Teguise sigue consolidando su estatus de guardián de la historia, no solo en Canarias y el territorio nacional, sino de manera internacional, como prueban sus jornadas ‘Ordenando papeles’, sobre archivos, que en la presente edición pone el acento en el activismo bajo el lema ‘Archivos para salvar el mundo’.

La encargada de abrir las jornadas fue, este viernes, la presidenta de la ONG Archivos son Fronteras ASF-Francia, Christine Martínez, que narró en primera persona la trayectoria de la organización, con una filosofía de intervención y salvaguarda de documentos administrativos en países que requieren ayuda ante el riesgo de destrucción de casi siempre valiosos documentos que pueden arrojar luz sobre los más diversos aspectos históricos, sociales, profesionales o personales.

La presidenta de ASF-Francia aseguró, en la inauguración de las jornadas que se desarrollan hasta este sábado en el Convento de Santo Domingo de la Villa, que lo que le había traído hasta Lanzarote (además de la insistencia del promotor del evento, Víctor Bello, y de “la maravillosa Isla con su vino incluido” fue, precisamente, el acento que se pone en estas jornadas por un tema (el activismo) íntimamente ligado a la filosofía de acción de ASF.

El impulsor de las Jornadas, el historiador, archivero y escritor Víctor Bello, apoyó este reconocimiento del ámbito académico y de la investigación hacia Teguise, “que, a pesar de los ataques piráticos, los incendios y las inundaciones, tiene uno de los mayores y mejor conservados archivos de Canarias”.

Retomando la línea argumental de la propia directora general de Patrimonio del Gobierno de Canarias, la lanzaroteña Nona Perera, que inauguró las jornadas, Bello puso de relevancia la importancia de dar a conocer al gran público los contenidos de los archivos del mundo “para  desarrollar una conciencia de salvaguarda”, aunque lamentó que esta riqueza política y social que guardan los fondos bibliográficos “sigan siendo la cenicienta del patrimonio cultural”, motivo por el que alabó el interés que muestra el Ayuntamiento de Teguise.

Nona Perera explicó en su intervención que los archivos “nos hablan del tiempo, recuperan la memoria, hace posible rescatarla, nos hace estimar nuestra capacidad de parar y nos aporta conocimientos sobre actuaciones sensatas y responsables en colectividad”, dijo, en alusión a las referencias sobre acontecimientos de todo tipo que se encuentran en los archivos y de los que “resulta inexcusable” no aprender.

Además, el encuentro dedica varias sesiones a los archivos de tipo científico. La conferencia de clausura será este sábado a las 13.00 horas, a cargo del escritor Javier Serra.

La concejala de Biblioteca de Teguise, Sara Bermúdez, resaltó los lazos históricos que unen a la villa con otros núcleos, desde Andalucía a África o América, por episodios como la conquista normanda, el Obispado o el comercio por mar y aseguró que estas jornadas “son una forma de consolidar esa relación”. Aseguró que “un archivo que no se divulga, no existe” y subrayó el interés municipal por seguir apostando por la conservación histórica.

Bermúdez, en representación del alcalde, Oswaldo Betancort, mostró la satisfacción del consistorio por la buena acogida de esta cita del ámbito archivístico, que celebran su cuarta edición “con unos 120 participantes, entre los presenciales y los que lo siguen por primera vez por streaming”.

Por las Jornadas ya han pasado en estos años 33 ponentes “de primer nivel”, se han impartido 37 conferencias y se han publicado las conferencias de las tres ediciones. La edil anunció que el Ayuntamiento sigue “empeñado en la salvaguarda archivística y prepara un nuevo y ambicioso proyecto en colaboración con el Gobierno canario.

Por último, el historiador Félix Delgado, en representación de la UNED, aseguró que la sede lanzaroteña de la Universidad a distancia “no va a faltar en esta invitación a fomentar desde los archivos los derechos humanos y las democracias” y subrayó la temática de la segunda parte del encuentro, centrada en “la construcción de un hombre mejor que indague en sí mismo y el fomento de la ciencia y la cultura en sentido amplio, para aprender a conocerse externa e internamente”.

