La sección primera de la Audiencia Provincial de Las Palmas sentará en el banquillo a Fermín B.G., procesado por abusar sexualmente, durante más de una década, de sus dos hijas adoptivas. Ambas eran menores de edad en el momento en el que el acusado supuestamente llevó a cabo los abusos.

El juicio tendrá lugar en los juzgados de Arrecife el 22 de junio a partir de las 9.15 horas. La vista se desarrollará dos meses después de que la Fiscalía entregara al órgano juzgador el escrito de acusaciones. En el documento de la Fiscalía se describe el horror que durante años vivieron las dos hermanas que, al alcanzar la mayoría de edad, abandonaron el domicilio familiar y lograron finalmente denunciar los hechos ante la Policía Nacional. Una vez los agentes escucharon el sobrecogedor testimonio de las denunciantes iniciaron las diligencias que finalizaron con la detención del procesado.

Los investigadores dieron parte al juzgado de guardia sobre la denuncia y pusieron a disposición del magistrado al presunto responsable de los abusos. Fermín B.G. fue puesto en libertad con cargos tras declarar ante el juez instructor, quien le imputó dos delitos de abusos sexuales continuados. Como medida cautelar dictó una orden de alejamiento de las víctimas. Según consta en el escrito de acusación, las denunciantes fueron víctimas de los abusos de su padre desde 1996, dos años después de que Fermín B.G. y su esposa adoptaran a las dos hermanas y al hermano mayor de estas.

Una de las niñas tenía 10 años y la otra ocho cuando empezaron los tocamientos que acabaron en relaciones sexuales no consentidas. Según declararon ante los investigadores, su padre adoptivo aprovechaba los momentos en los que estaban solas en la casa para, “con una finalidad libidinosa” acercarse a ellas. Los abusos se producían “casi a diario”, según la acusación.

Una de las niñas tenía diez años y la otra ocho cuando empezaron los tocamientos que acabaron en relaciones sexuales no consentidas

Hubo ocasiones, según la acusación, en las que abusaba de las dos hermanas al mismo tiempo, en la misma habitación. “Dichos accesos carnales se acometieron de manera prolongada en el tiempo, sucediéndose la mayoría de las ocasiones por la mañana en la cama de la menor, pero también cuando su madre no se encontraba en casa se produjeron en el salón, padeciendo multitud de actos lascivos en un clima de dominación”.

Cuando la madre adoptiva de las víctimas fue llamada a declarar manifestó que en varias ocasiones apreció algunas situaciones que la hicieron sospechar. Sin embargo, cuando preguntaba a su ex pareja por lo que estaba pasando, este se justificaba diciendo que sólo “jugaba con las niñas”.

Las hermanas jamás pudieron hablar con su madre de esta circunstancia. Ninguna de las dos fue capaz de contar los abusos hasta que se fueron de la residencia familiar. La vergüenza y el miedo las acompañó durante los doce años que sufrieron las violaciones. Como consecuencia de estos hechos, según el análisis de los forenses ambas padecen un “estrés postraumático” y, en el caso de la hermana mayor, el trastorno es “crónico” y “asociado a una sintomatología depresiva grave”.

Fermín B.G. siempre ha negado los hechos por los que actualmente está procesado. En cambio, el testimonio de las víctimas es contundente y sin ninguna contradicción.

El Ministerio Fiscal ha pedido para el acusado 20 años de prisión por los abusos y 15 años de alejamiento de sus víctimas. También ha solicitado una indemnización de 80.000 euros para las hermanas. Por su parte la acusación particular representada por la abogada Cristina Quintana, coincide con la Fiscalía en los años de cárcel, pero eleva la indemnización a 120.000 euros.