-Tras más de medio año como consejera del Gobierno de Canarias, ¿qué diferencias ha percibido respecto a otros puestos de responsabilidad política que ha desempeñado, como diputada autonómica o consejera del Cabildo de Lanzarote?

-Al final, se trata de gestión, aunque a diferentes niveles. En el Cabildo tienes a los ayuntamientos, que ayudan en el día, mientras que en el Gobierno gestionas para todo el Archipiélago, con la dificultad de que en Canarias tenemos realidades muy diferentes: dos islas súper pobladas, tres islas medianamente pobladas (Lanzarote, Fuerteventura y La Palma), y otras con menos residentes, como La Gomera y El Hierro. Hay que buscar un equilibrio. La Consejería también es nueva y no va a la misma velocidad que el resto.

-¿Por qué se ha separado Universidades de Educación y en qué beneficia?

-Era una petición de las universidades canarias. Esta Consejería nace con el objetivo de vincular la ciencia y la innovación con el trabajo de las universidades públicas, dándoles la importancia que se merecen. Hemos aumentado el presupuesto de las universidades, en siete millones de euros, y es el más alto de la historia, algo indiscutible. Me gusta poner en valor a las universidades públicas, porque son las que finalmente se encargan de capacitar a nuestra sociedad para que las personas tengan mejores opciones laborales y se mejore el sistema productivo. Además, me parece vital que las universidades sean espacios para crear pensamiento crítico.

-Desde hace casi nueve años se modificó el Plan Insular para habilitar suelo para un campus universitario. Desde el Cabildo, su vicepresidente Jacobo Medina ha asegurado que está en la agenda de la institución. ¿El Gobierno colaboraría en su financiación?

-Ha sido una reivindicación histórica situar en un mismo espacio las escuelas universitarias de Turismo y Enfermería, la UNED o la escuela de idiomas. ¿La isla puede albergar nuevos estudios universitarios? Esa es la pregunta que hay que responder. El Gobierno financia a las universidades, pero ellas se gestionan solas. Me consta que la Universidad de Las Palmas estaría dispuesta a estudiarlo. Todo se puede hablar, pero primero el Cabildo tiene que tener claro qué es lo que quiere hacer y cómo. Implantar una carrera no es de hoy para mañana, hay que pasar por un proceso. Entiendo perfectamente lo que le cuesta a una familia que su hijo o hija se vaya a estudiar fuera, ahorrando toda una vida para ello o teniendo que pedir préstamos. Por eso estamos haciendo esfuerzos para adelantar el pago de subvenciones.

“Con el campus universitario, el Cabildo de Lanzarote tiene que tener claro qué quiere y cómo”

-Otra reivindicación histórica en Lanzarote es la construcción de un espacio polivalente, llámese Palacio de Congresos o Auditorio. El Ayuntamiento cedió suelo en septiembre junto a la sede del Cabildo, pero ni se ha aprobado la declaración de interés insular para su construcción ni se incorporó al presupuesto de la comunidad autónoma. Como consejera y conejera, le pregunto: ¿Nos tenemos que olvidar de un equipamiento así?

-Olvidarnos nunca. Efectivamente, es una reivindicación histórica, pero todavía falta por resolver la cuestión urbanística de los terrenos. Estaba en el presupuesto de Cultura en la pasada legislatura, pero de nada vale poner dinero que no se va a ejecutar por el momento. Es cierto que desde Arrecife lo están exigiendo y que uno de los objetivos del Gobierno es crear espacios donde hacer accesible la cultura a la sociedad.

-Si se resuelve la habilitación del suelo, mediante una declaración de interés insular o una modificación del Plan General, ¿el Gobierno estaría dispuesto a financiar una obra que seguramente será millonaria?

-Obviamente habría que estudiarlo, pero la predisposición existe. No me gustan las comparaciones entre islas, lo que tienen unas y otras, como arma arrojadiza. Se crea una competitividad que no es sana. Lanzarote tiene el auditorio de Jameos del Agua donde quieren tocar todas las grandes orquestas... tenemos El Salinero, que es un teatro pequeño para ser insular, y se están estudiando opciones, como adecuar una sala del Centro Cívico, además de los teatros municipales para otro tipo de formatos. Pero que quede claro que nunca debemos renunciar a un Palacio de Congresos porque supondría un salto cualitativo para la Isla.

“El deber del Gobierno es proteger la frágil riqueza patrimonial para las generaciones venideras”

-¿Cuál es la posición de la máxima responsable del Patrimonio en Canarias sobre el conflicto, en ocasiones muy visceral y politizado, sobre la conservación de bienes inmuebles con valores históricos? La última manifestación ha sido a raíz del respaldo a la declaración como Bien de Interés Cultural del Hotel Oriental...

-El deber del Gobierno es proteger la frágil riqueza patrimonial para las generaciones venideras. Hablamos de inmuebles pero también de yacimientos arqueológicos, aunque estos últimos no generan apenas polémica. Cuando llegué a la Consejería sabía que iba a haber discusión con el Hotel Oriental y el edificio Tamaragua, en la calle Real de Arrecife. Pero los expedientes están incoados desde 2022 y han pasado una ponencia técnica, con respaldo de la mayoría. Ambos han pasado todos los filtros dentro del marco legal, que es a lo que nos ceñimos. Hay que recordar que la Ley de Patrimonio Cultural se aprobó por unanimidad. También sé de la dificultad que en ocasiones tienen que afrontar los propietarios y quizás las administraciones debieran ayudar más. Pero los políticos no debemos decidir qué inmueble se protege y cuál no, no tenemos conocimientos para ello, para eso están los técnicos.

-El catálogo de Patrimonio del Plan Insular de 1991 no se puede aplicar porque no se publicó en boletín oficial, el nuevo catálogo insular no ha salido, Arrecife sigue sin aprobar el suyo... ¿No debería estar en la agenda, como algo prioritario, aprobar estos instrumentos?

-Me consta que el Cabildo está trabajando en el nuevo catálogo insular y que lo quiere sacar cuanto antes. También conozco la sentencia relativa al Plan Insular, que ya ha tenido efectos en un inmueble en el Charco de San Ginés y crea un precedente. Con estos instrumentos hay que darse prisa, pero haciendo las cosas bien. Hay que lograr un equilibrio entre el deber de proteger y el deber del propietario de conservar, con ayuda. Y hay que evitar que se demonice el patrimonio.