Virginia Carretero

Ayuntamiento de Arrecife: plantar una palmera para olvidar lo que no se hace

O para disimular, que es lo que parece que hacen Jonathan de León, Roberto Herbón y PreZero, la empresa, encargada del servicio de parques y jardines. Por lo que nos informan, brindan un reconocimiento -igual para lavar su imagen por las críticas que se vierten- a la ciudadanía ejemplar en el cuidado de nuestras especies vegetales. En vez de rectificar, dan un salto adelante y cuentan lo buenos que son y lo atentos que están con el parque verde.

El reconocimiento está muy bien, pero con él no se agota la responsabilidad que compete a los  actores presentes. Ni la del alcalde, ni la del concejal del área, ni la de la empresa. Primero, porque la mortandad de decenas de  ejemplares de palmera, no ha cesado, no reciben tratamiento, ni el Ayuntamiento o la empresa se dan por aludidos de que exista problema alguno. Segundo, porque una acción responsable pasa por tratar la  enfermedad que las está conduciendo a su desaparición en el municipio. Tercero, porque la actuación sobre el ajardinamiento de la ciudad está muy lejos de resultar eficiente. Cuarto, porque en vez de plantar una palmera para compensar lo que no hacen, lo cual parece un chiste en manos de estos, podrían plantar un árbol allá donde ya no hay una palmera, o sea, algunas cuantas decenas por toda la ciudad, en cada hueco donde sólo hay ausencia. Pero no lo hacen, aunque estén obligados contractualmente, porque dejan de ganar dinero, y en el Ayuntamiento, lejos de recordarles lo que pone en el contrato, prefieren irse de rositas, lo cual es una de las variadas formas de corrupción en la administración pública. Coloquialmente se llama mirar a otro lado, ya sea por placer o por alguna contraprestación.

Que la empresa reconozca en un acto público a un trabajador suyo, por muy bien que lo haga, no logro entenderlo, si no es que se enmarca en un acto de autobombo y de justificación. Que el alcalde y el concejal se presten a ello muestra torpeza a raudales (yo despediría a algún asesor) o algún interés en que la empresa no se sienta agraviada. Ellos sabrán. El trabajador debe hacer su trabajo profesionalmente y cobra por ello, por lo que cualquier reconocimiento quedará entre el trabajador y la empresa. Y si el trabajador es reconocido por lo bien que lo hace, debo entender que el resto no lo hace tan bien e igualmente cobra de las arcas públicas. Por lo dicho, parece todo un acto de blanqueamiento de los cargos públicos y de la propia empresa, a la que no sé qué le deben, cuando PreZero es quien está en deuda con todos nosotros por lo que hace mal y por lo que no hace. Y ni el alcalde de Arrecife, ni Herbón, ni la concejala de Medio Ambiente, Davinia Déniz, de la que desconocía su existencia, y de la que ignoro qué pinta en la escenificación de este vodevil, no parecen saber qué se traen entre manos. De momento una pírrica palmera para mantenernos contentos. Si es que no tienen un pase.

 

Comentarios

Los artifices de tanto postureo necesitan un buen curso de árboles autóctonos. Y ya que se empeñan en palmeras, que nos den dátiles para compensar nuestra economía.
Esto se llama contrato publico para toda la vida sin marco productivo,todos los funcionarios de europa quieren trabajar en españa pk sera?

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