1 COMENTARIOS 09/10/2023 - 09:05

No hay nada mejor que tener las cosas claras. El presidente del Gobierno, Fernando Clavijo, dice que no hay riesgo de saturación turística en Canarias y que eso “es un debate absurdo”. Asegura que los problemas vienen por el fenómeno del alquiler vacacional porque, respecto a las plazas turísticas, “la capacidad de carga turística viene definida por los planes insulares, que definen un número de camas turísticas y unos límites que no pueden ser superados”. “La carga del sector turístico está planificada y consume el dos por ciento del suelo de Canarias para generar el 37 por ciento de nuestro PIB”, añade.

Podríamos dejar al margen el hecho de que la cuestión no reside en que quepan 10, 15 o 20 millones de turistas, sino de si es rentable o conveniente, no solo desde el punto de vista del negocio, sino del consumo de recursos, de territorio o de energía. Y también podríamos dejar al margen el hecho de que, en Lanzarote, con las camas actuales, que son unas 70.000, ya hay problemas, y el PIO permite otras 40.000 más, aproximadamente.

Pero lo sorprendente del asunto es la fe que tiene ahora Fernando Clavijo en los planes insulares, cuando fue él quien aprobó la Ley del Suelo y de los Espacios Naturales de Canarias, que lo que hacía, precisamente, eran convertir lo excepcional en la norma. Es decir, ponía facilidades para que las excepciones superaran la regulación de los planes. Y es más, desde la entrada en vigor de la Ley del Suelo, lo que ha ocurrido es una parálisis total de la planificación territorial.

También defendía Clavijo hace siete años que la anterior regulación territorial en Canarias era poco transparente y que quienes tenían dinero “se salían con la suya” mientras que la Ley del Suelo “hace más transparente el urbanismo y lo democratiza”. Ahora defiende que el Gobierno de Canarias tiene que ir a los tribunales con el Gobierno central por las competencias de Costas para salvar los hoteles de la cadena RIU, que ha incumplido, de forma reiterada, la normativa de Costas. Eso sí, por lo menos Clavijo lo hace con total transparencia.

Comentarios

Los hoteles consumirán el 2%, pero el problema no es el lugar físico que ocupa un turista, sino todo lo que necesita ese turista para tener una estancia en condiciones: luz, agua, servicios sanitarios y policiales, coche de alquiler, recogida de basura, aguas residuales, aeropuerto, etc. Todo eso requiere a mucha gente que, debido a que la tasa de paro se ha mantenido alta durante décadas, viene de fuera. Luego viene su familia por el efecto llamada. Evidentemente la vivienda vacacional es incluso peor porque depende aun más de los servicios públicos o comunitarios. Pero eso es resultado de una ley de alquiler que nos han vendido como amable con quien necesita una vivienda pero que en realidad está diseñada para beneficiar a los grandes tenedores porque, al reducir la oferta de pequeños teledores por el miedo a ocupas, sube el precio al mantenerse igual la demanda. Para un gran tenedor, el riego de ocupas puede hacerle perder máximo un 10%. Para una familia que alquila su segunda vivienda con hipoteca, el riesgo de ocupa es mayor al 100% (porque si no pueden pagar la hipoteca de su segunda vivienda, podrían perder la primera que actúa como aval). (nuevo párrafo) Aquí hablamos de dos problemas distintos: la escasez de vivienda de alquiler de larga duración, y el exceso de turismo (lo que insisten en llamar "turismofobia" para pintar la defensa de lo sostenible y aguantable como irracional, ya que las fobias son irracionales).

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