ANÁLISIS

El reto del Plan de Arrecife: garantizar más suelo público

Foto: Felipe de la Cruz.
M. Riveiro 3 COMENTARIOS 11/11/2015 - 08:35

Arrecife lleva postergando desde el siglo pasado el debate clave sobre su modelo de ciudad. La revisión del Plan General de Ordenación (PGO) que está en marcha es el instrumento fundamental para relanzar el centro, dotar de más calidad de vida a los barrios que han crecido con carencia de servicios en las últimas décadas y dibujar cómo será la capital de la Isla en los próximos 20 años. Para ello, un objetivo que se antoja irrenunciable en el nuevo Plan es garantizar la mayor cantidad de suelo público posible y tratar de mitigar el calvario judicial que ha padecido el Ayuntamiento.

Una de las principales críticas que ha recibido el Plan General que está sobre la mesa, pendiente de una segunda aprobación inicial (faltaría luego un periodo de exposición pública y la aprobación definitiva), es que renuncia a buena parte de las previsiones de terrenos de uso público para parques, centros educativos o deportivos, que se configuraron en la década de los 90 del pasado siglo. Así, se estima que el equipo redactor del nuevo Plan General, que tramita la Consejería de Política Territorial del Gobierno de Canarias, renuncia a más de 227.000 metros cuadrados de lo que técnicamente se denominan sistemas generales: suelo reservado para uso público, en su mayor parte en terrenos que todavía no se han urbanizado.

Es lo que ha sucedido en el sector de Capellanía, una pieza de más de 140.000 metros cuadrados encajada entre el barrio de San Francisco Javier y la rotonda del Cabildo, una de las ‘fachadas’ de Arrecife, que se calificó como urbanizable el siglo pasado. En esa importante bolsa de suelo por construir se compensaba a los propietarios de otros terrenos calificados de uso público: desde el suelo en el que se levantó la piscina municipal a una franja de uso cultural frente al Castillo de San José. En total, más de 70.000 metros cuadrados que pasaban a manos del Ayuntamiento en otras partes de la ciudad y cuyos dueños eran compensados en Capellanía.

En el nuevo Plan General en elaboración se eliminan en esta pieza de suelo todos los sistemas generales adscritos, se permite construir unas 358 viviendas y se otorga además del residencial los usos turístico y comercial. Una propuesta lucrativa para los propietarios de Capellanía pero una oportunidad perdida para la ciudad, como destacan partidos de la oposición, como el PP, que ha alegado en contra.

El concejal de Urbanismo, Samuel Martín, lleva apenas cinco meses en el cargo y asegura que en el nuevo Plan General de Ordenación “se intentará llegar a acuerdos que sean lo más beneficiosos para los ciudadanos de Arrecife, liberando el máximo suelo posible” para uso público, algo que considera “necesario”. El edil prefiere “acuerdos” con los propietarios a imposiciones que luego terminen en los tribunales y que se generen pleitos millonarios.

El nuevo Plan General diseñado por el Gobierno renuncia a más de 227.000 metros cuadrados de terrenos calificados para uso público en la capital de la Isla desde el siglo pasado

Entre las incógnitas que el departamento de Urbanismo tendría que despejar se encuentra la ubicación del futuro campus universitario, que Coalición Canaria destacó antes de las elecciones que prefería en Arrecife en vez de en Tahíche, o equipamientos más modestos como el centro de salud de Argana, que la Consejería de Sanidad sostiene que no se ha construido ante la ausencia de suelo público disponible para tal fin.

Por ahora, el equipo redactor de la empresa Gesplan, que ha sido el responsable de tramitar el Plan desde hace casi cuatro años, ha trasladado al grupo de gobierno municipal (PSOE, CC y PIL) su intención de efectuar apenas un puñado de modificaciones puntuales del documento que puso sobre la mesa en agosto del año pasado, principalmente en el Islote del Francés y en la parcela frente a Ginory, cuyos propietarios reclaman más edificabilidad.

Sin embargo, las intenciones concretas de la Consejería de Política Territorial son una incógnita por una de las carencias que grupos políticos y agentes sociales consideran imprescindible corregir: la falta de transparencia y de debate sobre el Plan en el seno del Ayuntamiento capitalino. La oposición ha pedido, por el momento sin éxito, que se constituya una mesa de seguimiento con presencia de todos los grupos políticos, técnicos del Ayuntamiento y del equipo redactor del Plan General.

