Con el verano, la falta de noticias y el tiempo libre, la polémica está servida. La que sea, que igual da la ordenanza del litoral, la foto sexi de un político en las redes sociales o el cartel de San Ginés.

Arrecife, cuya oposición confunde la fiscalización política con la crítica a todo y a todos, es terreno abonado para las más disparatadas notas de prensa, que alimentan a la ciudadanía aburrida y a los periodistas que dormitan las guardias en periodo estival.

La última serpiente de verano aliña estos días los preparativos de las fiestas patronales de la capital, a cuenta del concurso del cartel anunciador de San Ginés 2017, certamen que ha quedado desierto pues en opinión del jurado, ninguno de los trabajos presentados alcanzaba la calidad mínima exigible.

Una lástima. La intención política inicial fue encontrar el mejor cartel con destino a ilustrar las fiestas de entre quienes se presentaran a concurso. De manera abierta y participativa.

Pero la decisión técnica, la que tomó un jurado que nos honra con su ayuda en esta tarea -las pintoras Rosa Vera y Rufina Santana, el escritor Félix Hormiga, la directora del MIAC Castillo de San José, María José Alcántara y el director de la escuela Pancho Lasso, Manuel Perdomo-, fue otra. Y en ningún caso cabe desoír su veredicto. Nos guste o no nos guste.

Tratar de ensuciar la decisión sugiriendo que la designación de Dámaso estaba prevista, reclamar la participación ciudadana pero criticar el fallo del jurado, tildar de falta de respeto el hecho de que las obras candidatas no tengan calidad a juicio de los profesionales que deciden, criticar la designación directa del autor, en tiempo de descuento, pese a que el artista invitado haya aceptado con generosidad y entusiasmo o hacer chanza de una pinacoteca municipal con trabajos de César Manrique, Santiago Alemán, Juan Gopar, Tayó o Rufina Santana, es mala intención, es ignorancia y es critica facilona.

* Portavoz grupo municipal PSOE en el Ayuntamiento de Arrecife