ENTREVISTA | Salvador Escutia

“Las cooperativas trabajamos con la gente, y la gente quiere energías limpias”

Foto: Felipe de la Cruz.
Saúl García 0 COMENTARIOS 11/11/2017 - 08:11

Salvador Escutia preside la cooperativa eléctrica de Alginet (Valencia), con 6.000 socios en un pueblo de 13.000 habitantes y ochenta años de historia. Es secretario de la Unión de cooperativas de consumidores y usuarios de energías renovables, que agrupa a 18 cooperativas de toda España, y participó en las jornadas de presentación de Recoopera, la primera cooperativa de energías renovables de la Isla.

-¿Qué es la Unión de cooperativas de energías renovables?

-Somos 18 cooperativas de diferentes regiones de España, y es una iniciativa de hace tres años. Tomamos contacto porque el cooperativismo en el sector eléctrico está un poco abandonado y las pocas que somos tenemos que hacer piña porque si no, se nos comen. Nos formalizamos hace un año después de varias reuniones. El porqué es por supervivencia. Cuando nace una cooperativa es débil porque los recursos son limitados, y las que llevamos más años debemos fomentar el cooperativismo en cualquier lugar.

-En la Unión hay cooperativas muy antiguas y otras que acaban de nacer...

-Hay cooperativas centenarias y otras que llevan cuatro años, que ya empiezan a estar consolidadas, y a funcionar mejor. Lo que intentamos es llegar donde se forman y decir que no están solos, y que si necesitan algo aquí estamos para ayudar. - ¿De dónde vienen las mayores resistencias o dificultades? - Hay un factor muy importante, que es la burocracia. La electricidad se entiende desde el centralismo y sólo se entiende hablando con grandes compañías. Una pequeña cooperativa necesita varios años para desarrollarse. Después, las personas somos cómodas... A veces se desaniman porque hasta que no pasan tres o o cuatro años, es un poco desalentador que cueste trabajo salir adelante. La gente que se mete en esto, que no se desanime. Si se pasa ese tiempo, la cooperativa ya se desarrolla. Hay cooperativas de 100 personas, y a veces el trabajo es pesado, pero nosotros tratamos de ayudar para que eso no decaiga.

-¿Es más importante que las energías sean renovables o el componente social de las cooperativas?

-Hay muchas que ya son renovables al nacer y otras que no lo hemos sido hasta hace unos años. Las cooperativas trabajamos con la gente, y la gente quiere energías limpias. Yo no quiero dejar un mundo peor a mis hijos. Lo que no tenemos es la conciencia de ir a ganar mucho dinero. Son dos vertientes unidas: queremos fomentar el cooperativismo en el sector eléctrico pero también nos parece importante el cooperativismo en otros sectores. En Alginet, por ejemplo, vamos a invertir en una planta fotovoltaica para generar nuestra propia electricidad.

-¿Es más fácil convencer de las ventajas de las renovables a personas que llevan muchos años en una cooperativa?

-Hay de todo. Las que nacen ahora tienen otro componente, y es más fácil explicarle a la gente que a lo mejor las renovables son, de momento un poco más caras, pero muy poco. Aún así, tenemos la voluntad de seguir por esta vía porque aunque nos cueste veinte euros más al año, que no es más, tenemos la convicción de que esto es el futuro.

“Hay un factor muy importante, que es la burocracia. La electricidad se entiende desde el centralismo y sólo se entiende hablando con grandes compañías”

-¿En qué lugares de España está más desarrollado este cooperativismo?

-Está repartido. Existen en casi todas las comunidades. A veces es por falta de información porque somos cómodos y nos gusta llegar a casa y encender la luz, y tomar conciencia de dónde viene esa luz y qué está pasando para producirla cuesta más, pero una vez que se toma conciencia, la gente se da cuenta de que puede participar y hacer algo positivo.

-¿La experiencia de Alginet puede servir de ejemplo a las nuevas cooperativas?

-Las que llevamos más años en el sector tenemos nuestras propias redes, según se ha ido desarrollando la población. Llevamos ochenta años, y son nuestras las redes, los transformadores, tenemos una central de transformación, una planta fotovoltaica desde hace ocho años, queremos comprar un molino eólico, aunque nos ponen dificultades... Nosotros reinvertimos todo en nuestra población. No tenemos ánimo de lucro y devolvemos todos los beneficios al pueblo. El primero, tener la luz más económica, entre un ocho y un diez por ciento más barata. Hemos creado una empresa de telecomunicaciones, otra de telefonía móvil, otra de comercialización… Tenemos contratos con la Generalitat valenciana por varios millones de euros, damos luz a los museos, al Palau de la Generalitat, al circuito de Cheste, con otra comercializadora distinta a la cooperativa, y todos esos beneficios se trasladan al pueblo. El mayor beneficio es que hemos contratado en ocho años a trece personas a tiempo completo con un jornal que no baja de 1.200 euros por 14 pagas, además de ayudas para alimentación para 95 familias y de material escolar.  

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