Martín Cardenal

Subir los precios en los CACT

No rezongo con los precios del Prado, del Reina Sofía o del Thyssen. Y todos están a tope. Pago lo que me piden por visitar el Palacio Real, el Botánico, las Colecciones Reales y lo que se tercie. Y si, metidos en el terreno de la cultura, hay cosas que no puedo pagar es porque soy un turista de quinta y convengo poco a ningún destino como visitante.

Recorro como turista los referentes gastronómicos de Madrid o de otras ciudades que visito, y me doy el gusto de enriquecerme mental y espiritualmente con todo ello. Y gasto lo que no tengo. Me brindo homenajes y dilapido con alegría. Pago los dieciséis con cincuenta euros de las Cuevas del Drach, en Mallorca, que es tan cueva como Los Jameos o la de Los Verdes, y no se me ocurre pasar el resto de las vacaciones a bocadillos por semejante “dispendio”.

Ahora bien, si la Federación Turística de Lanzarote no quiere subir los precios de la entrada a los CACT (entre 4 y 12 euros para no residentes), sino que se haga poquito a poco, será porque tiene sus razones para hacerlo aunque no lo cuenten.

Si la presidenta de la Federación representa el sentir de aquellos a quienes representa, y estos creen que quien visite los centros con la entrada más cara, difícilmente podrá gastar en restaurantes o en ocio. Si eso es así, es que carecen de ambición con el destino y se conforman con que sean los turistas de chancleta los únicos que nos visiten. Empiezo a entender en lo que nos estamos convirtiendo como destino, y es por gente tan lamentable como esta que, difícilmente, pueden garantizar la calidad de un destino.

Creo, más bien, que son unos miserias y que no nos conviene semejante federación. Si fuera por ellos, les pondrían una bolsa con comida barata a cada turista que llega, con tal de aumentar el número de visitantes tan miserias como ellos, con tal de batir récords de llegadas. No sé si eso es como lo intuyo o es que lo quieren todo para sí.

Tampoco sé si de estar Los Jameos en la Costa Azul, costaría el acceso lo mismo que aquí. Lo dudo.
Me reafirmo en que hay que subir los precios al turista; en que hay que cobrar una tasa por cada llegada y que deberíamos subir un poquito el nivel y bajar otro poquito los números que tanto impresionan a algunos.

Considero que en cada centro debería haber oportunidad de que gasten más, no sólo con venta de merchandising, sino con experiencias gastronómicas sugestivas que superen el pan blanco descongelado con jamón de tercera y una birria de café, que ese es un testimonio personal cercano en el Mirador y en algún otro centro, por lo cual pasé bastante azoramiento con mis invitados con lo que tenía que haber sido un desayuno memorable. Y al coñazo de carta del restaurante del Castillo de San José, que le den, que es impropio de un lugar tan especial y no llega ni para cautivar ni para fidelizar. Vergüenza les debería dar a todos lo que han venido gestionando esto.

Por lo dicho, concluyo en que semejante federación de morondanga no nos merece y que deberían irse a hacer su trabajo a algún lugar en que se noten poco. O nada. Tirando a profundo.

Comentarios

La federación hará lo que pueda para defender sus intereses. Eso es normal porque para eso están. Lo que no es normal es que dirigentes políticos les representen a ellos más que a la gente que se suponen que representan.

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