-¿Cómo se le plantea pasar del ámbito del activismo ecologista, donde era coordinadora nacional de Minería en Ecologistas en Acción, a la política activa en el Cabildo de Lanzarote?

-Mi trabajo activista en la Isla comienza cuando el exministro Soria retoma las prospecciones frente a Lanzarote y Fuerteventura. En ese momento, trabajaba con El Guincho. Aquella fue una batalla larga, en el ámbito legal y de la ciudadanía. Hace año y medio creamos otro colectivo (Ecologistas en Acción Lanzarote). La opción de la política me vino como una sorpresa. Soy una persona independiente, pero entiendo que Podemos tiene una agenda medioambiental mucho más avanzada. Creo que han usado acertadamente la figura de consejera no electa, al considerar que sin Medio Ambiente no había opción de compartir el gobierno en la Isla ni para un cambio de rumbo real.

-¿Cuál es el sello propio que se quiere imprimir a esa área de Medio Ambiente y Reserva de la Biosfera teniendo en cuenta que solo quedan un año y cinco meses de mandato?

-La primera pata del cambio será la de la participación ciudadana en relación al territorio. Quiero darle una vuelta al Consejo de la Reserva de la Biosfera, de un órgano puramente ornamental a un órgano motor, con iniciativas sobre los temas principales de la Isla, que después se tienen que desarrollar. Se han tenido unas primeras consultas en torno a los residuos, la cultura del agua y El Jable, y cómo prepararse para los tiempos que nos vienen. La idea es crear un espacio para debatir esos temas. Para sacar unas conclusiones que se van a elevar al pleno.

-En las pocas sesiones del Consejo en este mandato ha habido críticas de miembros que censuraban el escaso debate real sobre sus propuestas.

-Desde mi posición voy a intentar que eso cambie. Ya he estado en conversaciones con miembros del Consejo y estoy intentando que colectivos como Transparencia Urbanística estén presentes, porque son esenciales para forjar una nueva política. Es poco tiempo, pero es lo que tenemos. Necesito la participación de los colectivos y de las ideas de los demás. Habrá sesiones académicas, como las de justicia medioambiental, y tendremos que mantener un debate intelectual junto a las ejecuciones que buenamente se puedan hacer.

-En los últimos años no ha habido planificación en los espacios naturales de la Isla. ¿Cuáles son los objetivos específicos en ese terreno?

-Medio Ambiente consta no solo de la gestión, sino también de la planificación de los espacios naturales. La mayoría de los espacios carecen de planes de gestión, lo que es un absurdo porque así no se pueden implementar medidas, y es algo grave porque hay espacios de la Red Natura 2000. Esta es una obligación que el Cabildo tenía que haber asumido hace mucho tiempo. Son necesarios planes de gestión y, dentro de ellos, definir los usos compatibles y los que no lo son. La única forma es alcanzar un tipo de consenso, sabiendo cuál es el marco legislativo y hacia dónde queremos ir. Por ejemplo, no tengo problema en sentarme con el sector de la construcción.

“Voy a encargar un estudio sobre el impacto de las extracciones de jable”

-En El Jable hay una Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA), en el Plan de Ordenación de Recursos Naturales del Archipiélago Chinijo también se evalúan sus valores y en el presupuesto autonómico se contemplan los estudios para su posible declaración como Parque Rural pero, al mismo tiempo, el Plan Insular de Ordenación (PIO) clasifica el suelo como de uso minero. ¿Cuál es su postura con respecto a El Jable?

-El Jable tiene unos valores sumamente excepcionales. La gente cree que es simplemente arena y no es así. Son sedimentos marinos de un valor geológico importantísimo. En principio, no se debería admitir ningún tipo de uso incompatible, como dice la Directiva Hábitat, que incluye la protección de las especies, como es la hubara, que es única genéticamente y es salvaje. Con la ley en la mano, el Plan Insular es ilegal y no se puede extraer jable. La solución de El Jable es problemática porque tenemos que estudiar qué tipos de materiales pueden sustituir a ese material en la construcción, pero esa es una visión de largo plazo. A corto plazo la solución está por ver. Lo primero que voy a hacer es encargar un estudio sobre el impacto que han tenido las extracciones. No puedo implantar ninguna política sin justificación. Hay que conocer el daño de las extracciones, legales o ilegales, como son la mayoría, porque hace años que están prescritas. Otro impacto son los eventos deportivos de motor, los caminos abiertos... Se van a retirar los caminos que no son los tradicionales.

-Desde Ecologistas en Acción y SEO BirdLife se solicitó en julio de 2021 que hasta que no estuviera aprobado el Plan de Ordenación de Recursos Naturales del Archipiélago Chinijo y El Jable se suspenda la tramitación de nuevas concesiones mineras.

