantar con el montaje de la cocina”, relata el joven con positivismo.

El primer negocio que abrió Rubén fue La Garita Surf, que está cerca del local de comidas preparadas. “Gracias a la Cámara de Comercio puse en marcha mi primer negocio. Recibí unas ayudas del Gobierno de Canarias que me ayudaron para poder comprar ciertas cosas al principio. Ese dinero viene bien para las primeras inversiones”, recalca.

Otra marca nacida en Lanzarote durante la pandemia fue Curly at Home, que arrancó cuando la moda del cuidado del cabello rizado se empezó a notar, “a raíz de estar la gente confinada”, apunta Miriam Fernández Lasso, la propietaria de la empresa. “En la Isla apenas había tiendas y, en las que hay, los productos son caros. Valoré montar una tienda física, pero no pudo ser”, relata. “Así que pensé, ¿y si me lanzo yo sola?”. Dicho y hecho. Así lo hizo. Sin el nuevo escenario que abrió la pandemia, está convencida de que no se hubiese “lanzado” y reconoce que ahora entiende “el otro lado, la visión del empresario”.

En el caso de Miriam, el aprendizaje de todos los detalles de una empresa de sus características se ha producido a marchas forzadas. “Ahora una sabe que hay que añadirle una serie de gastos al producto ya que, si no, el envío de la mercancía desde la Península no sale rentable”, explica. Los trámites, el DUA (la declaración de importación) y la tributación son los grandes inconvenientes que tiene Canarias a la hora de importar productos. “Los canarios tenemos ya asumido este impuesto, pero se debería hacer algo porque pagamos unos gastos como si no perteneciéramos a España”, expone. Solo las mercancías con un valor inferior a los 150 euros quedan exentas del DUA. En la actualidad, Miriam vende los productos de Curly at Home para toda Canarias. “Primero repartía sólo en Lanzarote. Luego envié a algunas conocidas a Fuerteventura y tuve que repartir, finalmente, a todas las Islas”, explica.

Tierra de atrevidos

Este pasado mes de abril, el desempleo tocó techo. En Lanzarote se rozó la barrera de los 20.000 parados –fueron, en concreto, 19.903- mientras que en Canarias se alcanzaron los 282.523 desempleados. Al finalizar el primer trimestre de 2021, la tasa de paro en Lanzarote alcanzó el 26,6 por ciento, por encima de la media regional, que es de un 25,4 por ciento. La Isla es la que tiene el mayor porcentaje de parados de todo el Archipiélago.

En las Islas, los más afectados por el desempleo son mayores de 45 años, con un 51,5 por ciento del total, mientras que entre los 25 y 45 años el paro ronda el 40,7 por ciento. Las mujeres son las que más se han visto afectadas en la pandemia. En Lanzarote, según los últimos datos, había 10.230 mujeres desempleadas, prácticamente 1.000 más que hombres. En el conjunto del Archipiélago, si a comienzos de la pandemia había 125.256 mujeres paradas, este pasado mes de mayo eran ya 151.791 las que estaban en situación de desempleo.

Miriam: “Hay que añadir gastos de envío desde la Península para que sea rentable”

A pesar de las desmoralizadoras cifras, la mayoría de los decididos emprendedores entrevistados por Diario de Lanzarote conoce a otras personas que también se han atrevido a convertir sus sueños en empresas. Gianpiero cuenta que varios de sus compañeros veterinarios han montado sus servicios de especialidades. “Es otra salida” para un sector, dice, que “no se ha visto tan tocado por la COVID al ser esencial”.

Tampoco Veteco, su marca, tiene mucha competencia en el servicio de ecografía. “Con ecógrafos portátiles solo hay cuatro o cinco compañeros”, destaca Gianpiero. Las clínicas veterinarias “recurren en muchas ocasiones a servicios como los míos o los de mis compañeros al ser más especializados”.

Durante la pandemia, Gianpiero invirtió en formación. “Para conocer más sobre las ecografías se recomienda hacer un máster o tener una formación específica”, concreta. Cursó un máster en ecografía veterinaria y ahora se está especializando en cardiología.

Miriam conoce gente que perdió el trabajo por culpa de la crisis de la COVID y que está tratando de salir adelante por sus propios medios, como un conocido “que ha montado su propio negocio de quiromasaje”. Otra conocida de Yesenia se está dedicando a hacer postres y tartas para poder “sobrevivir”. Al igual que unos amigos de Daniel, que van a inaugurar un restaurante, “con el desembolso que requiere y el riesgo que conlleva”. Por otro lado, Rubén comenta que con la actual situación económica, muchos conocidos se han hecho autónomos: “Uno de ellos aprovechó que un local se había quedado vacío y lo alquiló para montar su peluquería”.

Sin embargo, hay otra cara en la misma moneda: el esfuerzo y sacrificio que no se ve. Lo que conlleva emprender es algo que no se aprecia y pocas veces se cuenta. Rubén relata que todo lo que uno debe asumir “puede echar para atrás”. “Tuve que encargar un proyecto a un ingeniero, ir al Ayuntamiento, pedir licencias...”, enumera sobre un proceso que en ocasiones se demora. “Ni Canarias ni Lanzarote son un lugar de emprendedores”, opina. “Muchos no comprenden las quejas de los autónomos hasta que tienen que pagar lo que pagamos”.

El Norte en casa “de momento va bien”, aunque “hay que echarle muchas horas y palique a los comercios”, apunta Daniel. También ofrece otros servicios, como hacer recados por fuera del municipio. “Si los clientes lo necesitan, por supuesto que lo hacemos”, subraya el joven.

