-¿Los secretarios tienen mucho poder en las instituciones?

-No se tiene poder, lo que sucede es que al estar en contacto con otros órganos de poder, algunos de los criterios de esta persona puedan ser asumidos por quienes realmente tienen la obligación de gobernar.

En noviembre de 1998, la revista Lancelot entrevista a Felipe Fernández Camero, que respondía así a una pregunta que, formulada años después, de otra manera y en otro contexto, tenía una respuesta diferente.

Los criterios del secretario no quedaron por escrito, y la deducción lógica de que fuera él quien ideó la estrategia jurídica otorgar licencias que incumplían y para recurrir la propia Moratoria, no prosperó en el caso Yate, en el que estuvo imputado al principio. Tampoco hacía falta ser un lince. Los ayuntamientos de Yaiza y Teguise y los promotores tenían un mismo criterio y un nexo en común, que era él.

En el juicio de ahora, en el que se afana por demostrar que se ganó el dinero que le pagó Yaiza, la modestia de entonces da paso al reconocimiento de un papel más activo. Asesoraba a todos, pero especialmente a la Oficina Técnica, a quien ofrecía “una atención constante porque tenían multitud de problemas urbanísticos y no los manejaban con soltura”. De aquella Oficina Técnica puede que no quede nadie que no haya sido condenado. Dijo Camero en su declaración que en el Ayuntamiento de Yaiza no había otro licenciado en Derecho y que en la Isla, entonces, tampoco había otro secretario habilitado.

Sus palabras niegan el poder y sus actos lo reivindican. Algo así como la paradoja con Cuadernos del Sureste. El artículo que le dedicaron destacaba su posición de poder, que él negaba, pero consiguió que un juez ordenara el secuestro de la revista, que es una decisión muy poco habitual.

-¿Los políticos lo llaman para pedirle opinión?

-Sí, me suelen llamar para que les de mi opinión sobre algunos temas.

Esta era otra de las preguntas de la misma entrevista. Y en el sumario de la operación Unión había algunas joyas de dos políticos que lo conocieron bien y que fueron alcaldes de los dos ayuntamientos, Yaiza y Teguise, a quienes asesoraba urbanísticamente. Honorio García Bravo, que declaró como testigo en el juicio que se está celebrando ahora, decía: “Al final Camero ha estado manejando la isla, como siempre…”. Y Dimas Martín le aseguraba a su interlocutora: “Felipe es que ha querido estar siempre con Dios y con el Diablo y eso no es posible”.