El Parlamento de Canarias puede que no nos esté representando. Podría ser que sean sólo la voz de sus formaciones políticas y que sus actuaciones y manifestaciones sean partidistas.

El PSOE se ha empeñado en no realizar reflexión alguna y mezclar el trasfondo cristiano de esta sociedad con las obligadas demandas de revertir determinadas situaciones de violencia sobre los seres humanos. Muestra de lo primero es el rechazo a la regulación de la prostitución, y de lo segundo, la trata de blancas. Para el PSOE, con abolir la prostitución creen que dan respuesta a la segunda de las cuestiones. No toda la prostitución surge del tráfico de seres humanos, y legislar para abolirla, en ningún caso, acabará con el tráfico de personas, que busca esclavizar a los seres humanos de toda condición, especialmente a las personas vulnerables provenientes de entornos empobrecidos o en conflicto, para así como forzarlos a la mendicidad, a actividades delictivas, también a la prostitución o para al tráfico de órganos.

La prostitución no es el único destino del tráfico de personas, y abolir la prostitución no va a suponer de facto su desaparición, sino que se volverá más oscura y oculta, y las personas a las que fuercen a ello serán sometidas con mayor dureza. La realidad de la prostitución nos permite saber que hay mujeres que lo hacen voluntariamente y que, en muchos casos, la figura del proxeneta o la madame da cobertura a tal actividad. Son las prostitutas las que piden la regulación de su actividad.

Ninguna ley, desgraciadamente ha acabado con los abusos ni asesinatos que se producen casi cada día, pues se siguen produciendo pues la ley no llega al ámbito de cada hogar familiar para establecer si se producen hechos delictivos, sólo llega a hechos consumados para castigar al culpable. Si en el caso de la prostitución se planteara una regulación donde se antepongan los derechos de las personas que ejerzan la prostitución, las coberturas sociales y sanitarias y un órgano de atención a ellas, la mayor parte de los problemas se resolverían y darían respuesta al abandono que sufren quienes la practican, sin derecho a cotizar por su actividad y viviendo las enfermedades y la vejez en el mayor abandono.

Regular la prostitución visibilizará tal situación y otorgará derechos, tal y como otros países de nuestro entorno han hecho. Permitirá que las situaciones de violencia sean denunciadas por el propio colectivo para que nadie que no lo desee sea obligada a ello.

Si la prostitución es legal en países como Suiza, Austria o Países Bajos, entiendo que son sociedades que han atendido las demandas del colectivo y tienen un nivel de madurez algo mayor.

España, pacata y mezquina, arrastra prejuicios que entronca con el lado más oscuro e inquisitorial de la sociedad y más si señalamos que es en un país con un elevado consumo de prostitución y pornografía y a la que el mal rollo se le va en prohibir. Como si con una ley castigadora de prostitutas y puteros pudiera acabar con ello. La invisibilizará y la hará más marginal, causará mayores daños a las personas que se prostituyan, aumentarán los problemas sanitarios y el poder de las mafias y se fomentará el turismo sexual fuera de nuestras fronteras. El PSOE comete el error de vincular trata de personas con prostitución, y existiendo esa realidad, no es más que un sesgo que todos en el partido hacen suyo, tal es la mediocridad reinante y la falta de criterio. Cabe añadir que tanto el PSOE como Podemos, sólo hacen mención a la prostitución de la mujer, ignorando la existencia de la prostitución masculina. Así de lamentable y sesgado, tanto, que si legislan para acabar con la prostitución de la mujer, quedarán en un limbo aquellas situaciones vinculadas a las personas transexuales y a los hombres, lo cual sumado a la posibilidad que han abierto de que cada cual decida si quiere ser hombre o mujer, nos dejará un escenario inquietante para que las prostitutas que deseen ejercer como tales, se cambien en el DNI de mujer a hombre para salirse del marco de la eventual abolición de la prostitución femenina sólo mostrando su carnet de identidad. Una auténtica chifladura de las podemitas que hace suya la troupe de Sánchez.