1 COMENTARIOS 28/04/2025 - 08:07

“Por tanto, el que habla en lenguas, pida en oración para que pueda interpretar” (Corintios, 14.13).  Pablo les dice a las personas que tienen el don espiritual de hablar en lenguas que recen para recibir el don adicional de la interpretación de lenguas. Este don, que otorga el Espíritu Santo, consiste en la habilidad sobrenatural de interpretar las palabras de alguien que habla en otro idioma.

Con los avances de la educación y la tecnología, estos dones sobrenaturales han ido desapareciendo, aunque aún quedan, en nuestro entorno más cercano y en este tiempo de descreimiento, algunas personas que los conservan por el bien de la comunidad. 

El lenguaje judicial siempre ha sido especialmente críptico. Afortunadamente, para salvar esta barrera cognitiva, se mantienen en activo personas como Pedro San Ginés, que recibió este don y no duda en compartirlo para hacer comprensibles al común de los mortales las palabras del Supremo (el Tribunal, en este caso).

Así se entiende mejor el auto por el que el Tribunal decide que continúe la instrucción contra él por posible falso testimonio. En ese auto el Tribunal dice que se siga investigando porque hay indicios de delito: “Contamos con elementos que inclinan a sostener en el plano indiciario (…) que su comportamiento procesal fue el impulsor de la incorporación como investigado del señor González Medina (...). Su comparecencia voluntaria en las dependencias de la Guardia Civil, en el marco de una investigación por otros hechos, a fin de ‘denunciar supuestas irregularidades…’ aporta el inicial punto de partida”.

Pero afortunadamente, y gracias al don, el senador lo explica para mejor comprensión de sus fieles: “Se admite de forma clara y nítida que no fui yo quien presentó la denuncia, es decir, que no fui el denunciante, sino Astrid Pérez ejecutando un acuerdo colegiado del Consejo de Administración de los CACT”.

Amén.

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Más agudo y naces flecha.

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