“Desde Vientos del Noreste apoyamos la realización de actividades respetuosas con los espacios naturales, siempre y cuando las administraciones y organizadores de eventos realicen una gestión estricta de la vigilancia y gestión durante el desarrollo de las mismas. Teniendo como prioridad el cuidado de las áreas naturales donde se realizan y la protección de las zonas más delicadas. Aun cuanto nuestra asociación centra sus acciones en el Jable, esta propuesta de pautas de gestión medioambientales a seguir puede ser trasladables a todas las áreas de sensibilidad ambiental en las cuales se realice una actividad”.

La definición de sostenibilidad es una palabra descontextualizada en tiempos actuales, pudiéndose interpretar desde distintos conceptos, pero la sostenibilidad fundamentalmente se basa en gestionar los recursos para satisfacer las necesidades actuales, sin poner en riesgo las necesidades del futuro. Con ello englobamos el desarrollo social, económico y priorizamos el cuidado del medio ambiente en un marco de gestión y regulación viable.

Durante los meses pasados se ha generado una gran controversia en Lanzarote por la celebración de Rally Isla de los volcanes (rallye) y su final cancelación, debido entre otros factores, al trazado de su recorrido que atravesaba áreas de especial protección de aves y en tiempo de nidificación.

Como aprendizaje y reflexión después de lo pasado, La Asociación Vientos del Noreste considera fundamental la necesidad de establecer unas pautas y recomendaciones de actuación, que ayuden a gestionar y regular el uso de áreas catalogadas como espacios de protección natural, por su alto valor ecológico y fragilidad, evitando conflicto entre las necesidades antropológicas y las necesidades medioambientales.

Entendemos que la prohibición de actividades en un entorno natural excluye a la sociedad de su uso y disfrute, a su vez fomenta un rechazo a la necesidad de preservar y crear áreas de protección medioambiental, dando lugar a un desconocimiento y mal uso de estos espacios delicados. Es comprensible que, en geografías reducidas como las insulares, la regulación, gestión y vigilancia de los espacios naturales requieren un mayor compromiso por las administraciones gestoras para que no haya conflicto en la preservación y conservación de la biodiversidad y las actividades desarrolladas en él.

Alejándonos de las necesidades de prohibir, en nuestra asociación nos inclinamos por la obligación de regular, preservar y vigilar. Por ello consideramos la necesidad de aconsejar, educar y recordar a las administraciones y empresas con actividades en áreas de especial protección, cuáles son las pautas para una buena gestión del espacio y las posibles actividades asociadas, evitando el deterioro y destrozo de estas zonas de alto valor ecológico.

Desde Vientos de Noreste exponemos una serie de pautas mínimas y fundamentales para que la realización de eventos de este calibre sea considerados viables en espacios de protección especial:

1. Evitar las áreas:

a. De nidificación

b. De alimentación y cría

c. De cortejo

d. Con flora endémica o catalogada.

e. Que causen molestias a vecinos, empresas locales, o agricultores y ganaderos.

2. Delimitar las zonas habilitadas para el público y poner vigilancia, baños y recogida de basura.

3. Avisar a la guardia civil, protección civil, SEPRONA, policía local, o cualquier otro cuerpo de seguridad para que vigilen y multen a vehículos y personas fuera de las zonas habilitadas.

4. Habilitar transporte público hasta las áreas habilitadas para los aficionados.

5. Cerrar los accesos a las zonas más sensibles o de mayor protección, por ejemplo: cerrar el jable para evitar un aumento en el tránsito de vehículos

6. Informe de afectación de la zona con posterioridad a la realización del evento y compromiso de restauración de las zonas afectadas por parte de los organizadores.

7. Establecer una serie de medidas compensatorias, tales como:

a. Actividades de retirada de escombros.

b. Actividades de “reforestación”.

c. Impuesto verde destinado a asociaciones ecologistas

d. Acciones compensatorias de la huella de CO2.

Con ello queremos invitar a las administraciones, empresas organizadoras de actividades al aire libre, usuarios, asociaciones y población en general, a una reflexión sobre cómo puede hacerse un uso correcto del término sostenibilidad, dónde el desarrollo de actividades humanas no ponga en compromiso el bienestar medioambiental. Esto requiere un serio compromiso por ambas partes, administración y compañías organizadoras, pues la población está constantemente creciendo, para evitar consecuencias sobre nuestros hábitat y espacios naturales debemos ser estrictos con la gestión que se hace en las diferentes áreas naturales con las que interactuamos.”