Alex Salebe

Nosferatu el invierno

Este 2022 se cumplen 100 años del rodaje de Nosferatu (1922), película referente del género terror dirigida por Friedrich Wilhelm Murnau, cineasta alemán con lugar de privilegio en la historia del séptimo arte por su aportación creativa al cine mudo.

El terror no es mi género de preferencia, pero me interesé por el contenido y aspectos varios de la producción de Nosferatu por mi encuentro periodístico en una de las ediciones de los noventa del Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias con Werner Herzog, también alemán y leyenda viva del cine, que en el año 79 dirigió la versión más joven del film titulada Nosferatu el vampiro.

Herzog habla muy bien español y allí, debajo de la espesura de los árboles del jardín del Hotel Caribe, nos contó al grupo de trabajo que realizábamos entrevistas para especiales de televisión sobre el Festicine las vicisitudes que vivió para rodar en Nosferatu la famosa escena de la invasión de ratas, entre otras experiencias profesionales.

Nos espera un invierno de terror, un invierno Nosferatu con la sombra de Drácula a nuestras espaldas y plagado de ratas al acecho, es el panorama que coincidieron en dibujar esta semana el Gobierno de España a través de su ministra de Defensa, Margarita Robles, aunque luego saltaron matizaciones desde las filas del mismo Ejecutivo español, y el presidente de la República de Francia, Emmanuel Macron.

“Cruel” y “durísimo”, fueron palabras utilizadas por Robles para avisar sobre el invierno que asoma la cabeza por el drama humanitario derivado de la guerra de Ucrania y el crecimiento de la espiral inflacionaria en Europa, con precios por las nubes de productos básicos de la cesta de la compra, del gas y de la energía, tarifas de servicios insoportables que se están notando en el incremento de solicitud de ayudas, en las llamadas colas del hambre.

La guerra cumplió seis meses y no hay esperanza de fin, de hecho, Rusia prevé reforzar sus efectivos militares en enero, un aviso más de guerra larga, de crisis   larga.  Macron desde Francia es más extremista o realista: “estamos en la época del fin de la abundancia y debemos acostumbrarnos a vivir en permanente emergencia”. El covid desenmascaró la miseria en países ricos y el conflicto Rusia – Ucrania termina de rasgar la piel.

Nosferatu celebra su centenario un año tremendamente complicado donde hay  coincidencias con la terrorífica historia de ficción. La peli de Murnau ofrece una lectura sobre una época duramente golpeada por el declive alemán y la pandemia de la gripe española de 1918 después de la primera guerra mundial.

Europa está en crisis por una guerra vigente y el lastre del covid 19. Irónico además que Albin Grau, productor de cine y compañero de viaje de Murnau en Nosferatu, dijera que la peli era una especie de unión de acontecimientos para succionar al mundo como un vampiro cósmico. Parece que estuviéramos ante el Nosferatu más contemporáneo. Y apunta el refrán: ‘no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”. 

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