Manuel Jesús García Fuentes ha dedicado casi tres décadas de su vida a la promoción, organización y desarrollo de la bola canaria, tanto en Lanzarote como en el resto del Archipiélago. Acaba de ser reconocido por el Gobierno junto con otras 10 personalidades en los Premios al Deporte Canario. También regenta la Armería La Fuente, ubicada en Arrecife, es el presidente del Club de Bolos Nazaret y organizador de la competición Abuelos Conejeros, un torneo de bola canaria que reúne a los mayores de todos los municipios de la Isla y que está a punto de cumplir un cuarto de siglo.

Manuel Jesús, de 58 años, creció en la capitalina barriada del Carmen, hasta los diez años, cuando se mudó a la zona de Los Pinos, en Titerroy. Al mismo tiempo, su familia contaba con una casa en Punta Mujeres, donde pasaban los fines de semana y los veranos. Fue en su barrio donde conoció la bola, “en el bar que tenía el padre de Joaquín, el entrenador de balonmano”, rememora. También en Punta Mujeres, pues señala que antiguamente este deporte autóctono estaba muy extendido. “Y nosotros, los chiquillos, cuando los mayores entraban a echarse el vaso de vino y el pejín, aprovechábamos y echábamos las partidas”, relata.

García Fuentes entró en el mundo de la competición federada hace 35 años, en una liga que contaba con un reglamento que se ha ido modificando con el paso del tiempo. “Siempre he estado metido, aportando cosas o intentando cambiar otras”, señala. También recalca que hay diferencias entre el juego tradicional y el federado, desde las medidas de la cancha y los espacios permitidos para jugar, hasta la posición de los propios jugadores y la forma en que está permitido lanzar.

El deporte federado en la Isla nace de la mano de Juan Bernardo, que estuvo “poquísimo tiempo” en la Federación, cuando esta se encontraba en el antiguo Parador. Cuando Manuel Jesús empezó, a finales de los años 80, ya existía la Federación. Años más tarde, en diciembre de 1998, comenzó su andadura como presidente de esta entidad insular. “Estuve dos mandatos seguidos y luego, sobre 2014, volví porque convocaron dos veces elecciones y no se presentó nadie”, recuerda. Se ofreció a retomar el cargo, siempre que fuera a su manera: “Que los clubes colaboraran”.

Fue una etapa en la que Manuel Jesús se centró en que “todos tuvieran el mismo derecho”, sin que la diferencia de tamaño entre clubes tuviera significado para la Federación. “Siempre cuento lo mismo: cuando entré, lo hice con los votos de los clubes grandes y a los cinco meses me presentaron una moción de censura y salí con la mayoría por los clubes pequeños porque vieron el cambio que se estaba dando”, cuenta.

Clubes

Con el paso de los años, la cantidad de clubes en la Isla ha ido disminuyendo. García Fuentes recuerda que hasta hace seis años había hasta 23 equipos; sin embargo, hoy resisten 14. La nota positiva la pone la cantidad de fichas federativas con las que cuenta Lanzarote, que “más o menos se mantienen”, explica, y certifica a su vez que son unas 400 las licencias activas en la Isla, considerada como “la cuna” de este deporte. Pese a ello, Manuel Jesús opina que la mejor isla para practicar la bola es Fuerteventura. “Es la que tiene mayor número de licencias y tiene una calidad de juego que se ha reflejado mucho en Lanzarote. Juegan mucho al ataque y nos hacen bastante frente”, reconoce.

“Tenemos que incorporar gente joven, porque si no el deporte desaparecerá”

Aunque la cantidad de licencias se mantiene, la salud del deporte, en opinión de García Fuentes, es “pobre” de cara al futuro, debido a la escasa participación de jóvenes. “Tendremos 30 chiquillos en total. No tenemos casi nada en Lanzarote; nosotros tenemos un par de equipos, el Ajey de San Bartolomé tiene un equipo solo, el Juan Barrios tiene dos equipos, Tinajo logró sacar uno y ahora hay otro en Punta Mujeres”, explica. Una cantidad insuficiente, en su opinión, que espera revertir mediante proyectos de carácter público. En concreto, se refiere a una colaboración entre el Cabildo y la Federación con los colegios de la Isla. “Duele que no conozcan en los pueblos un deporte con arraigo de nuestra Isla”, lamenta. Aunque resalta la labor realizada en el colegio César Manrique de Tahíche, donde sí han apostado por el deporte vernáculo.

El Club de Bolos Nazaret ha cumplido este año cuatro décadas. “Yo empecé aquí sobre el año 1990. Recuerdo que estuvimos dándole jaquecas al Ayuntamiento, al alcalde de la época, para que nos pusieran el techo, porque esto era un infierno. Es un pueblo muy frío y por las noches el sereno es increíble”, recuerda. El club es el único de la Isla que practica las distintas disciplinas relacionadas con la bola: “Jugamos petanca, bola canaria y también competimos en la bocha”. De esta última son el único equipo en Lanzarote que la practica y cuentan con alrededor de 100 licencias.

Premio

En octubre, Manuel Jesús recibió un galardón en la gala de los Premios al Deporte Canario 2025, celebrada en Tenerife. Allí le reconocieron esas tres décadas vinculadas al deporte vernáculo y sus tareas de difusión y crecimiento. Cuenta que se lo habían comunicado de forma extraoficial y que se enteró por parte de la Federación Canaria.

Manuel Jesús reconoce que “no lo esperaba”, pues se trata de algo que hace por “vocación”, y el reconocimiento llega tras años de sacrificio. “Es algo de agradecer, porque muchas veces tienes ganas de abandonar. Este tipo de reconocimientos te anima un poco y tengo ganas de hacer cosas con la bola canaria en el futuro, por ejemplo, con el deporte adaptado”, añade.

En cuanto al futuro del deporte en la Isla, pone el foco en llevar la bola canaria a los colegios para generar cantera: “La mayoría de los jugadores superan los 40 años y muchos superan los 60. Tenemos que incorporar gente joven, porque si no el deporte desaparecerá”, concluye.