El sector de la construcción sufrió como ningún otro en Lanzarote el estallido de la crisis. El presidente de la asociación de constructores, Neftalí Acosta, observa un cierto “optimismo” gracias a la rehabilitación de la planta alojativa y aboga por no volver a cometer los errores de la época de la ‘burbuja’. También pide que no se “demonice” a todo un sector en el que, como en otros ámbitos empresariales, “hay garbanzos negros”.

- ¿Perciben que se ha salido de la crisis o todavía no?

- Tiene pinta de que sí. Los datos son positivos. Estamos creciendo, consumiendo más y a nivel empresarial vemos que hay otra actitud. Tocamos fondo en 2012 y en los dos años siguientes estuvimos en el fango. El año pasado hemos visto un repunte. No son las cifras de antes de la crisis, que tampoco deseamos ni queremos que vuelvan, pero sí son un síntoma de cierta recuperación. Se aprecia un optimismo comedido, sin llegar a los niveles anteriores a la crisis, porque no es bueno.

 - ¿Dónde se ha percibido mayor dinamismo en el sector de la construcción en los últimos tiempos? ¿Ha servido la obra pública para dar vida al sector?

- La obra pública tiene momentos, especialmente en los años electorales, y además han venido proyectos importantes, como la Circunvalación de Arrecife o la ampliación del muelle de Los Mármoles, pero realmente donde sí ha habido movimiento ha sido en la renovación de la planta alojativa. El segundo plan de modernización de Puerto del Carmen ha supuesto un pique sano entre los propietarios de complejos y hoteles y entre los mismos comerciantes, sobre todo en la avenida. También el sector comercial se está poniendo las pilas y eso implica renovación de muchos locales. Los datos del turismo son positivos y favorecen que se invierta.

- Vista con perspectiva la crisis y su época más complicada, ¿qué falló en Lanzarote?

- A nadie se le escapa que fue una burbuja financiera internacional, que reventó y eso fue salpicando a todo el mundo. Lanzarote no iba a ser menos. La construcción de vivienda residencial, que fue el boom en toda España aquí se sufrió bastante. Los bancos prestaban y prácticamente regalaban el dinero.

- Lanzarote se quedó con un elevado parque de viviendas sin vender. ¿Se han ido digiriendo por el mercado inmobiliario?, ¿hay expectativas de que vuelva a verse una promoción de viviendas residenciales en la Isla?

- Se ha absorbido bastante la vivienda que se quedó estancada, que mucha se la quedó la banca. Ahora es difícil encontrar esas gangas que hubo por el nivel de desesperación que se dio. El mercado se está empezando a mover. En los estudios de arquitectura están entrando interesados en construir viviendas unifamiliares. La sensación todavía es muy tibia y nadie estará pensando en meterse en berenjenales, pero sí  hay promotores con interés en promociones de 10, 15 o 20 viviendas, no de cientos y miles como se pretendía en algunos casos. No obstante, todavía faltará para ver obra nueva de vivienda residencial.

- En Puerto del Carmen se ha solicitado licencia para construir un nuevo hotel y en Playa Blanca también, ejemplos de que hay quien se arriesga de nuevo a invertir en sector turístico. ¿La Administración cumple a la hora de tramitar los proyectos?

- En el caso de Tías, con el segundo plan de modernización de Puerto del Carmen había previstos unos 100 millones de inversión privada y a día de hoy no se ha ejecutado la mitad. Hay proyectos que se presentaron en noviembre de 2014 y todavía no tienen licencia. Nos consta la falta de recursos humanos en las oficinas técnicas y nos encontramos con ese tapón. Las instituciones también se tienen que poner las pilas e invertir en esas zonas en donde se rehabilita, que es una asignatura pendiente y que generaría empleo.

“El Palacio de congresos es una deuda histórica del Gobierno y es un error que no se financie con los fondos Igte”

- Algunos proyectos capitaneados por las administraciones públicas no han terminado de salir adelante, como la construcción de centros educativos con prefinanciación privada.

- Sobre los centros educativos con colaboración pública privada, varios en Lanzarote, quizá el Gobierno de Canarias lo planteó mal, aunque hubo buena intención. Para un centro deportivo, un centro de mayores o un palacio de congresos, al que con los fondos Igte también deberían darle un empujón, es más fácil encontrar maneras de que retorne el dinero y que la inversión privada pueda ser atractiva, más que en el caso de un colegio. Seguimos siendo fieles defensores de la cooperación público privada, pero se fue por el sitio más complicado.

- El Gobierno de Canarias quiere cerrar la puerta a financiar el Palacio de Congresos de Lanzarote con los fondos del extinto Impuesto general del tráfico de empresas (Igte).

- Creo que es un error, porque dentro de los fondos Igte una de las cuestiones que se plantean es la creación de infraestructuras que luego no tuvieran dependencia pública. El palacio de congresos o centro polivalente es una necesidad que nadie puede discutir, sobre la que hay un consenso bastante amplio y que además es una deuda histórica del Gobierno. Sería un ejemplo de proyecto para ser avalado con los fondos Igte con un modelo de gestión privada de las instalaciones.

“Las obras públicas no se deben convertir en una subasta”

En la Isla hay obras públicas que han generado numerosos problemas, como un tramo de la avenida de Costa Teguise que se tendrá que rehacer o la avenida marítima de Arrecife, que acumula un significativo retraso. El presidente de la asociación de constructores de Lanzarote considera que las instituciones deben mejorar las condiciones en las que adjudican las obras para que no se conviertan en “una subasta” y se entreguen a empresas que “sólo ponen la oferta más barata”. “Luego sufrimos todos las consecuencias, porque se retrasan, hay modificaciones de proyecto, cabreo de los ciudadanos… el caso más sangrante es el de la avenida de Arrecife, con cierre de negocios”, señala.