‘Salvar archivos’

Christine Martínez se preguntó en su conferencia ‘Salvar archivos para salvar el mundo’ si los archiveros pueden realmente hacerlo, y la respuesta parece ser que sí, a tenor de las líneas de acción de la ONG que preside, Archiveros sin Fronteras (ASF) Francia.

Christine compartió con los asistentes a la ponencia la experiencia de capacitación y cooperación en países como Burkina Faso en el continente africano y otras zonas del mundo. Rememoró la tragedia de Haití, destruido por el terremoto de 2010, donde años después, en 2014, ASF lideró la intervención en los archivos gracias a una donación internacional gestionada a través de la UNESCO.

“Nos centramos en el Ministerio de Agricultura, cuyos archivos estaban, como puede imaginarse en condiciones deplorables. La humedad y las plagas habían invadido todo y hubo que eliminar 500 metros lineales, pudiendo identificar otros 300 metros para su tratamiento”, explicó.

Christine explicó los protocolos que rigen la labor de estos voluntarios “que son personas que aciden a trabajar en condiciones que no aceptarían normalmente y en su período de vacaciones”. Les mueve el altruismo y un alto sentido de la justicia social. Su deontología proclama la objetividad, la no injerencia, la transparencia y la inclusividad. Hay que pensar que la ONG interviene en países en situaciones complicadas social o políticamente y, en no pocas ocasiones, directamente “sustituye” a quienes debieran ser responsables públicos de la conservación de los fondos.

Por ello, ASF estudia previamente “los contextos” en los que intervendrá, que pasan por necesidad de ayuda de emergencia en unos casos y, en otros, de buen gobierno y salvaguarda de derechos humanos o personales.

Otra intervención de Archiveros sin Fronteras Francia tuvo lugar en Burkina Faso en 2012, donde se trabajó, a solitud del Ministerio de Enseñanza e Investigación, en dos fases, recuperando archivos de sus administraciones estatales, “supervisando sobre todo prácticas de destrucción controladas de documentos con contenidos significativos para política del Estado”. Y en una segunda fase, en 2013, “ayudando en la gestión de archivos de las administraciones locales”.

Martínez explicó otro caso, esta vez de intervención en la preservación de derechos individuales, en Etiopia. La compañía ferroviaria conservaba numerosos documentos históricos, muchos en idioma francés por el pasado de protectorado del país “y cuyo estado de conservación conllevaba serio riesgo de desaparición”.

El interés social que produjo esta intervención vino de los propios familiares o trabajadores de la compañía, ya que esos papeles eran la demostración de su vinculación con la empresa, de cara a percibir pensiones. “Nuestro blog sobre el proyecto recibió 2.500 visitas en los 15 días de misión”, explica Christine.

Pero una de las acciones más complicadas con las que se encuentra la ONG es, sin duda la de convencer a los organismos de estos países para que pongan a disposición de los investigadores sus documentos, sobre todo si existen indicios de corrupción en según qué organismos o administraciones. Tampoco las familias lo ponen fácil con el legado documental de sus antepasados. A veces las negociaciones duran años.

Christine Martínez concluye que esta labor tan desconocida como fundamental para preservar la memoria sí es capaz “modestamente” de “salvar el mundo”. De hecho, reconoce que “aunque no debería ser lo normal”, la organización llega a sustituir las funciones de los poderes públicos en las estrategias nacionales de archivo”.

Lo cierto es que ASF se ha ganado, con su experiencia y esfuerzo, el reconocimiento de la comunidad internacional, promoviendo una archivística solidaria, interviniendo con eficacia en delicados contextos sociopolíticos y todo ello sin olvidar su filosofía de apoyo al desarrollo y la democracia “simplemente, preservando la memoria de los pueblos”.