En Lanzarote, según los últimos datos, había 10.230 mujeres desempleadas

Daniel señala que al principio le costó convencer a los negocios del norte de la Isla para que participaran. La filosofía es sencilla: “Si ganas tú, también gano yo”. En el municipio no existe ningún competidor: “En Arrecife sí existe algo similar a esto, pero es en la capital”. Este joven de 32 años lo tiene muy claro: “Que la pandemia no te limite a emprender y no te quite ese sueño que tienes”, señala con rotundidad.

En los pueblos, añade, se pueden “tener servicios similares a los que existen en las grandes ciudades, como Madrid”. “Al fin y al cabo”, destaca, “a todos nos gusta que nos traigan un pedido a casa cuando estamos cansados después de trabajar o no queremos salir”. “Y si encima se favorece al municipio, con sus restaurantes que tienen variedad de productos, como pizzas, arepas o hamburguesas, creo que es una buena opción”, indica. El Norte en casa reparte en el municipio de Haría, incluyendo Guinate y Ye, y llega hasta Guatiza y Los Cocoteros. “Soy una especie de portal que promociono sus cartas y se las llevo luego a los clientes”, explica.

Yessenia y su hija Shakira dicen que tener un negocio es otro cantar. “Las telas buenas cuestan su dinero y fabricar algo requiere su tiempo”, mencionan. “La artesanía, para mí, es una distracción, pero no da para vivir. Si todo marcha bien, podremos tener un taller para que la gente vea cómo elaboramos los productos y para tenerlos a la vista”, explica la impulsora de Mascarillas y complementos. “En estos momentos, tener un local cuando se está empezando un negocio es complicado”, admite.

Gianpiero y Miriam cuentan que sus respectivos proyectos empresariales marchan “bastante bien”. El veterinario señala que su negocio le da para vivir. Lo más costoso fue, al principio, “el desembolso de la máquina”. Veteco se desplaza por todas las Islas, dando un servicio completo a los perros, gatos y pequeños animales. El cliente obtiene el informe, que se le entrega posteriormente al veterinario de referencia. “Este tipo de pruebas son económicas. Actualmente, en el ámbito de la veterinaria están muy demandadas, ya que aportan mucha información”, resalta.

Curly at Home también se mueve por el Archipiélago. Hace un reparto, puerta a puerta, en la isla de Lanzarote. “Puedo conseguir, dentro de mis posibilidades, muchos productos”, destaca Miriam. El reparto al resto de Islas se hace a través de mensajería. Sobre la evolución del negocio, Miriam no se queja. “Con la poca publicidad que he podido hacer me va muy bien. Me da para subsistir”, aclara. Es más, si todo le sigue yendo bien, tiene expectativas de “crecer”.

GIANPIERO CANO: “EL SECTOR VETERINARIO NO HA TENIDO PÉRDIDAS POR SER ESENCIAL”

Gianpiero Cano Coccaro se lanzó a la aventura hace un año, en junio de 2020. Creó su marca, Veteco, y con su único instrumento de trabajo, un ecógrafo portátil, se mueve por todas las clínicas veterinarias que le solicitan sus servicios. Cano se ha dado a conocer gracias a las redes sociales y “a la plataforma del Colegio de Veterinarios, en donde se publican noticias y alertas a todos los colegiados”, comenta. “En el sector veterinario hay muchas oportunidades y no ha tenido pérdidas ya que somos una actividad esencial”. La prueba que realiza es “económica, rápida e indolora, y aporta mucha información en un caso clínico”.

MIRIAM FERNÁNDEZ: APROVECHAR EL “BOOM” DE CUIDAR EL PELO RIZADO

Miriam Fernández Lasso, de 40 años, emprendió en un sector “bastante curioso y puntero”. El método curly está ahora muy de moda. “Consiste en aceptar la naturaleza de nuestro cabello y en tratarlo con respeto, otorgándole todos los cuidados necesarios para llegar a un equilibrio y conseguir así unos rizos totalmente definidos y elásticos”, explica. “Empecé a utilizar este método a principios del confinamiento, como muchas rizadas”. Su proyecto, Curly at Home, es original y, a la vez, sigue una tendencia global. “Hemos aprovechado el tirón”, admite esta empresaria del sector de la estética.

RUBÉN RIVERA: EMPRENDEDOR POR PARTIDA DOBLE EN ARRIETA

Rubén Rivera Morrisey es la segunda vez que emprende. La primera ocasión fue con un local de alquiler de tablas y materiales de surf. Para Rubén, el norte de Lanzarote “está obsoleto” en términos empresariales. “No hay tantos servicios como uno cree”, comenta este doble emprendedor. “Al lado de mis negocios han montado una autoescuela y eso ayuda a ir creciendo la economía del pueblo”, señala el empresario ante la falta de diversidad que hay en Arrieta. “Los de mi quinta, la gente de mi edad, son muy conformistas. Les vale tener un sueldo y ya”, afirma este joven de 29 años.

SHAKIRA Y YESSENIA: LA MASCARILLA O LA ECONOMÍA COLABORATIVA ENTRE VECINOS

Yessenia Carpio y su hija Shakira Zambrano empezaron “sin saber que emprendían” cuando la pandemia pilló a todos sin mascarillas. “La colaboración fue fundamental ya que nos compartían los enlaces, las historias y nos dimos a conocer en las redes”, comentan. Cuando llegaron más suministros de mascarillas a Lanzarote, “empezamos con los complementos, como portamascarillas, mochilas o carteras. Si todo va bien pensamos sacar más productos, aunque ya tenemos líneas para niños y mascotas”. Ahora @mascarillasycomplementos está en Barcelona, Madrid, Lleida o El Hierro gracias a los pedidos vía Instagram.

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