Aquilino Miguélez

A la sabiduría y bonhomía que destiló Melín

Melín - Manuel Hernández Hernández

15/05/1947 - 10/03/2023

 

Conocimos a Melín porque, cuando necesitamos afrontar la reforma de un piso en el año 2011, varias personas nos sugirieron su empresa. En distintas situaciones repetían el consejo, “Quítate de problemas, escoge Construcciones Yuco’. Y así fue, la obra se realizó sin quebraderos de cabeza. Había algo raro en esas relaciones nobles con sus operarios. No era solo una relación excelente con proveedores, ni las ventajas implícitas para nosotros como clientes, ni la buena gestión de los residuos de obra, o la limpieza de herramientas y utensilios, sino el buen trato y acuerdo con todas las personas, también las vecinas de las obras. Ninguna queja de nadie sin resolver. La venda antes de la herida.

Durante nuestras obras, supe que Melín fue el primer empresario insular que estableció jornada completa para sus cuadrillas en las obras, de 07h00 a 15h00. Sus trabajadores le plantearon por qué ese cambio, no lo entendían. Melín señaló que dedicasen las tardes a sus hijos. Tuve que tomar varios cafés con él para saber más. También pregunté varias veces a Melo, el capataz.

Supe que Melín tuvo la sensatez de reorientar su trayectoria empresarial interpretando las sucesivas crisis económicas que vivió. A finales de los años ‘80 sobrevino otra por la guerra contra Irak tras su invasión de Kuwait. Como recoge Juan Cruz en su libro, Volcán del Turismo, 2017, Melín recomendaba en 1986: ‘atemperar los ritmos de construcción y programar el desarrollo... [ante] la irrupción de empresas foráneas, los proyectos descontextualizados, la llegada masiva de trabajadores y el desarrollismo descontrolado’. Al inicio de la década, 1981, había transformado una empresa con más de cien trabajadores en una pequeña empresa, Construcciones Yuco, manteniendo a los mejores operarios y ofreciendo un trabajo de alta calidad.

Esa estrategia resultó acertada como visión de futuro. Tras sendas crisis en años ‘70 y ‘80, llegó la Gran Recesión de 2008, cuando la debacle de Lehman Brothers y las hipotecas subprime de EEUU generó serias consecuencias económicas en el mundo entero y, al menos de palabra, se cuestionaron los cimientos del capitalismo financiero.

Melín y su empresa Yuco, pese a todo ello, mantuvieron la actividad constructiva, y por tanto el empleo directo e indirecto. En 2011 su empresa mantenía la única grúa para levantar un nuevo edificio en Arrecife, en El Reducto.

Asociar bonhomía a Melín puede llevar a alguien a buscar la definición en el Diccionario de la RAE, que aquí transcribo: ‘Cualidad de la persona que es muy buena pero algo ingenua’... ¡Ingenua! ¿No será que la cultura actual de competición orilla la habitual colaboración? ¿Que el ‘yo’ apaga el ‘nos’? A mí la actitud, valores y trayectoria de Melín me describen una persona cumplidora, segura de sí, bienhechora, buscadora del bien común, que piensa a largo plazo y cuya felicidad se basa en compartir una charla con sus conocidos de siempre, tras un trabajo bien hecho, tras una vida reconocida y admirada. Admiración, que ni siquiera deseaba. No permitió que se le entrevistara, pensando algunos en recopilar detalles de su trayectoria vital empresarial, sobre ese sistema de valores cuajado en los años ‘70, advirtiendo que para navegar hacia el futuro, surcando las agitadas olas que el éxito turístico traía a la Isla, había que tomar precauciones, evitar los sobresaltos limitando las ambiciones que disparataban al personal, y garantizar el trabajo bien hecho.

En un mundo donde ensalzamos la velocidad, la potencia, la codicia, la expansión indefinida, la dominación que requiere sumisión, Melín propugnaba moderación para sí, bienestar para todos y para toda la sociedad. Si sus criterios eran cuidar a sus trabajadores, cuidar el medioambiente, cumplir fiscalmente, pensar en el futuro, respetar las distintas legislaciones, respetar su querida isla, innovar empresarialmente, y no aspirar a enriquecerse ilimitadamente, pero sí a mayor justicia social… ¿puede calificarse de ingenuo? ¿O de anticipo del mejor futuro posible para la sociedad? La moderación y el bien tratarnos, ¿no construirán mejor sociedad que la que tenemos?

El diccionario RAE define ingenuo como ‘candoroso, sin doblez’...

Ya viviendo en el piso reformado, leí a ratos términos de sociología en un pequeño libro. En aquella definición de ‘capital social’ sentí que, bien podría reconocer la cultura de mis ancestros en los pueblos de León, o bien, veía descrito en las primeras frases a la empresa Construcciones Yuco... y en las restantes frases leo la sociedad que Melín prefería contribuir a construir.

Melín, por supuesto, se codeó con empresarios mucho más importantes, con grandes patrimonios; él nos decía… ‘pero yo duermo bien’.

Duerme, querido Melín, duerme la eternidad que te mereces.

***

Comentarios

Sí. Bello artículo a bella persona.
Un muy interesante comentario y artículo sobre alguien de quien desconocia alguna referencia. Es impresionante rescatar la vida de alguien quien veia más alla de sus intereses y pensaba al parecer en la globalidad y el bienestar social. Gracias por el artículo
Muchísimas gracias Quino. Totalmente de acuerdo en todo. Y con la familia de Melín, por supuesto compartimos el dolor, pero creo que estarán muy muy orgullosos de Melín
No lo conocía, pero sí la empresa. Si ha inspirado esa semblanza debió ser una persona singular.
Muy bonito, Quino !!
Qué buen artículo, Quino. No podías haberlo retratado mejor.
Me consta que lo tuvo muy claro. Quería vivir tranquilo y deseó lo mismo para sus trabajadores, familia y para su isla. Ojalá muchos tuviesen la misma visión, su legado sería muy distinto. El dinero no te lo puedes llevar!!
Qué artículo mas raro (por bueno), si la persona descrita era así, mi admiración y respeto y felicitación al Sr Aquilino, saludos
Un puntal de los de antes...

Añadir nuevo comentario