Cinco claves del Plan General que viene

1. Islote del Francés: ¿dominio público o 300 viviendas?

El Islote del Francés es probablemente la pieza de suelo sobre la que más propuestas se han lanzado en los últimos años. El nuevo Plan General permitía construir unas 141 viviendas, con unos 40.000 metros cuadrados de edificabilidad. Uno de los propietarios, Jaime Cortezo, reclama en sus alegaciones 33.000 metros más para construir 303 viviendas. El Ministerio de Medio Ambiente registró un informe en el que concluye que el islote “se localiza totalmente en terrenos de dominio público marítimo terrestre”, de utilización “libre, pública y gratuita”. Desde Gesplan se ha deslizado que el informe del ministerio puede estar inducido por un “error”. El futuro del Francés es una de las grandes incógnitas del Plan General.

2. ‘Envite’ al Ayuntamiento por la parcela frente a Ginory

Aurora Paloma Fúster Conrado es la ‘misteriosa’ propietaria de la pieza de suelo que se encuentra frente al conocido bar Ginory. En las alegaciones al PGO ha reclamado que se establezca un “significativo aprovechamiento” urbanístico “habilitando una parcela edificable en altura”. Una defensa cuestionable de los intereses del Ayuntamiento posibilitó un acuerdo de expropiación de 20 millones de euros, recurrido en los tribunales, aunque buena parte de los terrenos en la zona, que se denominó en su época la ‘Playa de los pobres’, se ganaron al mar y la propia dueña valoró la parcela en el año 2007 en apenas 348.000 euros. Esta es otra de las piezas de suelo sobre las que Gesplan quiere firmar un convenio.

3. Capellanía: ¿campus o el centro comercial más grande de la Isla?

En la anterior revisión del Plan General, que nunca llegó a culminarse, se reservaban 52.000 de los 142.000 metros cuadrados de esta bolsa de suelo, entre San Francisco Javier y el Cabildo, para el campus universitario, al margen de otros 25.000 metros para parques. En el nuevo Plan General se eliminan los sistemas generales y se permite la construcción de 358 viviendas. La propiedad, en manos de la familia González Berriel ha presentado alegaciones para que se permita la construcción de “alguno de los centros comerciales más importantes a nivel insular”, que se le autorice una gasolinera en el interior de la urbanización y que se contemple una vía de acceso que “pinche” en la rotonda del Cabildo.

4. Maneje: piden recalificar 97.000 metros de rústico protegido a urbano

En Maneje, junto al cementerio de San Román, la empresa Hormiconsa ha planteado alegaciones en las que pretende que se le recalifiquen a urbanos más de 97.000 metros cuadrados, donde montó una industria de materiales de construcción desde los años 80, a pesar de que los terrenos estaban calificados como suelo rústico e incluso de especial protección. Pide que, si no se le recogen los terrenos como urbanos, al menos como urbanizables para uso industrial y de servicios. Y si tampoco se acepta esta propuesta, que se le rebaje la protección al suelo rústico para consolidar lo ya construido. A cambio, ofrece una parcela para ampliar al cementerio.

5. Charco de San Ginés: abrir la gran plaza de Arrecife al casco urbano

El Charco de San Ginés se ha consolidado en los últimos tiempos como la ‘gran plaza’ de Arrecife, el centro de ocio de referencia y una de las puertas de entrada para los cruceristas (el año pasado más de 357.000 llegaron al Puerto capitalino). Sin embargo, los accesos directos desde el Charco de San Ginés a la calle Real y el centro son mejorables: unas Cuatro Esquinas muestra de la decadencia urbana de la ciudad, y dos pasos peatonales por las calles Fernández Ladrera y Emilio Ley. Entre las alegaciones al Plan General se encuentra la del economista Agustín Márquez, que plantea un bulevar peatonal “con vistas y salida al Charco” que nazca en la antigua calle José Antonio (hoy Manolo Millares), atraviese la calle Real y prosiga por la calle General Goded hasta desembocar en el Charco.

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