1 COMENTARIOS 03/02/2014 - 06:35

Arminda Arteta (Arrecife,1981) se aficionó a la historia jugando en casas antiguas como la que tenía en Tías su bisabuelo ‘Señó Justo’. Isabel Sampero, profesora del instituto César Manrique, le inoculó la pasión por las manifestaciones culturales. Estudió Historia del Arte en la Universidad de La Laguna y se especializó en la obra de Pancho Lasso. Fue una de las primeras documentalistas de Memoria Digital de Lanzarote, es autora del blog ‘Lanzarote Inédita’ y trabaja como guía de senderismo interpretado. De su mano, descubrimos el “patrimonio secuestrado” de Lanzarote.

Dos peatones dejan atrás el paisaje industrial de La Rocar y se adentran en Arrecife a través de  su Marina. Disparan un flash rápido al ‘Monumento a la Internacional’ sin detenerse a definir materiales, periodo o sensaciones. Probablemente no sepan que es una de las mejores y más desconocidas esculturas del arte español de la preguerra. Su autor es el lanzaroteño Pancho Lasso que quiso rendir un homenaje surrealista y telúrico a los trabajadores del mundo.

“Fue un hombre autodidacta, que absorbió de manera extraordinaria la vanguardia madrileña y la transformó en un arte muy original y muy enraizado con su tierra”, explica esta historiadora especializada en la obra del escultor. A principios del siglo XX, el fotógrafo Aquiles Heitz -cuñado de Lasso- ya apreció la singularidad del paisaje lanzaroteño. Lasso hizo lo propio durante su etapa en Vallecas; aquel erial madrileño debió de recordarle a su paisaje natal, proporcionándole inspiración para su etapa más valorada por la crítica internacional.

Su obra más significativa forma parte de los fondos del Museo Internacional de Arte Contemporáneo de Lanzarote (MIAC) y el resto pertenece a coleccionistas privados. “Lanzarote siempre fue protagonista de su obra”, explica Arminda. Entendió el arte como movimiento de transformación social, por eso abandonó la abstracción y se empeñó en el realismo, un lenguaje más comprensible para todo aquel que no tuviera acceso a una formación intelectual.

Pancho Lasso es la pasión de Arminda Arteta y el desconocimiento generalizado de su obra y de su figura es uno de los ejemplos que evidencia el ‘secuestro’ patrimonial de Lanzarote. Lasso vivió la dictadura franquista recluido, trabajando como sacador de puntos para un imaginero, hasta que resurgió en el campo de la medallística en los años 60, triunfando en Europa. “Fue uno de los primeros en proyectar la imagen de la isla al exterior”, advierte Arminda, vecina de La Asomada y de ascendencia navarra, sueca y lanzaroteña.

En 2009, su trabajo como historiadora en el proyecto Memoria Digital de Lanzarote le brindó la oportunidad de manejar joyas del patrimonio audiovisual de su tierra: fotografías antiguas y datos dispersos en multitud de publicaciones. Otro punto de inflexión en su carrera fue su trabajo como guía de senderismo interpretado con Ignacio Romero. Para preparar las caminatas, profundiza en los aspectos más desconocidos de la cultura insular. De esas intensivas pesquisas surgió el blog ‘Lanzarote inédita’, una detallada guía por los rincones (y los personajes) menos conocidos de la isla.

Su espacio digital divulga con intensidad, datos técnicos  y discurso contemporáneo lo que la Administración promociona únicamente de vez en cuando: la cultura del agua, los taros, la arquitectura popular, los sistemas de cultivo, los paisajes cinematográficos (ese cortijo de los Pereyra donde rodó un hito del cine alemán), los curiosos proyectos inconclusos (‘La ciudad de las gaviotas’ planteada por el arquitecto Fernando Higueras en los farallones de Famara), la historia del pueblo de Santa Margarita, la ignota ermita de San José, las leyendas relacionadas con Montaña Amarilla y un largo etcétera de historias reales. “Tenemos un patrimonio que obedece a la adaptación de los lanzaroteños a condiciones muy adversas; tiene un valor incalculable pero es muy desconocido”, advierte la historiadora.

La isla es el resultado de una adaptación al medio hostil, que en muchas ocasiones se hizo con “exquisitez estética” y que en cualquier caso es un ejemplo de “épica”. Así lo entienden los niños que escuchan sus explicaciones, fascinados por la historia corsaria o los sistemas de recogida de agua.

Puede que el ‘secuestro’ del patrimonio cultural (Zonzamas sin su museo de sitio, Arrecife sin su Museo Arqueológico, etcétera, etcétera) obedezca al simple “desconocimiento”, o al deseo de olvidar una historia insular repleta de ingenio y de penuria. La singularidad cultural de Lanzarote no forma parte de la oferta turística, ni del plan curricular de los alumnos. “La Unidad de Patrimonio, el Aula de la Naturaleza de Máguez y ayuntamientos como el de la Villa están trabajando con mucho interés en la recuperación y conservación del patrimonio, pero tenemos un grave problema de divulgación, que debe empezar en los colegios”, concluye Arminda. 

Lasso, Aldecoa y Espinosa

Junto a José Ramón Betancort y Zebensui Rodríguez, Arminda Arteta ha realizado un proyecto de investigación sobre Pancho Lasso, Ignacio Aldecoa y Agustín Espinosa, tres personalidades y tres hitos de la historia lanzaroteña. Su importancia se contará en una muestra (‘Lanzarote y el tránsito a la contemporaneidad’) que se inaugurará el próximo 7 de febrero en la Sala de Arte Charco de San Ginés (Arrecife), en el marco de la Bienal ArteLanzarote y que ofertará visitas guiadas para alumnos de 2º de Bachillerato y adultos.

Comentarios

Que haya gente investigadora así hace que merezca la pena vivir en Lanzarote. La ceguera de la que hablaba Saramago en su celebrado ensayo no sólo la padece la indocumentada clase política conejera, sino mucha ciudadanía que se tiene por universitaria, instruida y leída en esta isla.

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