-Es que por ley debe ser así. Nunca recibimos respuesta a la personación en la tramitación de todos los proyectos pendientes y a las medidas cautelares en relación a la tramitación del Plan de Ordenación de Recursos Naturales, ni SEO/BirdLife ni Ecologistas en Acción Lanzarote.

“Mientras dure mi mandato no habrá jaulas marinas. Por encima de mi cadáver”

-Con respecto a la vigilancia, hasta noviembre había dos agentes de Medio Ambiente y se han incorporado otros seis. ¿Son suficientes?

-Nunca son suficientes. Hay que valorar cómo cubren los agentes el espacio protegido y los horarios. Es importante tener vigilancia nocturna, porque cuando se están produciendo las extracciones es por la noche. Si no hay posibilidad de vigilancia nocturna, se buscarán otras formas, pero lo que está claro es que, hoy por hoy, hay ciertos espacios que hay que vigilar por la noche. Además de la vigilancia profesional, vamos a establecer canales de vigilancia ciudadana. Precisamente, una de las denuncias en El Jable salió de una estudiante inglesa que está estudiando los córvidos y cómo han aprendido a abrir las latas abandonadas en ese ecosistema para buscar alimento. Bajo el control de Desert Watch, estaba vigilando y fue la que testificó después en relación a una denuncia que se interpuso a través del Seprona, al que hay que dar la enhorabuena por estos últimos meses de intervenciones.

-Un tema medioambiental candente es el de las jaulas marinas, por el impacto que ya han tenido las de Playa Quemada y el que tendrían las que pueden llegar a instalarse de Arrecife a Puerto del Carmen, si se aplica el Plan Regional de Acuicultura. ¿Qué medidas reales se pueden adoptar?

-Desde Ecologistas en Acción hemos estado denunciando este Plan en el último año. Podemos, a través del Ayuntamiento de Tías, ya ha llevado a cabo los pasos legales para recurrir no solo el Plan, sino también el nuevo concurso para la instalación de jaulas. El Cabildo ha recurrido. De ninguna de las maneras vamos a dejar que esto vaya hacia adelante. Más allá de la batalla legal, nos vamos a sentar con el Gobierno de Canarias y negociar cómo se va a solucionar.

-¿La idea es que esa planificación en Lanzarote no se desarrolle, que esa franja de la costa este de la Isla, desde la capital hasta el sur, no tenga jaulas de acuicultura?

-Mientras dure mi mandato, por encima de mi cadáver.

-Otro asunto que está sobre la mesa es la implantación de energías renovables en Lanzarote, tanto en tierra como en el mar. ¿Cómo se compatibiliza las energías renovables y la descarbonización de la economía de Lanzarote con no atentar contra el paisaje y el territorio?

-Lo que se está viendo, por ejemplo en Fuerteventura, a la que Lanzarote está conectada energéticamente, es que se plantean proyectos de más capacidad de la que la Isla necesita. En Lanzarote, hasta ahora, hemos tenido muchísima suerte, porque ha sido la iniciativa pública la que ha llevado a cabo la implantación de renovables. Pero tampoco se puede permitir que haya una zona de sacrificio que sea Fuerteventura. No se puede decir a algo ‘no’ en Lanzarote, pero ‘sí’ en la isla vecina. El problema es el modelo especulativo de los megaproyectos eólicos y solares. Y para controlarlo el principal instrumento es la ordenación del territorio.

“Se sabe que hay en la Isla perros de caza en situaciones deplorables”

-El pacto de gobierno otorga a Podemos las competencias en Bienestar Animal, un servicio que tradicionalmente se ha reducido a las perreras municipales…

-Está todo por hacer. Lo primero es hablar con los colectivos que se preocupan por el bienestar de los animales y ahí se incluye la gente que da de comer a las colonias de gatos. Hay que controlar sus poblaciones, porque están haciendo mucho daño a las aves. En relación a los perros, y sé que no va a ser muy popular en el sector de la caza, pero se tiene conocimiento de que hay animales en zulos y en situaciones deplorables. Eso hay que pararlo.

-Incluso entre personas con sensibilidad hacia el medio ambiente hay discrepancias sobre si se debe eliminar o no las cabras que hay en el Risco de Famara para priorizar la flora endémica.

-Es un tema espinoso. Se estudiará si se pueden apañar las cabras en un lugar tan escarpado. Hay una flora endémica, única, y un proyecto para reforestar el Risco. Las plantas son también seres vivos. Se va a intentar por todos los medios sacar a las cabras, tal vez dándoles de comer en una zona determinada para que se acostumbren a ir y cogerlas con vida. Uno no debería tener encima de la mesa elegir entre una vida u otra. Quiero abrir un debate público informado de lo que nos estamos jugando aquí.