Amelia Sinsombrero

Venga, Rubiales, demuestra lo que vales

En el colmo del despropósito, cuando una cree que alguien ya no se puede embarrar más, llega Rubiales y se corona, a lo Rosalía en la disco, con un discurso épico, digno de ser estudiado en sociología.

Leo y escucho múltiples análisis con los que no puedo sino estar de acuerdo, pues se basan en la evidencia de lo burdo, de lo ridículo. El victimario haciéndose la víctima ( de ahí nace el acuñamiento del término " feminazi", de la necesidad de no responsabilizarse de los efectos que provocan las conductas machistas sobre quiénes las sufrimos, mejor culparnos a nosotras). Un poquito de soberbia y "mansplaining", también, adoctrinando desde su púlpito sobre lo que es el feminismo "de verdad" y el "de mentira" (salta a la vista que él es un entendido, pues lleva años de estudio a la sombra de Amelia Varcácel y comparte pupitre con otras feministas ilustres e ilustradas - modo ironía "on", para ingenuos despistados-). Una sobredosis de poca vergüenza exponiendo a sus hijas a la opinión pública, otra muestra más de su indecencia, mendigando el amparo femenino. Por último, se cobija en su manada y busca el colegueo de Vilda ( le falta decir : "Joder Vilda, me toqué los huevos porque me miraste y me pusiste ojitos, la culpa fue tuya, como la de Jenni, que me levantó en volandas y me apretó con fuerzas agarrándome de las caderas"). Y entonces va y le multiplica el sueldo en directo, comprando así su aplauso. Es esperpéntico.

Pero hay algo que echo de menos. Algo que me preocupa particularmente, porque hoy oi en la calle que hay quien le compra parte de su discurso. Parece ser que la falta de lascivia es excusante. Escucho a un joven chaval decir : "Rubiales me asquea, pero no fue para tanto como para hablar de abuso sexual, él mismo ha dicho que no había deseo, que era como el beso que da a sus hijas".

¡Toma ya! Unas notas rápidas son necesarias antes de que esta barbaridad cale en las mentes tiernas:

1) el abuso sexual se da porque está basado en el sexo. Alguien, normalmente de sexo hombre, dispone del cuerpo de otra persona, normalmente mujer, buscando un contacto físico que le proporciona placer ( si no, no lo haría). Por eso a Messi o a Ronaldo no le aprieta los morros agarrándole la cabeza con dos manos. Porque a ellos les respeta.

2) El hecho de que lo compare con el beso a sus hijas es, precisamente, la constatación del machismo imperante. Ese es el patriarcado, Luis. Acabas de reconocer públicamente lo machirulo que eres. Verás, Rubiales. Jennifer Hermoso tiene un palmarés impresionante. Tú un triste campeonato nacional en toda tu vida en un equipo de segunda División. Ella te da cien mil vueltas a ti. Tú tendrías que hacerle reverencias. ¿Y te sientes con derecho a tratarla como si fuera tu hija?¿Dónde queda tu respeto profesional? Pero, ¿tú te crees, pedazo de alcornoque, que a alguien le importa tu deseo? Nos importa tu falta de respeto a una estrella del fútbol mundial precisamente por razón de su sexo. Que es, literalmente, lo que acabas de reconocer que ha pasado.

Así que si no vas a dimitir, prepara las maletas con dignidad para tu cese y mira a ver si te queda algo de decencia. Porque la ciudadanía española no va a consentir que sigas avergonzándonos internacionalmente y salgas impune de este bochornoso espectáculo.

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