Salvador Medina

Desniveles en la vía pública con los que se encuentran las personas con diversidad funcional

En Puerto del Carmen son incontables, obvios y notorios los desniveles entre acera y calzada, las barreras arquitectónicas no deseadas, excepto la Avenida de las Playas porque hay que aparentar ¡Faltaría más! No obstante lo dicho, hay zonas donde los compañeros están obligados a deambular por la calzada poniendo su integridad física en grave riesgo para poder encontrar una acera accesible por la que poder desplazarse con seguridad.

Habida cuenta, que las bajadas y subidas para acceder a calzadas y aceras, suponen desniveles o barreras arquitectónicas, con frecuencia obstáculos infranqueables para las sillas de ruedas, solo queda transitar por la calzada poniendo en riesgo nuestra integridad física, principalmente por el estado de sus aceras llenas de baches, estrecheces, con pisos rotos, levantados o carentes de arcenes o acceso a la vía pública y no hablemos de esos desniveles discordantes entre las aceras y la calzada. Tengo el cuerpo magullado por las caídas. Somos un colectivo de personas invisibles pero también incómodas para algunos políticos que huyen sin dar respuestas a estos retos sociales.

La accesibilidad es un derecho y una necesidad, no sólo, aunque sí especialmente, de las personas con diversidad funcional (invidentes, carritos de bebés, embarazadas, personas con muletas, ancianos, sordomudos, accidentados en sillas de ruedas, con alzheimer, síndrome de down…) un centímetro de desnivel entre la acera y la vía pública se convierte en una barrera para ellos.

Las personas con diversidad funcional somos esos desconocidos que en ocasiones transitamos en un entorno hostil por carecer de accesibilidad universal, véase, como ejemplo, el tramo comprendido entre  la farmacia y el Lidl de la C/ Juan Carlos I con la rotonda de Correos en ambas aceras, no hay acceso y por tal motivo nos vemos obligados a circular por la calzada o las rampas del Centro Cívico !Se cubrieron de gloria¡ El Ayuntamiento de Tías ignora nuestra existencia! No lo arreglan, solo hay ostracismo e  inacción.

Seguiremos estando en pañales en materia de accesibilidad en la vía pública por falta de voluntad política para afrontar el problema y abordar LA DIVERSIDAD FUNCIONAL dentro de la cotidianidad, la seriedad y respeto  que socialmente requiere la imperativa inserción social, irrogando a este colectivo daños y perjuicios en su anhelo de vivir con dignidad igual al resto.

* Salvador Medina Martínez, incapacitado por Esclerosis Múltiple Progresiva

Comentarios

En esta isla no se hace nada por los demás a no ser que haya dinero de por medio eso ya es otra cosa. Es triste pero es la verdad. El abandono de la isla es notable. Que pena.
¿ Pero que dice ? Los políticos están a lo suyo, que por supuesto no és lo nuestro.

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