Un tarjetón, una invitación para un acto institucional de la Presidencia del Gobierno de Canarias. Esa es la escenificación de la poca altura institucional en que han dejado al Sr. Paulino Rivero, a cuenta de la imagen de un pájaro en la portada.

Si un diseñador gráfico está detrás de la gracieta, su despido debería ser inminente. Si el autor es alguno de los ideólogos de CC, ha pretendido confundir un gobierno con un partido, rebajándolos a ambos, más al primero que al segundo.

Cachondearse de la presidencia del Gobierno tiene poca gracia, y que lo firme el presidente, menos aún. Rebajar la celebración del Día de Canarias al pío pío, también carece de chispa, aunque a algunos nos dé exactamente igual la exaltación de estos nacionalismos sobrevenidos. La cosa del pájaro de marras da para un largo pitorreo, y sonroja que nadie haya reparado en la poca fortuna del tema.

Yo habría preferido recibir una caja de galletas Tamarán y que se ahorraran la papelería, el ridículo, y el azoramiento que me producen, a veces,  mis representantes institucionales.