Recuerdo cuando era niño, y también en mi adolescencia, que cada cierto tiempo, antes de la llegada del verano, durante uno o dos días las calles de la localidad de Playa Blanca, amanecían repletas, llenas de cucarachas, algún roedor y otros insectos rastreros moribundos intentando escapar de las alcantarillas para lograr algo de aire. Esto se debía a que el Ayuntamiento de Yaiza tenía contratado un servicio de Desinfección, Desinsectación y Desratización de la zona urbana de Playa Blanca. De esta manera se atendía al núcleo de la localidad y se realizaba el servicio una o dos veces al año. Durante los últimos 10 ó 12 años, no se ha visto semejante panorama, y así han ido aumentando y creciendo las plagas. Esto unido a la falta de limpieza en condiciones de las calles, zonas donde se encuentran los recipientes de basura, y que no exista una zona especial para la basura industrial de los bares, restaurantes y demás comercios, genera un mal endémico que lejos de solucionarse, se agrava en los meses de verano debido a las altas temperaturas. Es realmente asqueroso. Mientras tanto, la clase política de este Municipio, no ataja, ni pone cerco, ni toma medidas para solucionar problemas con los que llevamos años luchando y solicitando cambios.

Ya han sido varios vecinos que se han quejado y topado con la visita de algún roedor para fastidiar la tarde, la mañana o el fin de semana, y mucho había tardado en hacernos una visita. Hace unos meses a un vecino le comió literalmente el sofá, a otro, les hizo una visita en la cocina en un primer piso, otro caso fue que llegó hasta el salón y tuvo que echar mano del cepillo para intentar ahuyentar al nada bienvenido animalito. En mi caso, siendo una vivienda situada en un primer piso, como el caso anterior, se cuela por un ventanuco de la cocina, cerca de las 10 de la noche, y tras unos ruidos, la sorpresa fue mayúscula al encontrarnos semejante animal.

Ya no sólo es el hecho de la acumulación y recogida de basuras, que está afectando negativamente a la localidad de Playa Blanca. Si no la pasividad con la que se atiende este tipo de asuntos por parte de la institución municipal ante tal despropósito es pasmosa y alarmante. No es de recibo que la basura industrial se concentre unicamente en un punto (Calle El Palangre con la calle El Comedero), o si ese fuese el caso, que se pusieran los medios para lograr una buena convivencia entre los vecinos, realizando más de una recogida diaria, ya que numerosos restaurantes, supermercados y comercios en general, utilizan los contenedores como si fuesen privados, los llevan a sus instalaciones para llenarlos y devolverlos cargados de basura desde las 9 o 10 de la mañana, cuando la recogida ha sido a las 7,30 u 8 de la mañana. Teniendo en cuenta que se deja la tapa abierta y el calor que hace en verano, es un caldo de cultivo y un manjar para todas las plagas mencionadas al inicio de esta queja.

Sras y Sres. Concejales, ocupan un puesto de responsabilidad por el que están muy bien retribuidos y tienen una obligación para con este Municipio y con los vecinos que tratamos de vivir en el y sin embargo, no se observan mejoras. Se contentan con desarrollar servicios añadidos, (p.e. el parque para perros) cuando lo primero es tener controlado los servicios básicos, principales, ordinarios y de justicia. Podemos mencionar un montón de ellos: Un centro deportivo que nunca llega, y que siempre se promete, una guardería que no se termina y lleva desde antes del 2011 terminada y equipada a falta de los accesos para poner en funcionamiento por medio de una externalización, un Centro de Enseñanza adecuado a la población que se dispone, y no como se encuentran ahora, niños en barracones, pasando demasiado calor al inicio del curso, y pasando frío en los meses más gélidos, una biblioteca sin acceso wifi, podríamos continuar con menciones y promesas que nunca acaban por llevarse a cabo.

Deben dedicarse al pueblo, realizar políticas que redunden en la mejora de los vecinos. Realicen sus labores como concejales electos y pongan en una situación de salubridad, acceso y modernidad una localidad que no sólo es que se lo merezca por el impacto social y turístico que se ofrece, si no que atiende a unos mínimos de convivencia, sanidad, seguridad para toda la ciudadanía y sus visitantes.