El nuevo Plan Insular de Ordenación de Lanzarote (PIOL) que el Cabildo quiere dejar encarrilado antes de las elecciones del próximo año incorpora un ambicioso programa de inversiones que se consideran estratégicas hasta 2030. Las cifras son mareantes: la inversión total prevista en el PIOL supera los 423 millones de euros. Y eso que hay numerosos proyectos que ni siquiera cuentan todavía con una estimación económica.

Este estudio económico y el abanico de propuestas de inversión que lleva aparejado “debiera configurar una parte sustancial” del Plan Insular, se destaca en el documento, al que los grupos políticos del Cabildo podrán presentar sugerencias en las próximas semanas de cara a impulsar su aprobación en el último tramo del año, como quiere CC.

El objetivo no se esconde: que el Plan Insular defina ya “los compromisos de gobierno del Cabildo” durante los próximos 15 años, con las “prioridades y acciones a emprender durante su periodo de vigencia” para disminuir “al máximo” la “aleatoriedad” que los políticos que gestionen el Cabildo tengan “en la preparación de los presupuestos” de la institución. Así como contar con una ‘hoja de ruta’ clara para lograr inversiones del Gobierno del Estado y del autonómico.

Para el equipo redactor, encabezado por el urbanista José María Ezquiaga, la aprobación del “contenido” de esta “programación estratégica” de inversiones del Plan Insular debe otorgarle “un carácter vinculante”, aunque por la “coyuntura económica” el Cabildo pueda establecer “otras prioridades”.

Así, de los citados 423 millones ya cuantificados, más de 139 tendrían que salir de las arcas del Cabildo. En este programa de inversiones destacan las propuestas para implantar en la Isla energías renovables a gran escala, con ocho parques eólicos (120 millones de inversión), tres plantas solares en suelo rústico, una central minihidráulica y seis instalaciones para captar la energía procedente de las olas.

Contempla una propuesta de ejecutar cuatro macroparques y zonas verdes en Arrecife y Tahíche

También destaca una propuesta estratégica para desarrollar zonas verdes, principalmente en Arrecife. Tan ambiciosa que destila un aroma de utopía más intenso que otros proyectos. De tal manera que se plantea una zona verde al oeste de la circunvalación, otra zona verde en Tahíche, un parque al norte de la capital y otro al este, que en conjunto suman tres millones y medio de metros cuadrados y una inversión necesaria de 106 millones de euros.

Asimismo, el Plan Insular contempla un puerto deportivo en Costa Teguise (20 millones), la “ampliación” del puerto deportivo de Playa Blanca (dos millones) y la “reordenación de amarres” en Caleta de Famara (otros dos millones). En el listado de proyectos figura un nuevo Centro Turístico, que consistiría en un Museo de la Sal, un centro de interpretación de la agricultura ecológica en Tinajo o un Museo del vino en La Geria.

El techo turístico, 23.000 plazas más de las que existen

La normativa del Plan Insular establece un “límite máximo” de la capacidad alojativa de Lanzarote, “no susceptible de ser rebasado”. El listón se fija en 85.301 plazas turísticas. En la actualidad, según el recuento ‘oficial’, existen 61.945 plazas construidas, quedando por tanto más de 23.300 plazas de margen hasta el techo alojativo. Sería casi como un nuevo Puerto del Carmen.

Precisamente uno de los caballos de batalla de Lanzarote en las últimas décadas ha sido como racionalizar el incremento de las edificaciones turísticas. En el año 2000 se estableció una moratoria en la construcción, que terminó anulada por falta de estudio económico, y que los ayuntamientos turísticos se saltaron a la torera.

En el Plan Insular de Ezquiaga se establece como criterio sobre los “ritmos” de crecimiento anual de plazas hoteleras y extrahoteleras el “equivalente a un cinco por ciento de la capacidad total” de la zona. Eso sí, cabría saltarse ese porcentaje con una “justificación precisa” de que la urbanización dispone de “recursos de abastecimiento, depuración y energía”.