Estoy por saber si subir el precio de las entradas de los Centros de Arte del Cabildo, guarda alguna relación con un mero afán recaudatorio del consejero Ángel Vázquez, o si hay una voluntad de emplear los recursos obtenidos en la mejora de la vida de la ciudadanía.

Si la calidad del trabajo que se realiza es proporcional a lo que se gana, a muchos cargos públicos  le falta calidad en el suyo, porque bien pagados están, y muy mejorados a cuenta de unas dietas que, a veces, son un potosí. Si hubiera que subir el precio de las entradas por comparación al de lugares similares a este, que la cobran por visitar sus museos y otros continentes culturales, seguramente estará bien. Si de lo que se trata es de buscar financiación para impulsar "proyectos transformadores", sin especificar  qué implica eso, ahí me empiezo a cuestionar las cosas.

Entiendo que lo primero, antes de hablar de dinero,  es pensar en dotar de contenido tal invento, y explicar que alcanza lo de "trasformador", pues la palabra puede dar mucho de sí en una isla que está siendo pasto de los especuladores a los que nuestros gobernantes abren la puerta. Eso, si no son ellos mismos los beneficiarios. Resulta, además,  esencial conocer si los recursos que se obtuvieran de  tal medida van a ser repartidos por el Cabildo o por instancias externas que brujulean alrededor de la institución. 

Vuelvo al asunto. Se trataba, decía, de establecer qué queremos acometer, si es de interés de la isla en las claves de la sostenibilidad  o de supervivencia —que no sé yo—, y poner precio a esos proyectos, y, de ahí, una subida o ninguna, porque el Cabildo ya cuenta con pasta de sobra. Esta parece una fórmula razonable, sensata e inteligente. Lo que anuncian, no es eso  sino subir precios y sacar perras y luego, ya veremos en qué las gastamos, y vamos a llamarlo —así,  como de forma grandilocuente— “proyectos transformadores”.

No he leído en ningún sitio nada de ningún proyecto concreto del Cabildo, ningún título de una acción que financiar, ni, mucho menos, me han contado que es lo quieren transformar y para qué, que bastante alarmados estamos ya. Porque para transformar nuestras vidas, todos sabemos lo que necesitamos, pero, si no es eso, seguramente es que están pensando en obras, y no precisamente con una función social aunque lo justifiquen con ese fin.

Para averiguar lo que se les pasa por la cabeza, habría que ponerse en la piel de nuestros dirigentes o en alguien con pocas luces para ver que se nos ocurriría desde el acomodado puesto en el Cabildo. Seguro que algo sale, como una plantación masiva de placas fotovoltaicas, un trenecito por la Geria, unas esculturas para celebrar la sostenibilidad o vaya usted a saber qué.

La otra es saber si de los más de tres millones que el Cabildo ha pagado a los del Marco Estratégico de Transformación, MET,  esta conclusión es gratis o nos ha costado cien mil, digo, para contar que hay que subir el precio de las entradas. Eso, lo hacemos los demás gratis. Si todas las propuestas son de este calado, vamos listos. Y sí, yo tengo una conclusión: se ha tratado de  tirar tres millones por el aire, no precisamente para que el azar juegue, sino para que caiga en manos del MET.

Claro, no es suyo, el dinero público no es de nadie, según desafortunada manifestación de la que fue ministra de Cultura con Zapatero, Carmen Calvo, pero el tal Marcos Cohen, el director del Estratégico que se llama como él, es el más listo, tanto,  que le cogió la medida a los de CC, aquí y allá, y a los iluminados del PP en el Gobierno. No es de extrañar, a la vista de cómo se viene comportando el Gobierno con nosotros a golpe de intentar hacer negocio. Lo que me falta saber ahora es la relación de Cohen con la Cámara de Comercio insular. Deben andar todos con un ataque de risa desde entonces. 

Lo auténticamente transformador es que los de lo público declaren su incapacidad, y que los satélites reconozcan que están por la pasta y que todos se vayan al carajo por respeto a la ciudadanía.