No sé qué hace un concejal de Comercio de Arrecife, en este caso Armando Santana, como un verso suelto en sus responsabilidades como edil, publicitando el Open Mall, OM, en la antigua Garavilla. Así han dado en llamar al centro comercial que Hormiconsa y Supermercados Marcial promueven y que esperan a abrir en otoño de 2022.

Parece ilusionado como si tuviera un interés especial en ello, como si fiara el éxito de su concejalía a la apertura del centro comercial, tal que si ejerciera de relaciones públicas de las empresas propietarias, porque no he visto que hiciera nada semejante con otras actividades comerciales que se han ido abriendo en el municipio en los últimos tiempos. Empieza a ser una peligrosa costumbre del equipo de gobierno, conformado por PP y PSOE, el creer que es la iniciativa privada a quien corresponde "salvar" la ciudad de la destrucción que entre todos ellos han ido perpetrando. ¿Tiene el concejal algún incentivo más allá de su preocupación por el éxito de la actividad comercial de su municipio? Porque lo que parece es que más que en esa obra, debería estar concentrado en dar respuestas adecuadas que contrarresten la agonía de la zona centro. Estaría en su papel si se concentrara en crear condiciones en el espacio público, siendo el papel de los comerciantes el ser competitivos en sus actividades. Al concejal compete la calidad del espacio donde se han de asentar las actividades comerciales y no le toca esperar que las tiendas sean las que den respuesta al urbanismo. Si mirara las fachadas, literalmente arrasadas por cableado, vería que ahí tiene un frente abierto, si observara los solares sin construir, los edificios sin cumplir con la ordenanza, la calidad del pavimento, los bordillos rotos, la variedad de modelos de iluminación, o la falta de sombra, a lo mejor tendríamos una concejalía que se estaría currando algunos proyectos que acometer en el espacio de su competencia que son las calles donde se genera la actividad comercial. Si Santana se pone a hablar selectivamente de cómo es el interior de determinado comercio, contando las excelencias de la decoración, nos deben saltar las alarmas. A mí ya me han saltado, y me muestra un sesgo que no puede pasar inadvertido. En el otoño de 2022, con la prevista apertura del OM puede que estemos impartiendo los sacramentos al antiguo centro comercial de la ciudad, todo ello con las bendiciones del PP y, ahora, del PSOE, puesto que Santana parece estar más concentrado en abrir la fosa para enterrarlo que en sacar al paciente de la UCI.

En el despliegue publicitario que apadrina Santana, se define este centro comercial como un centro urbano y abierto. Para Armando Santana, el auténtico centro urbano y abierto que es Arrecife, parece no existir en pos de su apuesta por una nueva centralidad, no pública, sino privada.

Me falta conocer si tal nivel de entusiasmo mostrado para una actividad particular sería capaz de manifestarlo para este bien público que, en este contexto, es el centro de Arrecife, porque ciudad hay mucha más en todo el municipio. Con lo que nos cuesta pagarles el sueldo, nos dan las gracias con este desprecio. Si tuviera vergüenza, estaría bien que se pusiera en su casa, que el trabajo no le va a faltar. El OM va a necesitar empleados dóciles.

Que dimita ya, sin contemplaciones, y que la publicidad de sus negocios se la haga la propiedad, no un representante público. Si es que no tengo palabras.