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“Hemos estado de espaldas al patrimonio marítimo en todas las islas”

Daniel Rodríguez Zaragoza, que acaba de ser galardonado por su contribución a la vela latina, difunde a través de su blog episodios de la historia marítima del Archipiélago

Daniel Rodríguez Zaragoza. Foto: Manolo de la Hoz.
Saúl García 0 COMENTARIOS 24/06/2019 - 07:34

La última entrada del blog de Daniel Rodríguez Zaragoza (apuntesjdrz.blogspot.com) se titula Las balandras canarias 1889-1905 (1). Se trata de una página de apuntes de la historia marítima de Canarias. “Mi blog es mi memoria –dice Daniel- lo hago desde hace 10 o 12 años porque me gusta”, asegura este funcionario de Capitanía Marítima en excedencia que, además, es ingeniero naval y consultor.

Señala que a pesar de que la historia marítima en Canarias se ha dejado olvidada en un rincón, “hay un movimiento creciente de personas interesadas en esta historia” y considera que si todas estas historias no se cuentan ya, se van a perder porque, poco a poco, “vanos a perder toda una generación”, una de las últimas de canarios que vivieron del mar y de la pesca, y con ellos se irá su memoria.

“Hemos estado de espaldas al patrimonio marítimo en todas las islas”, señala. De hecho, a pesar de que hay más proyectos, y algunos son proyectos desde hace años, en el Archipiélago solo hay un museo dedicado al mar, el Museo naval de La Palma, que tiene “ una colección de planos que no tiene parangón a nivel mundial y se conoce poco”. A ese se le podría sumar el Museo de la pesca artesanal que está en el Faro del Tostón, en El Cotillo (Fuerteventura) y quizá el Museo naval militar en el arsenal de Las Palmas.

Señala Daniel que en esa isla no se ha sabido ver el valor “y se ha tirado todo”. Sobre Lanzarote destaca la labor de la Asociación social y cultural por la memoria pesquera de Lanzarote Ángel Díaz Delgado, cuyos fondos podrían nutrir el futuro museo del mar del que se habla desde hace tiempo.


Balandra Añaza.

Dice que hay dos libros que son clave para la historia marítima, uno en cada provincia: El rabo del ciclón, de Félix Hormiga y Cosas viejas del mar, de Armando Yanes. Rodríguez Zaragoza acaba de recibir un premio otorgado por la Consejería de Turismo, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias que reconoce la labor de “las personas que mantienen y difunden la identidad de las Islas”.

Son los premios de deportes autóctonos y juegos tradicionales del Día de Canarias y se lo han concedido en la categoría de vela latina canaria de botes “como destacado practicante en calidad de tripulante y patrón y por su labor de investigación y estudio de la modalidad reflejada en su obra Los botes y su campo de regatas, una aproximación técnica y como autor del Reglamento técnico de la Federación Canaria de Vela Latina”.

Dice que el primer barco de vela latina de Lanzarote fue el Isla de la Graciosa, de la familia Toledo, fabricado por Simón Morales, un luthier de Teguise que hizo ocho barcos en Famara, pero que el que sabe de verdad la historia de la vela latina en Lanzarote es Santiago González. La diferencia con la historia de Gran Canaria es que allí tiene un origen portuario mientras que en Arrecife nace por las fiestas de San Ginés, cuando los pescadores estaban de vacaciones.


Típica gemela de Arrecife.

En Las Palmas nació en San Telmo en 1880, cuando no existía el puerto de la Luz, pero después se ha mantenido en ese lugar una regata de botes que se hace siempre en el mismo campo de regatas y que se hizo muy popular, entre otras cosas, por las apuestas, que también se hacían en Lanzarote.

Señala que en la vela latina se mantiene la esencia y que en Lanzarote hay un auge de los barcos pequeños, que son más baratos, ya que los grandes dependen más del apoyo institucional, pero que, de todas formas, siguen faltando carpinteros de ribera locales. La de Canarias, afirma, fue la última flota pesquera a vela de Europa y muchos de los últimos barcos eran de Lanzarote. “Casi todos acabaron en la Charca de Nuadibú”, dice.

“En Gran Canaria no queda ni un barco tradicional pero en el Charco de San Ginés aún se puede ver alguno”, señala. En Playa Blanca está el Ora et labora, de Ramón Martín Umpiérrez, que falleció recientemente, y quedan tres joyas: el pailebote Bella Lucía, El Aldeano, un balandro cuyo casco está en Las Palmas de Gran Canaria, y La Rosa, fabricado en 1921 y que está actualmente en Malta.


El cachucho Aldeano.

* Fotos de la Asociación Social y Cultural por la Memoria Histórica Pesquera de Lanzarote “Angel Díaz”. Cortesía de Angel Díaz (DEP).

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