
EL PASEO
Por Saúl García
Ante tal volumen de personas, es una oportunidad perdida para demostrar que el transporte colectivo también lo pueden utilizar aquellos que no están obligados
Ya se veía venir que el choque entre una guagua y la casa a la salida de Mozaga que anunciaba el camino a Los Dolores por El Peñón iba a ser algo más que un golpe entre materias. Además de un choque real, anunciaba un choque simbólico, un presagio de que aquel no es lugar para guaguas.
Es bastante sorprendente que la romería, como acto de fe colectivo (o como acto colectivo) se resuelva desde el punto de vista de la movilidad, de forma tan individual. Por no hablar de que se hable como récord de participación para una romería, que es una peregrinación a pie, que haya habido 12.000 coches.
A Los Dolores se va como peregrino, pero parece que se vuelve convertido en pasajero. Que no está mal. Pero, ante tal volumen de personas, es una oportunidad perdida para demostrar que el transporte colectivo también lo pueden utilizar aquellos que no están obligados.
A lo que debería estar obligado el Cabildo, si organiza un acto de esta magnitud, es a garantizar que la mayoría de las personas va a volver en guagua hasta su casa. Si la gente se organiza para ir se puede organizar para volver.
Seguro que acaban presumiendo de que se han reforzado las líneas y que se han puesto servicios especiales, pero los números son tozudos. Si se juntan 12.000 coches en un pueblo que no llega a mil vecinos, la romería podrá ser un éxito pero la organización es un desastre.












Comentarios
1 Observador Mar, 16/09/2025 - 22:36
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