Francesco Sauro y Robbie Shan

“Con el modelado en 3D de La Corona podremos estimar cómo es el subterráneo de Marte”

Francesco Sauro y Robbie Shan, en Arrecife. Foto: Felipe de la Cruz.
M.J. Tabar 0 COMENTARIOS 16/03/2017 - 10:36

“De todos los tubos lávicos que hay en Europa, el de La Corona es el más similar a los de Marte”, dice Francesco Sauro, geólogo, espeleólogo y director del programa Pangaea de la Agencia Espacial Europea, que participa en una nueva campaña científica en Lanzarote para hacer un modelado en tres dimensiones de la cueva y compararlo con el que ya tienen del planeta marciano. Le acompañan un equipo de la Universidad de Padua, Javier Martínez Frías (IGEO) y el fotógrafo Robbie Shan (National Geographic), otro apasionado explorador del mundo subterráneo.

Por cada metro de cueva conocida, en nuestro planeta hay decenas de kilómetros de pasajes subterráneos sin explorar. El cálculo lo hace Francesco Sauro sin contar ni las cuevas glaciares ni las cuevas volcánicas. El mundo que se extiende bajo nuestros pies sigue siendo un gran desconocido.

- ¿En qué consiste la nueva campaña científica en la que participan?

- Francesco: Vamos al tubo de La Corona, un lugar muy interesante porque es un análogo muy, muy parecido a Marte. De todos los tubos lávicos que hay en Europa este es el más similar. Estamos recolectando muestras, observando la morfología y haciendo un mapeamiento completo con un escáner láser que tiene una precisión milimétrica y que va a reconstruir en tres dimensiones toda la estructura. Va a ser un modelo para que podamos estudiar sus volúmenes, calcular el hundimiento del techo, etcétera. Así podremos hacer una comparación con Marte, porque tenemos modelos de los tubos volcánicos de Marte, pero no sabemos qué hay debajo. Este trabajo nos servirá para estimar lo que hay en Marte.

- Ambos han dicho que el subterráneo es un mundo muy inexplorado y desconocido. Que queda muchísimo por investigar…

- Francesco: Efectivamente. De lo que hay bajo tierra se conoce muy poco, sólo gracias al trabajo de los espeleólogos, porque no hay ningún instrumento científico que mediante satélite te diga qué hay bajo tierra. Es muy difícil imaginar cómo es una cueva. La única manera es visitarla o aproximarse a ella a través de fotos como las que hace Robbie. Yo soy científico: investigo cómo se formaron esas cuevas. Lo que hace Robbie es llevar al exterior la espectacularidad de esos lugares.


Comprobando la composición mineral de las rocas con un espectómetro. Foto: Agencia Espacial Europea (ESA-Luca Ricci).

"Cada cueva es una palabra que te dice cosas diferentes sobre la historia de la Tierra. Las de Lanzarote cuentan cómo fueron las erupciones y cómo regresó la vida porque la vida siempre llega, como puede pasar en Marte"

- ¿Cómo, cuándo y por qué empezaron a explorar el mundo subterráneo?

- Robbie: Hace 17 años estaba estudiando Bellas Artes en la universidad, en Inglaterra, y la espeleología era una afición de fin de semana, simplemente ocio, nunca pensé que fuera a ir más allá. La primera vez que me metí en una cueva quedé prendado de esa atmósfera alienígena, tan extraña, tan poco familiar. Es un mundo completamente diferente. Quería pintar estos paisajes pero en aquel entonces usaba grandes lienzos al óleo que no eran nada prácticos para meter en una cueva (risas). Así que elegí la fotografía, mucho más práctica. Hice un largo proceso de aprendizaje y practiqué todo lo que pude.

- Francesco: Hacer fotografía en cuevas es una disciplina muy específica, hay que pensar bien toda la iluminación. El trabajo de Robbie es muy complejo: tiene que crear el ambiente porque dentro no hay ninguna luz. Es una cámara oscura.

- Robbie: Por muy oscuro que esté en la superficie, al menos tienes el brillo de las estrellas o de la luna. Pero en una cueva no puedes ver ni tu propia mano.


Pedro Duque, Luca Parmitano y Mattias Maurer en el campo de trabajo Pangaea, desarrollado a finales de 2016 en Lanzarote. Foto: Agencia Espacial Europea (ESA-Luca Ricci).

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