Nieves Rodríguez Rivera

Vive La France

Un pequeño paso para la humanidad, al menos para una gran parte, aunque debería ser para toda ella. La libre elección sobre tu propio cuerpo, tus ideas y de tu pensamiento. Liberté, égalité, fraternité, (libertad, igualdad, fraternidad) que engloba los derechos y libertades de los franceses y que conformó lo que sería el nuevo mundo y los principios básicos que se debían tener en cuenta para la posteridad.

A pesar del viraje a la derecha de esta vieja Europa, cada vez más xenófoba, ciega, sorda y muda a los problemas de sus vecinos, en ocasiones como esta, parece que podemos atisbar una pequeña luz en el camino. De nuevo, ha sido Francia la que ha vuelto a ser pionera en derechos humanos.

Desde hace unos días, la libertad de la interrupción del embarazo está incluida dentro de la Constitución Francesa, como un derecho inalienable de la mujer. Esto significa bloquear cualquier intento de negar este principio básico, por lo que, gobierne quien gobierne, ya dentro de la Constitución ningún partido o ideología podrá impedirlo.

Ojalá sirva esto de ejemplo a los demás países, y no se limite a Francia sino al resto de estados como España y se blinde, de una vez, derechos básicos como el aborto.

La escritora francesa Annie Ernaux narra en su libro “L’évenement”, el acontecimiento, la experiencia aterradora que tuvo que vivir siendo muy joven, en los años sesenta en su país, al enfrentarse a un aborto en la clandestinidad. Un relato autobiográfico y estremecedor, sobre las condiciones en que tuvo que hacerlo, de forma secreta y cómo tuvo que enfrentarse a unos médicos, hombres que debían decidir si una mujer podía abortar o no.

En este libro, como en la mayor parte de su obra, estos relatos autobiográficos son una forma de expresar lo individual que es a la vez universal, siempre desde una perspectiva de clase, de mujer trabajadora y con conciencia feminista.

La autora recuerda, como escribir sobre algo que le avergonzaba le hizo tomar conciencia del problema social que significaba el aborto: la mayor condena, la mayor de las humillaciones que se le puede hacer al cuerpo de una mujer. No solo por la violencia que infringe esta ley tan inhumana, que puede acarrearle la muerte si lo hace en la clandestinidad, sino porque es un símbolo más del poder que los hombres desean seguir manteniendo sobre el cuerpo de la mujer.

Pero algo está cambiando. Han sido estos mismos hombres, los que hace unos días, en el senado francés, compuesto mayoritariamente por hombres, han decidido conceder por aplastante mayoría este derecho y protegerlo frente a los posibles cambios de gobierno.

Los tiempos en que Annie Ernaux debía abortar en la clandestinidad, con la vergüenza y el desprecio de los varones, ya han pasado a la historia. Después de décadas de reivindicaciones feministas, las mujeres en Francia, ya pueden decidir si ser madres o no, la Carta Magna así lo ha establecido.

En el día 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer, donde aún deben reivindicar sus derechos, este es uno indispensable y primordial. Ya son muchas las voces, después de lo ocurrido en Francia, que claman para que este forme parte de “la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea” y que nadie impida a la mujer, la libertad de decidir sobre su propio cuerpo.

Comentarios

Las Constituciones se cambian. Vaya un problema. Lamentablemente, quien se lo proponga, lo quita y ya está.
buenas tardes no te fies mucho de liberte egalite fraternite ...eso ya no existe en la francia de macron lo vivimos a diario , de lejos parece lo que es ...espejismo

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