Entre la iniciativa de aplaudir a los sanitarios cada día por su esfuerzo y dedicación y la noticia de que el año pasado hubo 769 agresiones en toda España a médicos han pasado solo cuatro años. Han pasado algunos más, más de cuarenta, entre la imagen de entrar a la consulta y que te recibiera un médico (siempre hombre) al que había que tratar de don, que podía estar tranquilamente fumándose un cigarro, y la misma noticia de antes.
Las cosas han cambiado mucho. Íbamos a salir mejores, pero nos hemos quedado en el camino. Parece que el tiempo de reflexión de la pandemia fue más corto que el de la propia pandemia y que todo lo que se podía acelerar se ha ido acelerando. Y lo individual siempre toma delantera frente a lo colectivo.
Las agresiones, si se suman las verbales, las faltas de respeto y las que sufre el resto del personal de un centro sanitario, son muchas más. También hay agresiones en otros ámbitos, como el escolar o el familiar. Dicen los expertos que se está perdiendo el respeto a la autoridad. Puede que el origen de todo sea confundir el autoritarismo con la autoridad.
Entre la frustración y la violencia, como última respuesta a que no te den la razón, parece que cada vez más gente opta por la segunda. Creemos que tenemos razón continuamente y la defendemos. La principal causa de la agresión es la discrepancia con la atención médica que se recibe, seguida de no obtener un informe acorde con las pretensiones. Hay gente que va al médico con el mismo objetivo con el que lee la prensa: para que le confirmen lo que ya sabe. Afortunadamente los médicos aún se resisten.
Comentarios
1 El Cura Lun, 18/03/2024 - 14:10
2 No dominar el lexico Mié, 20/03/2024 - 16:01
3 ad 2 Vie, 22/03/2024 - 14:36
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